Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Prólogo

—Entonces ¿Estás terminando conmigo Carlos?— esa simple pregunta lo regreso a la realidad, la miró y no sintió ni una pizca de culpa por dejarla, esa bella mujer de ojos miel, un ser tan bueno y hermoso, pero su mente en conjunto de su corazón ya no la notaban como antes.

—Así es— susurró en respuesta pensando porque había tardado tantos años en dar el paso de terminar su relación, ama a su ahora ex, pero no de la manera de sus inicios, ahora solo sentía por ella cariño, aprecio y fraternidad.

—¿Por qué?— esa simples palabras formaban la pregunta que Nicole Herrera se hacía ante la molesta, vergonzosa y dolorosa situación que vivía ahora mismo, en su cabeza pasaron los años de amistad, su relación de pareja y lo que pensó que sería eterno, hoy se terminaba para su pesar y desdicha.

—No llores por favor— pidió Carlos al verla limpiar sus lágrimas con cierta rudeza— Lo mejor es que solo sepas que ya no siento nada por ti Nicole, la razón por la cual terminó nuestra relación— pensó un momento antes de contestar— Simplemente ya no siento mismo, perdoname Gatita—

—Ya no te reconozco Carlos, adelante, responde mi pregunta, el hombre del que estoy enamorada nunca dudaría en decirme la verdad en mi cara, ahora ¿Cuál es la diferencia?—

—No quiero hacerte daño con mi respuesta, se que eres una mujer fuerte, pero sigues teniendo sentimientos, no me gustaría que nuestra ruptura sea algo trágico y que terminemos como enemigos, antes de ser mi pareja, eres mi mejor amiga, se que necesitarás tiempo para digerir todo esto y para que me veas como yo te veo ahora, simplemente no quiero perderte Nico— explicó Carlos.

—Si mataste, robaste, extorsionaste, manipulates o incluso si me fuiste infiel te perdono, pero por favor reconsidera lo nuestro, son muchos años, Carlos nos conocemos desde la 14 años, una relación construida como la nuestra no puede terminar así—

—Me enamore de otra mujer y lo que siento por ella es más fuerte por lo que siento o llegue a sentir por ti— soltó mirando a los ojos a Nicole, está por su parte se quedó en shock.

Un Crash llegó a sus oídos, un sonido simbólico que solo su cabeza procesó en ese instante, porque todo lo que anteriormente había mencionado le hubiera dolido menos que las palabras que acababa de escuchar. Primero liberó un sollozo, luego un respiro y por último un grito, dicho gritó le erizó los vellos de los brazos a Carlos, en ese instante vio cómo su ex novia se había quebrado como un cristal al impactar el piso, miles de fragmentos se esparcieron por todos lados, cortando todo a su paso, sus sentimos, sentir y anhelos. Él en menos de un minuto había acabado con las ilusiones de la persona que tenía al frente, se levantó de la silla en la que estaba, le dedicó una última mirada y se disponía a irse, paso a su lado evitando rozarla siquiera, justo cuando estaba por abrir la puerta, el ruido de una silla caer, luego la fuerza de un cuerpo aferrarse a su espalda lo detuvo, rodeado por unos delicados brazos que los retenían con vehemencia.

—Por favor no te vayas— pidió entre sollozos, aferrándose a su cuerpo.

—No hagamos esto— con cuidado comenzó a deshacer el agarre de Nicole sin lastimarla, debía irse cuanto antes, entre más rápido se alejara de ella mejor— No me hagas decirte algo que te hará sentir peor, conformate con saber que no amo y déjame ir, eres una mujer joven, bella, profesional, talentosa, inteligente y sexy, encontraras algo mejor que yo— abrió la puerta con rapidez saliendo en dirección a las escaleras.

—¡Quiero saber su nombre!— gritó bajando las escaleras que Carlos bajaba con prisa— Es lo mínimo que merezco, saber el nombre de la maldita que me quitó al hombre que amo— tomó su hombro con fuerza y lo giró, quedando cara a cara, la expresión de su rostro la dejó pasmada, estaba enojado, sus ojos la taladraban con un enojo que solo había visto en pocas ocasiones.

—Que se sea— se colocó frente a ella— La última— toco su pecho con su dedo índice— Vez— la miro a los ojos— Que le digas maldita a la mujer que amo Nicole, porqué de las dos la más maldita eres tú— dicho eso se fue.

Nicole vio su espalda alejarse por la puerta del Lobby de su edificio, miró hacia los lados, buscando algún espectador, al no ver a nadie, llena de vergüenza, con el corazón roto y destrozada regresó a su apartamento a recoger sus pedazos e intentar pegarlos.

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En otro entorno, desde la distancia la admiraba, amaba verla trabajar y moverse con soltura en el hospital, desde sus años de carrera brillaba como un faro en medio del mar. Cada día se preguntaba cómo sus gustos y sentimientos cambiaron tanto desde hace años, lucho con todas sus fuerzas para no dejar a Nicole, pero le era imposible besarla, tocarla y sentirla sin imaginarsela a ella, cambiar un par de ojos miel por unos cafe, cabello lacio y negro por rizos castaño oscuro, piel morena por una piel más clara, como los caramelos de dulce de leche. Durante mucho tiempo le pasaba, siempre vivía con el miedo de volar tanto en su imaginación que en vez de Nicole, saliera de sus labios el nombre de Lina Contreras.

—Necesito un favor Carlos— una voz femenina lo despertó, giró para decirle que no a quien se atrevía a pedirle un favor, cuando todos sabían que nunca le daba preferencias a nadie en su departamento de tomografía.

—No— soltó terminado de girar, pero su corazón se aceleró al verla de pie a solo un metro de distancia— Perdón no te escuche bien— rectificó.




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