—¿Qué pasó con Carlos?— preguntó en susurrós Daniel.
—Nada, hablaremos hoy en la madrugada— respondió susurrando, ambos estaban en una clase y no querían ser amonestados.
—Vale— dijo Daniel.
—Muy bien doctores, hasta aquí el tema de hoy, prepárense así para la siguiente clase— el maestro había terminado su programa. Todos los presentes en la sala salieron, menos el par de amigos.
—Si quieres puedo acompañarte, así no vas a estar sola—sugirió el médico— Me disculpo por dejarte sola con él, Cáceres me interceptó por una condenada emergencia—
—No te preocupes, yo puedo sola con esto, además necesito que me cubras mientras no estoy y más hoy que el encargado de la guardia es el Doctor Jiménez— al escuchar ese nombre ambos médicos miraron al cielo, todos preferían al intenso Doctor Cáceres que al otro.
—Trata de ser breve, sabes que no es fácil tratar con el Doctor Jiménez, si me trancan por cubrirte, te vas a quedar viuda y de camino te hundes conmigo en el confinamiento— dijo Daniel.
—Esta bien— dijo Lina— Regresemos al fuerte, los pacientes no se atenderán solos— terminada la charla cada uno regresó a su trabajo.
■■■♡■■■♡■■■♡■■■
En otra sección del hospital específicamente en el departamento de imágenes médicas, en el área de tomografía con mejilla hinchada y punzante Carlos tenía que trabajar, además de aguantar las preguntas y miradas sobre su cara, tenía a los médicos molestando más de la cuenta, hoy era de esos días de servicios donde tenía ganas de mandar todo por la borda y no regresar más este trabajo, pero siempre recuerda que tiene una Jeepeta que mantener, una apartamento que pagar y unos ahorros que aumentar junto a los proyectos que tiene con su vida. El dolor que sentía en su rostro en ocasiones no le permitía pensar con claridad, sabía que terminar su relación con Nicole era lo mejor, en verdad había sido muy egoísta y utilizarla de esa manera era de lo peor.
—¿Necesita algo más Doctor?— preguntó Carlos al Neurólogo que lo acompañaba.
—No, muchas gracias— respondió el Doctor retirándose junto al paciente y el camillero.
—Ya llegué— dijo Lina entrando a la sala.
—No te esperaba a esta hora— Carlos la miró desde su silla frente a la consola.
—El Doctor Jiménez es el encargado del servicio de esta noche, así que estoy aprovechando que esta atendiendo una emergencia para venir aquí— Carlos se alejó de la consola y le extendió una silla extra para que esta se sentará— Esto debe dolerte mucho y en verdad estoy feliz por quien me hizo el favor de pegarte— comentó, sacó de su bata un parches de gel frío y antiinflamatorios, se los extendió— Esto te ayudará con el golpe y toma esto— la doctora le entregó un pequeño pedazo de Brownie el cual no dudo en tomar y comenzar a comerlo.
—No creas que vas distraer con este brownie ¿Tienes más?— Lina le extendió otro— Gracias, como seguía, ahorrate los comentarios mordaces, tenemos 9 meses para que lo nuestro llegué a algo, mi apartamento es más grande y está más cerca del hospital, no te obligare a compartir habitación conmigo inmediatamente, cada quién tendrá su espacio, no entraré a tú habitación, a menos que me lo permitas o sea una emergencia— la doctora asintió— Una vez a la semana una dulce señora va realizar la limpieza, si tienes algún tipo de vehículo tengo a disposición un estacionamiento extra— la joven mujer asintió otra vez.
—No tengo carro ya que lo vendí, aceptó lo de habitaciones separadas. Envíame la dirección de tú casa, no es necesario que me recojas— se levantó de la silla y se fue.
—Se fue— miró con indignación la puerta.
■■■♡■■■♡■■■♡■■■
—Ya estoy aquí— la doctora tocó el hombro de su amigo.
—El Doctor Jiménez acaba de llegar, le dije estabas en el departamento de imágenes como acordamos— dijo Daniel.
—Gracia, hoy te invito el desayuno— los amigos chocaron los cinco— Tengo brownie en mi bata— susurró la doctora.
—Depósitos en el bolsillo de la bata— Lina colocó varios brownies envueltos en bolsas individuales en los largos y profundos bolsillos de su amigo— Su transacción ha sido procesada— Daniel desapareció para engullir su recompensa azucarada.
Su jornada había acabado de manera satisfactoria, hace unas horas había llegado a su casa, se bañó y se acomodó lo más que pudo, muerta del sueño comenzó a preparar su maleta con lo necesario, ropa, accesorios y libros. Después regresaría por algún otro detalle, con más calma, con las maletas listas, fue por algo de comer, en el caminó se detuvo para comprar comida, el combo No.1 de Wendy's y un helado de vainilla de la misma franquicia, mientras comía miraba por última vez su pequeño hogar, le molestaba dejar su casa para irse a una desconocida, su celular vibró y emitió una notificación, se limpió las manos y revisó su correo electrónico, era un correo de Alemania.
—La custodia— recordó de repente, en su afán de olvidarse de Carlos había olvidado el procesó de custodia de los hijos de David— De seguro es un avisó para informar la anulación del proceso— Abrió mensaje, leyendo todo con atención, hasta esa parte— No puede ser— susurró— Legalmente son míos— una sonrisa se curvo en sus labios, pero se apagó de inmediato— ¿Cómo rayos me traeré a los niños sin que Carlos se enteré?— se preguntó terminando de leer todo el documento que había en el mensaje, David y ella tenían custodia compartida de los hijos de él y ante la ley ella es la madre de ellos. Más abajo entendió que estas vacaciones de fin de año le tocaba a ella tenerlos, con su situación actual no sabía si eso sería posible— Aún faltan varios meses, algo se me ocurrirá— Apagó la pantalla del celular, terminó su comida y fue a seguir organizando sus cosas, minutos después el timbre de su casa sonó—¿Quién vino sin avisar? Odio que la gente se aparezca sin anunciarse— el sonido se volvió más insistente con el paso de los segundos, dejó todo para a recibir al mal educado que fue a su casa sin cita previa, odiaba las visitas improvisadas.
Editado: 21.02.2025