Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 20

Durante el día de clase en clase había llegado la última de su jornada, la morgue, por vago había dejado el laboratorio de Neuroanatomia atrasado hasta que lo tomó ese semestre, gracias a los resúmenes de su cuñada y su primo no sufría tanto como sus compañeros que necesitaban un milagro para pasar el laboratorio, su vista se fijó en la entrada de la morgue, sus ojos se ensancharon al ver a la chica que todos los días apreciaba correr para llegar a sus clases, está bajaba sonriente las escaleras con una hoja de papel en sus manos, dado que poseía una bata de manga corta lo más probable es que estuviera en premedica. Ya que es raro que a estas horas estuvieran estudiantes de otras carreras de la salud. Acompañada de un puñado de compañeros se acercaron a su ubicación.

—Siempre te va bien en los exámenes Pilar— Comentó una de las chicas que rodeaba a la misteriosa chica corredora.

—Así que se llama Pilar— pensó Kevin fingiendo leer en su tableta.

—Recuerda que su hermana y dos de sus primos son Doctoras— dijo otra chica que hace unos momentos se había despojado de su bata.

—Por más que tenga familia en el área, sino estudié voy a reprobar, claro estoy ya algo familiarizada con la medicina ya que crecí en ese lenguaje y ayudando a mi hermana, pero todo lo que hago es horas de estudio. Mi hermana es muy estricta conmigo cuando se trata de la carrera y eso que estoy en Pre—medica— dijo Pilar ante los comentarios de sus compañeras.

—Nos vemos Pilar— las compañeras de la chica se fueron dejándola sola.

—No es muy seguro que te quedes aquí y más cuando los últimos estudiantes van a entrar a su clase— dijo Kevin al notar la cantidad de personas que quedaban en la parte externa de la morgue.

—No te conozco, gracias por el interés, pero mi hermana está dando clases en la morgue y entraré con ella a su última clase— dijo Pilar sentándose al lado de Kevin.

—Ok— el chico regresó a su lectura.

Con disimulo se pasó el tiempo para entrar a su clase viéndolo de cerca. Tenía un abundante cabello rizado cayendo sobre sus hombros y espalda, por la ropa algo ceñida que portaba, marcaba unas delicadas curvas, parecía un reloj de arena, había notado que no era muy alta de estatura le sacaba casi dos cabezas, de perfil su rostro le era familiar, era como un deja vu, sentía que la conocía. Sin darse cuenta la estaba mirando fijamente, sin poder evitarlo tocó con uno de sus dedos su mejilla justo en el hoyuelo que se asomó por la sonrisa que portaba al estar pendiente. Por la acción de la persona a su lado Pilar se apartó, elevó su mano y la estampó con fuerza en la cara de Kevin, el sonido de la bofetada fue tan fuerte que las personas del alrededor hicieron silencio.

—¡Quién te crees para ponerme tus sucias manos encima!— gritó la chica tomando su mochila y marco distancia. Kevin estaba pasmado con el rostro girado—Eres un atrevido— Pilar se fue en dirección a la encargada de la morgue para pedirle que llamará a su hermana en el salón de profesores.

—¿Qué pasó?— todos se preguntaban ante la escena.

—Ese chico parece que se propaso con esa chica— se escuchó uno de los comentarios.

—Rayos— masculló Kevin cubriendo su cabeza con la capucha de su abrigo.

—¿Qué pasó?— Kevin giró al ver a su cuñada en la entrada de la morgue juntó a la chica que lo había golpeado.

—El chico que tiene la capucha me tocó la cara y no lo conozco— respondió Pilar escondiéndose en la espalda de su hermana.

—¿Te tocó en otro lugar?— preguntó Lina a su hermanita, pero esta negó con la cabeza— Muy bien, esperame aquí, Mercedes llama a seguridad— Kevin al escuchar eso se levantó como un resorte— ¡Cuidado con irte!— gritó la doctora bajando el pequeño tramo de escaleras para acercarse al causante de las molestias de su hermana— Oh no— susurró al reconocer a la persona que estaba frente a ella, giró su cuerpo en dirección de la encargada—Mercedes olvida la seguridad, yo me encargó, conozco al chico— la señora asintió y regresó a su lugar, por su parte Pilar miró confundida a su hermana— Se todas las personas de esta Universidad tenías que ser tú— dijo Lina.

—Lo siento, no se que me pasó, bueno se que me pasó, sólo le toque con un dedo un hoyuelo, ella comenzó a gritar y me pegó— señaló su cara con una marca de una mano cubriendo más de la mitad de su rostro.

—Kevin no puedes andar por la vida tocando la cara de la gente, no importa que tan adorable sea, hablaremos en casa y oremos que esta situación no llegué a oídos de madre— dijo Lina.

—Que tiene que ver tu madre en esto y porque defiendes a esa enana agresiva— dijo Kevin.

—Esa enana agresiva es mi hermana menor, mi bebé y bendición, además es menor de edad, pídele a Dios que no llegué a oídos de mi madre— el rostro de Kevin padeció y dejó caer sus cosas, un día tan tranquilo terminó en catástrofe, golpeado, regañado bajo la mirada asesina de su cuñada y posiblemente preso en las siguientes horas por estar de curioso tocando mejillas de una chica menor de edad.

—Necesito mi celular— susurró sacando de sus bolsillos su teléfono.

—Tranquilo—le arrebató el teléfono— Esto ya pasó, entra a tu clase y resolvemos esto en casa, no quiero a Carlos aquí— explicó la doctora.

—Esta bien— dijo el chico más calmado.




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