Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 10

—Solo es un fin de semana mujer— dijo Carlos.

—No quiero conocer a tu familia— explicó Lina, caminando de un lado a otro en el apartamento— No tengo ganas de aguantar el drama en el que soy la suripanta que rompió el noviazgo perfecto de su hijo con la chica de sus sueños. De seguro tus padres deben pensar que estoy embarazada y que te casaste conmigo para cumplirme, en vez de pensar que su hijo querido en realidad me obligo a casarme con él en contra de mi voluntad— miró a Carlos un momento.

—En la actualidad nadie se casa por un embarazo y no seas tan exagerada— Carlos seguía de un lado a otro a la paranoica esposa que tenía, la cual no dejaba de moverse— ¿Qué rayos te preocupa?—preguntó.

—Compartir habitación contigo— respondió—Iremos a una finca donde se supone que como— suspiro levantando las manos, con sus dedos índice y mayor haciendo señas de comillas— esposos, debemos dormir juntos, no soy indiferente a que te atraigo de manera sexual, me he dado cuenta como te quedas mirándome el trasero y como me tu mirada cambia cuando tengo ropa de diferente a esta— señaló su pantalones y blusa holgada.

—¿Está mal que miré a mi mujer con deseo?— preguntó Carlos.

—A esta mujer que tienes sí— respondió Lina entrando a su habitación.

—Solo será un fin de semana— entró cerrando la puerta a su espalda, Lina se giró por el sonido de la cerradura.

—Abre la puerta— ordenó mirándolo— Sabes que tienes prohibido entrar a esta habitación y menos cerrar la puerta— Carlos rodó los ojos, se giró y abrió la puerta de par en par, dio unos pasos hacía atrás— Gracias, sobre la salida con tu familia, déjame pensarlo— dijo Lina.

Resignado fue a la sala, se estiró como un felino para liberar la tensión, convencer a su esposa era una pelea titánica, con la pocas fuerzas que le quedaban fue por sus llaves, antes de salir escribió en una nota desechable que saldría a casa de sus padres, la pego en el refrigerador y salió de su apartamento a su antigua morada familiar. Al llegar estacionó frente a la entrada, colocando la alarma, por la hora sabía que su padre junto a su hermano mayor no estarían por el trabajo, su cuñada debía estar con su sobrina en alguna parte, su madre todas las tardes se dedicaba al mantenimiento de su jardín, desde su jubilación su rutina era ayudar en el negocio y su amado pasatiempo la jardinería.

—Madre buenas tardes— saludó Carlos entrando al jardín.

—Hola Carlitos— saludo la señora Colón sin despegar la mirada de su huerto de tomates— ¿Qué te trae por aquí hijo?— preguntó, según tenía entendido que pasado mañana todos se reunirían para un fin de semana familiar.

—Es sobre la salida para pasado mañana—respondió sentándose junto a su madre.

—No me digas, otra vez tiene servicio, su madre se enfermó, se torció un tobillo, ya me se esas excusas y las mil más que nos ha dicho, simplemente di la verdad hijo, ella no quiere saber de tu familia— Carlos trató de protestar pero Perla Colón no permitió que continuara— Tenemos meses intentando conocerla, cada vez que vamos a tu apartamento ella no esta, la semana pasada la excusa es que no podía recibirnos. Dile a tu mujer que un fin de semana el campo no la va a matar, Nicole nunca presentó objeción sobre la vida campestre, es una pena que la nueva pareja que tienes prefiera otras vistas.

—Mi esposa ama la vida del campo, mamá las cosas entré ella y yo solo son algo complicadas— dijo Carlos.

—Te veo desde que nos enteramos de este matrimonio muy tenso y triste, es como si no fueras feliz— Perla dejó sus utensilios de trabajo a un lado, se giró un poco, tomó una de las manos de su hijo— Sabes que puedes hablar conmigo, tal vez pueda ayudarte—

—Lo sé— se acercó estrechando en un fuerte abrazo a su madre—Mi esposa no es una mala mujer, no me ha desatendidos, pero hice algo que no me ha perdonado aún, también— rompió el abrazó, miró hacia la puerta— No he tenido— giró el rostro.

—No has tenido sexo con ella desde que se casaron y estás frustrado— Carlos asintió avergonzado— ¿Ella se niega a estar contigo en ese ámbito?— pregunto Perla.

—No madre— respondió Carlos, odiaba mentirle a su madre, pero decirle que sí, tendría que explicar muchas cosas.

—¿Qué le hiciste a tu esposa?— preguntó la señora Colón.

—Le fui infiel con Nicole— respondió.

—Las cosas ahora cobran sentido, en verdad lo que hiciste estuvo mal, muy mal Carlos Colón, para una esposa una infidelidad es muy difícil de perdonar y me siento mal que eligieras a tu mejor amiga para hacer esa artimaña tan baja, saliste con Nicole por muchos año, la terminas y luego regresas dándole falsas esperanzas, para hacerla sufrir otra vez, ya me imaginó lo que debió haber sufrido la pobre estos meses. Espero que esto te sirva de lección, en verdad estoy sorprendida por tu comportamiento—

—Lo tengo claro mamá—

—Espero tener respuestas positivas, fuera de todo, es bueno que ella nos conozca—

—Gracias por escucharme madre— Carlos se levantó— Haré lo posible para traerla—

—No la presiones, déjala que venga sola—

—Está bien, debo ir al trabajo, me saludas a los demás—se inclinó besando la mejilla de su madre y salió de la casa.

—Clara querida este fin de semana será muy interesante— Perla acercó su mano a los pétalos de una de las orquídeas que tenía a su lado.




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