Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 13

El hombre que desconocía entró juntó a su ex tomados de la mano justo cuando la mesa estaba servida, comieron en un silencio incómodo, Nicole pasó todo el rato mirando a Lina, esperando desaparecerla, sus padres trataron de iniciar varios temas de conversación, pero todos morían al instante por las respuestas cortante de los participantes. Por su parte Elena entendió el gran error que había cometido al invitar a su amiga, sabía que nada bueno saldría de esta reunión.

—Mami— una pequeña voz infantil captó la atención de todos los presentes en la mesa.

—¿Qué pasa Cami?— preguntó Elena a su hija.

—Lina dijo que podía comer brownies si me dabas permiso— respondió la pequeña Camila de 5 años, la niña acompañó toda la mañana en la cocina a la esposa de Carlos, mientras está cocinaba.

—No tengo problema— dijo Elena.

—Voy por el postre— Lina se levantó de la mesa con su plato en sus manos.

—Déjame ayudarte— todos miraron con sorpresa el ofrecimiento de Nicole.

—Esta bien— ambas mujeres se fueron ante la mirada de la familia.

—¿Piensas dejar a esas dos mujeres solas?— preguntó Kevin a su hermano.

—Kevin termina de comer— intervino la señora Perla ante la pregunta tan estúpida de su hijo.

Minutos más tarde Lina y Nicole regresaron al comedor con pequeñas bandejas con variedad de dulces, brownies, dulce de coco, chocolates y cupcakes. Ambas regresaron a sus respectivos lugares, la Doctora con una gran sonrisa le extendió un cuadrado de color marron a Camila, la cual no dudo en tomarlo.

—Perla prepare sus cupcake favorito—Nicole le extendió la bandeja con los pequeños pasteles de cobertura amarilla — Sus favoritos—

—Gracias Nicole— tomó uno de los pastelitos— Lina querida deberías probarlos, son muy buenos—

—Adelanté— insistió Nicole.

—Si los hiciste para la Señora Perla no creó que sea prudente tocarlos— rechazó sutilmente el ofrecimiento.

—¿Quién te crees para rechazar mis cupcake?—preguntó irritada la morena.

—Calma Nicole— susurró Elena tomando el brazo de su amiga.

—No es un delito rechazarte— respondió Lina.

—Por favor— Pidió Carlos a su lado.

—Si no les molesta, tomaré uno— Gregario trató de atraer la atención de Nicole.

—Gregorio cariño, podrás tomar uno cuando Lina lo haga, no puedo permitir que la esposa de Carlos rechace un ofrecimiento de Perla— dijo Nicole colocando un Cupcake frente a Lina— Uno no te matará— susurró.

—Te gustan los cupcake, no veo el problema en comerlo, acaba con esto— dijo Carlos.

—Si ella no quiere, no pueden obligarla— intervino el señor Colón ante la insistencia de su antigua nuera.

—Esta bien— Lina tomó el pequeño pastel en sus manos.

—¡Por fin!— Gregorio tomó un Cupcake se lo llevó a la boca, sus papilas gustativas explotaron por el sabor de la piña y la nuez, sus neuronas hicieron sinapsis tan rápido que casi salta de la mesa— Suelta eso— señaló el postre en manos de su colega del otro lado de la mesa, todos le prestaron atención por el repentino cambió de atención.

—No pasa nada Gregorio— dijo Lina dando un mordida— No está para nada mal ¿Tú lo preparaste?— le preguntó a la ex de su esposo saboreando aquel pastelito.

—Si— respondió.

—Comeré otro— Lina tomó otro Cupcake de la bandeja y lo comió con agradó, levantó la mano para tomar un tercero, pero Gregorio se asustó.

—¡Ya basta!— gritó Gregorio levantándose de la mesa— Te volviste loca, suelta eso— le arrebató el pastelillo de las manos— No le dijiste a tú esposo que eres alérgica a la piña y las nueces, no sabía que casarte te haría una suicida— la revelación de esa información asombró a todos.

—Dios mío, no sabía que eras alérgica— dijo Nicole preocupada— Perdón Lina, Gregorio ¿Va a estar bien?—

—Ahora no Nicole— Gregorio se movió al otro extremo de la mesa— ¿Dónde están tus medicamentos?—preguntó.

—Gregorio no era necesario amar este escándalo, estás asustando a todos, ya tengo mis alergias controladas, no necesito, medicamentos— expresó— Para quiénes no lo saben, el Doctor Gregorio Hernández y yo somos colegas desde la escuela de medicina, por eso la confianza— su vista de detuvo en Nicole— Tranquila, estoy bien, ya la piña y las nueces no hacen estragos en mi sistema, me tendrán que disculpar, al parecer tomé mucha agua y necesito pasar al baño— con esa explicación Lina se retiró de la mesa en dirección a las escaleras.

—Voy contigo— Gregorio intentó seguirla, pero Lina lo detuvo.

—Estoy bien, quédate aquí— ordenó.

—Te estás hinchando— dijo Gregorio angustiado, conocía a primera mano las alergias de Lina, en muchas ocasiones le tocó presenciarlas y tratarlas.

—Ven acá— el doctor se acercó, Lina le susurró en el oído— Si no puedo controlarlo, te llamó, estaré bien, ahora ve a calmar ese avispero— dio unas palmaditas y subió con prisa.

—¡No te quedes como un idiota ve con tú esposa!— gritó el señor Manuel levantando a su hijo de la mesa, Carlos asintió, pasó al lado de Gregorio y se perdió en las escaleras.




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