Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 1

Los planes de cualquier persona al hospedarse en un complejo turístico es descansar, disfrutar y divertirse. Romper la rutina, dejar que todo fluya, no tener que preocuparse de nada en absoluto. Cuando Carlos Colón aceptó venir por su compañero, no le advirtieron que aquel seminario de capacitación de casi una semana sería tan estresante, agobiante y cansado.

Ver los cubos de hielo danzar dentro de la copa gracias a los movimientos circulares del sorbete, era mil veces más interesante que levantarse de la mesa y regresar al auditorio, escuchar a un doctor decrépito hablar sobre medidas de seguridad en los departamentos de imágenes diagnóstica no estaba en sus planes, solo disponía de una hora de las dos dadas para almorzar y descansar de una ardua mañana, en esos momentos le gustaría estar en la enorme sala de juegos del complejo turístico o disfrutar un paseó en un todo terreno por las playas, no estudiar o trabajar.

Con pereza acercó sus labios al cilíndrico hueco de plástico para tomar de su jugó de naranja, por el momento se entretenía con ver a las extranjeras en traje de baño desde su mesa, una gran variedad de ejemplares, su mirada captó una persona que conocía muy bien, su compañera de trabajo y universidad Lina Contreras, como siempre con su impecable vestimenta designada para cada ocasión, una enigmática y rara fémina a su vista, la espero con calma, sin moverse, desde el primer momento que sus ojos la vieron, llamó su atención, sabía que era una persona interesante, muy curiosa e insistente para su propio bien.

—Hola señor Colón— saludó lo suficientemente alto para ser escuchado debido al metro y medio que los separaba.

—Hola señorita ¿Cómo está?— Carlos Colón respondió ante el saludo.

—Muy bien, gracias por preguntar— respondió Lina Contreras ante la pregunta— ¿Puedo sentarme?—preguntó señalando la silla.

—Adelante— Lina ante la respuesta afirmativa ocupó el lugar en la silla frente a Carlos— ¿Es obligatorio que regrese?— preguntó el chico regresando su atención a su olvidada bebida.

—No seas vago, hoy es el último día— respondió Lina.

—No— se limitó a decir el hombre.

—Con razón solo tú novia te entiende—comentó la joven doctora de 26 años.

—Es lógico, ella sabe todo sobre mi— Dijo Carlos mirando fijamente a los ojos de su compañera con una sonrisa, en ese instante recordó que no tenía novia actualmente, pero quién era él para decirle que estaba soltero.

—Eso dices— susurró manteniendo la mirada— Pero sabes muy bien que no es así— una curva característica de una sonrisa se asomó en los labios de Carlos— Es verdad es tú mejor amiga y te conoce, pero no es necesario que mientas, ella no sabe todo, pero no me interesa nada que tenga que ver contigo y tu novia— dijo Lina.

—Con el paso de los años te has convertido en una gruñona— dijo Carlos mirando la cara de falsa indignación de su compañera.

—No me digas— el sarcasmo salió a flote en esa frase— Rey de los putos, por favor— Carlos apartó su copa y se levantó de la mesa.

—Soy puto, pero no con todas— dijo mientras se alejaba con dirección a la barra de tragos que estaba cerca, ordenó dos jugos de naranja y regresó a la mesa— Aquí tiene dama— Lina tomo el vaso.

—Gracias señor Colón , muy amable de su parte— dijo Lina.

—De nada— Carlos comenzó a tomar del sorbete el jugo— No quiero ir— comentó.

—Si no quieres ir adelanté, no estoy reteniéndote— el pelinegro rodo los ojos, ya estaba cansado de esa frase— Si no andarás de distraído con ese teléfono, te habrías enterado que el programa hoy es solo para médicos— dijo Lina acercando el sorbete a sus labios para tomar el líquido amarillo del vaso.

—Me estas diciendo que me levanté esta mañana para ir a esa conferencia aburrida con esa momia por nada y que perdí la oportunidad de hacer otras cosas— dijo Carlos incrédulo, las cosas que solo le pasan a él por pendejo.

—Si— se limitó a decir la doctora mirando la cara de su compañero.

—¡Lina mi vida hasta que damos contigo!— Lina se levantó emocionada al ver a Ben llegar, sabía que sus amigos vendrían de vacaciones a esté lugar— Buenas tardes— el hombre de piel morena analizaba al acompañante de su amiga.

—Buenas— Carlos trataba de entender la mirada molesta de ese hombre que recién llegaba.

—Carlos te presento a Ben Dorlouis— el mencionado extendió su mano— Ben él es Carlos Colón— el pelinegro tomó la mano que le era extendida— ¿Dónde están los muchachos?— preguntó Lina.

— Manuel y Steven están en la playa, Daniel me imaginó que sabes dónde está— respondió Ben.

—Daniel me dijo que pasaría a su habitación a cambiarse, él no regresará a la conferencia, mientras yo sí— dijo Lina.

—Olvídate de esa conferencia y vamos a la playa a ver que gringo o gringa podemos pescar— dijo Ben.

—Más tarde— rechazó la oferta— En unas 3 horas estaré con ustedes, que te parece si Carlos y tú se van a conocer el lugar— dijo Lina antes de salir corriendo y dejar a los hombres mirándose el uno al otro.

—¿Te gustan los videojuegos?— preguntó Carlos ante el silencio incómodo que se instaló entre los dos.

—Eso no se pregunta—respondió el hombre, causando un gran interés en su acompañante— Vamos al salón Gamer de este lugar, es el paraíso— dijo Ben.




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