Capítulo 17

Ya en la orilla Lina buscó en su mochila dos toallas, rodeo una alrededor de su cuerpo y la otra se la extendió a Carlos, el cual había llegado unos segundos después de ella. Sentados en sus sillas plegables comieron en silencio, en momentos ambos se miraban con disimulo, la mano de la doctora se extendió en dirección de la cabeza masculina y entre sus dedos atrapó en el cabello rizado de su esposo una pequeña mariquita, Carlos miró sorprendido el pequeño bicho entre los dedos de su esposa.

—¿Cómo habrá llegado a mi cabeza?— preguntó intrigado.

—Pues volando— separó sus dedos y el pequeño bicho emprendió el vuelo en dirección a la cabeza de Carlos, donde se asentó otra vez— Le gustas a la mariquita— dijo Lina riendo por la casualidad del animalito.

—La única que me desprecia es usted señora Colón, hasta la naturaleza me ama— dijo Carlos.

—Te tienes bien merecido mi desprecio, pero fuera de todo debemos hablar—

—¿Qué pasa?—preguntó curioso.

—Mi ex tiene unos hermosos y maravillosos nenes— pauso antes de continuar— Resulta que antes de casarme contigo estaba haciendo los trámites para ser la madre legalmente de esos niños, no hace mucho llegó el fallo y tengo 3 hijos bajo mi cuidado—

—No voy a criar a los hijos a tu ex prometido, no quieres tener hijos conmigo y quieres que aceptes los de ese hombre, él que se haga responsable y no los quiero en mi casa ni en tu vida, que se busquen a otra madre— Carlos dejó el emparedado que se estaba comiendo.

—Te recuerdo que nuestro matrimonio es solo por un año, hablas como si esto va para largo, estoy cumpliendo con informarte para cuando me tenga que ir no me vengas con problemas—

—No lo aceptó— se pasó las manos por la cabeza molesto— No puedes hacerme eso, no se que demonios vayas hacer con ese hombre mientras me quedo como un estupido aquí—

—No soy como tú— Carlos la miró sorprendido—No iré a acostarme con mi ex para darte celos, voy a estar con los niños y ya— explicó Lina.

—No quiero ni acepto—

—No te estoy pidiendo permiso— dijo Lina.

—Podemos negociar— acercó su mano a la rodilla de su esposa— Sabes lo que quiero— Lina apartó su mano.

—Eres un degenerado— dijo Lina intentando no perder la paciencia—Parece que no fuimos los únicos en venir temprano— con la mirada señaló a Gregorio y Nicole llegar tomados de la mano.

—Eso veo—susurró, ya no le apetecía seguir comiendo y estar en ese lugar, gracias a los intrusos y las nuevas notícias, sus ganas de divertirse bajaron a números negativos.

—¡Hola!— gritó Gregorio a la distancia al reconocer a su colega en compañía de su insufrible esposo.

—No mires a Gregorio así— susurró Lina al ver la mirada de perros que tenía Carlos.

—Se acostó con mi ex en mis vacaciones familiares, en la habitación continúa a la nuestra y como sorpresa del pastel mi esposa los apoya— dijo Carlos irritado tomando sus cosas.

—Yo no estoy apoyando a nadie, además que rayos te importa que haga tu ex con su nueva pareja, sabes que Colón, jodete— la doctora se levantó de la silla, buscó su ropa y se vistió mojando sus prendas por la humedad del traje de baño— ¿Dónde dejaste las llaves de mi vehículo?— preguntó con su bolso al hombro y colocando sus zapatos.

—Estan en la mesa de noche del supuesto lado de la cama que es mío— respondió— ¿Para dónde vas?— preguntó Carlos al verla alejarse.

—¡Lejos de ti!— le gritó a la distancia.

—Lina —llamó Gregorio al verla acercarse muy enojada— ¿Qué pasó?— preguntó.

—Carlos ¿Te hizo algo?— preguntó Nicole, ella sabía que su ex pareja no era violento, pero podía ser agresivo con sus palabras.

—Nada—les respondió a ambos— Lo que pasa es que tu amado Carlos—señaló a Nicole—Esta molestó porque lo que ustedes hicieron anoche y me esta jodiendo la vida por pasarles preservativos a Gregorio, saben olviden que me vieron, disfruten su mañana y sean felices, ambos se merecen esta oportunidad, si me disculpan— la doctora se retiró a paso firme.

—Nico lo siento—susurró Gregorio mirando a los ojos a su nueva novia.

—No te disculpes, ella tiene razón a Carlos no le importa que haga con mi vida, ya no— dijo Nicole— Carlos Colón— la psicóloga se acercó a su mejor amigo para tener una breve charla por su actitud, pero la expresión en su rostro la detuvo.

—No se metan en esto— esas fueron las últimas palabras de Carlos mientras se alejaba de la recién llegada pareja.

—Nicole si quieres podemos regresar— susurró el doctor al ver la seriedad en la cara de su novia.

—No, vamos a seguir con nuestro itinerario, Carlos eligió a Lina sobre mi, así que no es mi problema que le molesté con quien salgo y que pueda hacer o no con esa persona, si él fue tan egoísta para herir mis sentimientos, yo también puedo hacer lo mismo—dijo Nicole—Vamos, te va encantar este lago y sus aguas— tomó una de las manos de Gregorio entré la suya, sin prisas caminaron hasta la orilla del lago para instalarse.

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Había llegado a la casa lo más pronto posible, quería encerrarse en su habitación o en cualquier parte, en fin lejos de Carlos y de cualquier cosa cercana. No tomaba sus cosas cosas para largarse por respeto a la familia Colón que no merecía un desplante, antes de entrar a la casa tomó aire por unos segundos para liberarlo de sus pulmones, abrió la puerta y se encontró con Kevin que al parecer tenía intención de salir, pero había algo diferente, su cuñado estaba muy nervioso.