Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 15

—Maldito seas Gregorio— pensó Lina subiendo al topé sus audífonos. Esperaba con Dios mediante que la familia Colón no escuchará a ése par en su ritual de apareamiento— Esta situación parece una novela de Wattpad— con toda la vergüenza que tenía salió de la habitación en busca de un lugar tranquilo y lejos de sus vecinos. A los pocos metros logró visibilizar a Carlos que entraba por una puerta, se retiró los audífonos y para su sorpresa todo estaba en silencio.

—Hola— saludo Carlos.

—Hola— respondió de igual manera.

—Pasa algo te veo inquieta— su esposa miraba de vez en cuando a sus espaldas y su cara estaba algo roja.

—Nada— giró su cabeza en dirección a la puerta de su habitación, ni loca pensaba decirle a su esposo que su ex y su nuevo novio estaban muy acaramelados en todos los sentidos.

—Tu teléfono está sonando— Carlos señaló el aparato en las manos de su esposa.

—Gracias— el nombre del destinatario la dejó de piedra— Que no me pida lo que estoy pensando— pensó antes de colocar el teléfono en su oreja— ¿Qué pasa Gregorio?— preguntó.

—¿Tienes preservativos en tu bolsa multiusos?— preguntó el doctor desde la otra línea— Se acabaron los que tenía, dime que sí— insistió.

—Claro que tengo, déjame ir a la habitación— respondió en voz baja.

—No me digas, nos estás escuchando— dijo riendo del otro lado.

—Que crees animal— miró a Carlos— No quiero ver nada Hernández— dijo antes de cerrar la llamada.

—Me vas a decir que está pasando y porque la cara de terror, vergüenza y bochorno por la llamada de tu amigo, claro si se puede saber— la actitud de su esposa lo estaba llenando de curiosidad, tenía casi dos horas solo en la terraza desde que Nicole se fue y cuando se disponía a descansar, se encuentra a Lina actuando de manera muy rara.

—Colón no estoy para que me molestes— dicho eso Lina regreso a la habitación por su mochila multiusos y de su botiquín sacó con discreción dos tiras de preservativos, los guardo en una pequeña bolsa de tela donde quedaban pocas curitas y ante la mirada curiosa de Carlos, salió en dirección de la puerta vecina, tocó y a los pocos minutos se entreabrió y una mano salió a recibir la bolsa.

—Gracias—dijo Gregorio asomando la cabeza todo despeinado.

—De nada, sean prudentes y no se excedan—dijo Lina ayudando a cerrar la puerta.

—Es mi imaginación, pero tu amigo estaba desnudó— dijo Carlos a espaldas de Lina— Espero que dejarás algunos para nosotros, porque si andas apoyando que tu amigo se acueste con mi ex en nuestras vacaciones familiares— Lina se giró y miró la cara molesta de Carlos— No esperaba eso de Nicole—susurró molestó— Para rematar mi esposa les apoya— vaya manera de su ex de decirle que ya lo había olvidado.

—Lo que ellos dos hagan no es asunto nuestro ¿Celoso?— un fuerte gemido interrumpió las palabras de la Doctora— Dios mío que escandolo— su cara se tornó de color rojo y se apartó de la puerta— Dejalos ser feliz y no te atrevas a tocarme—

—No te haré nada, solo no me hables ni me mires, ¡Que rabia!— Carlos abrió la puerta de su habitación con fuerza y se encerró en el baño.

—Bueno hoy tendré que aguantar a Carlos de mal humor— dicho esto entró a su habitación cerrando la puerta en el procesó.

Mientras tanto en el baño de esa misma habitación mirando la rústica pared mientras el agua caliente recorría su cuerpo de la cabeza hasta los pies. Apoyó ambas manos en diferentes cuadrículas y las presionó con rabia, entendía que su ex podía hacer lo que le viniera en gana con su vida, pero por dentro se sentía incómodo, además su amada esposa no ayudaba.

El sonido de la puerta de la habitación cerrarse le había indicado una cosa, Lina había entrado, por su malévola cabeza pasó una idea maravillosa, le jugaría una broma, pero le cobraría su osadía de contribuir con la vida sexual de su ex con el doctor ese. Tomando su tiempo terminó su baño, secando lo necesario se coló su ropa interior, agarró su toalla en sus caderas y salió descalzo.

—Muy lindo tu pijama— comentó recostado del marcó de la puerta del baño— Es una pena que no vayas a necesitarlo en unos minutos— Lina ante ese comentario se tenso.

—Eso no es gracioso— dijo Lina desviando la mirada, fue una choque ver a Carlos en la puerta del baño solo con una toalla. Oficialmente podría declarar este día como uno de los más raros de su existencia.

—En verdad, no se porque me preocupó por lo que el otro esta gozando, cuando tengo una esposa hermosa para disfrutar de los placeres de la carne—

—¿Seguro?— preguntó dudosa.

—Muy seguro— se acercó a Lina estando frente el uno del otro.

—Que pena, yo no tengo ganas de hacer eso que Gregorio y Nicole están haciendo—dijo Lina

—¿Por qué no podemos hacerlo?— preguntó Carlos.

—No te va a gustar mi respuesta y lo sabes—

—Insisto—

—Sabes— acercó una de sus manos al borde de la toalla de su compañero— Se te ve la franja del boxer, debes estar muy desesperado para llegar a estos tipo de bromas, te lo repetiré — colocó su mano en vientre plano de Carlos—No te amo, no me gustas y no te deseo— apartó su mano y fue en dirección a la cama donde se recostó con su celular en las manos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.