— Eso no es verdad.
— Joder que sí, lo es Jaden.
— Debes de estar malditamente bromeando Caleb.
El emite un sonido de frustración y yo sólo lo observo con incredulidad. Solo no puede ser posible que Caleb se acostará con Laurie Fox, simplemente es imposible de creer. Santa mierda.
Laurie Fox es una preciosura morena de piernas largas increíbles, muy bonita, cabello negro, ojos color miel y un buen culo. Pero no es eso lo que la hace preciosa, es su personalidad. Es una persona que vale la pena tener como amiga, compañera, novia o hermana. Es alguien a quien considerarías inalcanzable, pero no lo es, ella solo es selectiva sobre con quién acostarse y eso todos lo saben. Así que es una absoluta sorpresa que Caleb se acostará con ella y no porque sea feo, si no que pensé que no entraba en los estándares de Laurie.
Y muchos chicos de Morgan Hill se mueren por acostarse con ella. Siempre me ha gustado Laurie y no en plan romántico, si no que ella es muy liberal, no le importa lo que digan de ella, ya que muchos se sienten con el derecho de criticarla solo por querer disfrutar de su vida.
Ella es inteligente, buena persona, amable. ¿Qué tiene de malo que ella disfrute del sexo y elija con quien hacerlo? Nada, no tiene nada de malo. Porque es ella, su cuerpo y ella toma sus propias decisiones.
Es bueno tener estándares y no acostarte con cualquier imbécil que no te respete y no te dé el buen sexo que mereces.
— Carajo, ¿Cómo sucedió? — Me encuentro preguntando por que sí, es difícil de creer.
Caleb me da una mirada de fastidio y yo alzo mis manos en rendición.
— Bueno imbécil, no puedes culparme de que este sorprendido por esta noticia así que dime como paso.
Caleb empieza a relatarme cómo sucedieron las cosas con Laurie mientras caminos a nuestra primera clase. Y decir que sigo sorprendido se queda corto.
***
Me encuentro caminando al estacionamiento de la universidad, directo a mi automóvil para largarme de una vez por todas a mi casa. Este fue realmente un día agotador. Meto mi mano en el bolsillo trasero de mis jeans para sacar mis llaves, pero no las encuentro, emito un suspiro frustrado y empiezo a buscar por todos mis bolsillos y hasta en mi mochila, pero no las encuentro. Genial, simplemente genial. Ahora tendré que ir caminando.
Me doy la vuelta y casi se me sale el corazón del susto que me dio esta chica.
— Joder — Gruño por lo bajo y llevo una mano a mi corazón. No sé de dónde carajo salió, pero la reconozco al instante. Margot Keller esta delante de mí, a tan solo unos pasos.
— Discúlpame, realmente no pretendía asustarte. — Levanta las manos en señal de paz y da unos pasos más cerca de mí. Puedo oler su fragancia a flores y me encuentro deseando poder hundir mi cabeza en su cuello y aspirar ese delicioso aroma.
— No pasa nada, me tomaste desprevenido — es entonces que me doy cuenta de que tiene las llaves de mi coche entre sus dedos. Ella parece darse cuenta de lo que estoy viendo y dirige sus ojos hacia ese lugar.
— No lo malinterpretes, no las robe ni nada — Se ríe un poco — Cuando ibas caminando por el pasillo yo iba justo detrás de ti, vi que la sacaste de tu bolsillo y pretendías meterlo al de tu chaqueta o no se, pero se te cayeron — Me observa durante unos segundos — Supongo que no te diste cuenta — termina por decir y se encoge de hombros.
Realmente estoy sorprendido, no me fije que Margot venia detrás de mí, pero doy gracias infinitas al destino o lo que sea para que sucediera esto. Ella extiende su mano para entregare mis llaves y yo hago lo mismo, nuestras manos se rozan por unos segundos y descubro que su piel es suave.
— Te lo agradezco, pensé que ya las había perdido.
— No pasa nada, de seguro no hubiera sido lindo que regresaras caminando a tu casa.
— Por supuesto que no — le doy una sonrisa — ¿Qué te parece si te invito a comer como agradecimiento?
Parece que eso la saca de balance, supongo que no se lo esperaba. Pero vamos, no soy un malagradecido.
— Eso es muy gentil de tu parte, pero realmente no puedo. — Ve el reloj en su muñeca y hace una mueca, después voltea a verme. — Me tengo que ir, ya se me hizo tarde. — Se voltea y empieza a caminar, pero a último momento se gira en mi dirección. — Fue un placer ayudarte. — Me regala una sonrisa y continua su camino.
Joder, que chica. No la conozco mucho, pero sin duda siento una atracción por ella. Y como no hacerlo, cuando luce como un jodido ángel.
Editado: 28.07.2019