Capítulo 22

En la residencia Hernández todos los miembros de la familia miraban con curiosidad a la joven mujer que el primogénito de la familia les había traído ese día. Nicole sonreía de los nervios, en ocasiones miraba a su pareja a su lado, Gregorio estaba calmado a su lado, sosteniendo una de sus manos entré la suyas, la mirada de su padres y su hermana no era negativa, al parecer les era de su agradó.

—¿Qué dicen familia?— preguntó el doctor.

—Es bonita y según nuestras investigaciones no es una mala muchacha, pero lo importante es que ha logrado que tengas esa cara tan radiante— pauso sus palabras por un momento la menor de la familia— Yo le dió un sí—dijo Jessica.

—Sí esa señorita te hace feliz, para nosotros esta bien— habló el padre de Gregorio— Bienvenida a la familia Nicole— el cabeza de la familia Herrera se levantó y le extendió la mano.

—Gracias señor— Nicole tomó la mano en respuesta.

—Espero que tengas hambre hija, preparé una cena deliciosa— dijo Rosa la mamá de Gregorio.

—Estoy ansiosa por probar su comida— dijo Nicole.

—Grego te quitaré a mi cuñada un momento— Jessica tomó del brazo a Nicole, sacándola de la sala.

—Iré a ver la comida que tengo en el horno— la señora Rosa se retiró.

—¿Seguro qué es la indicada?— preguntó el señor José a su hijo— Me contaste las condiciones en que la conociste, mi consejo es que lleves las cosas con calma—

—Es ella papá, eso es seguro, voy despacio, créame Padre si ella no es la indicada no la hubiera traído a casa— dijo Gregorio.

—Esta chica se ve menos intensa que Lina, ella me cae bien, pero no era la indicada para ti—

—Dígalo fuerte, gracias a Dios que nunca me enamoré de ella, bueno papá vamos a comer, te va a encantar las anécdotas de Nicole— ambos hombres caminaron rumbo al comedor.

Dentro de una de las habitaciones del segundo piso Nicole miraba con interés como su cuñada revolvía su closet en busca de algo que no tenía planes de aparecer. La adolescente al encontrar lo que buscaba, era un vestido muy bonito de color azul, sin mangas hasta las rodillas, bastante sencillo pero elegante.

—Vamos póntelo,voy a mi baño por mis utensilios de maquillaje y mis accesorios— dijo Jessica.

—En verdad, no es necesario, está muy bonito— dijo Nicole regresandole la prenda.

—Cuñada por favor, ese vestido fue diseñado por mi, tarde días sin dormir, todo con ayuda de Grego y con el asalto de uno de sus vestidos, que prometo regresar, vamos Nicole, que el día que cenas con la familia de tu novio, recuerdes lo bella que estabas— Nicole reflexionó un momento las palabras de la hermana de Gregorio, esta visita fue casi improvisada, por una emergencia con un paciente y el papeleo le fue imposible arreglarse de manera decente.

—Esta bien— Dijo Nicole.

—¡Excelente!— gritó de la emoción la joven— Te daré tu espacio, cuando estés lista solo llámame—Jessica salió de su había dándole espacio a Nicole.

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—¿Por qué tardan tanto?—preguntó Gregorio— Ponerse un vestido no es una tarea tan difícil— expresó el doctor.

—Ya conoces a tu hermana, pero relájate ambas mujeres no saldrán corriendo— dijo el señor Jose revisando con tranquilidad los titulares del periódico.

—Mamá se fue hace 15 minutos y nada de ella regresar— en esta ocasión se dirigió a su madre.

—Eres médico, aplica tu paciencia con esto y verás como todo saldrá bien— le dijo su madre.

—Disculpen—Jessica asomó su cabeza por la entrada— Doctor Gregorio Hernández le voy a pedir que se agarre bien de su silla, lo que verás a continuación te va a dejar sin una gota de aire, se presentaron pequeños problemas técnicos que fueron más una ventaja que una desventaja— explicó la chica.

—Al grano niña—expresó Gregorio.

—Que intenso eres—susurró— Cuñada pasé— Jessica se apartó de la entrada para darle pasó a Nicole.

—¿Cómo me veo?— preguntó Nicole girando despacio para que su novio apreciará detenimiento su cambió de imagen.

Gregorio enmudeció desde su asiento, su novia se veía espectacular, el vestido de color azul se adheria su cuerpo como un guante, las mangas que recordaba ya no estaban, sus hombros brillaban, su escote lo tenía tentado a saltar sobre ella, pero se contuvo para admirar el delgado collar que se desliza por su cuello, su rostro ligeramente maquillado pero rosagante gracias al rubor, su cabello lacio y prolijo se notaba que había dedicado tiempo para que todo se viera perfecto. Su vista terminó en sus pies donde sus dedos pintados pintados de un color rosa pálido, se destacaban de maravilla con sus sandalias de tacón alto, sin poder evitarlo se levantó, se acercó y sin importarle su familia la besó.

—Te lo dije mami— dijo Jessica emocionada al ver a su hermano besar a su cuñada.

—Nicole casate conmigo— susurró Gregorio al oído de Nicole al romper el beso.

—Gregorio por favor —susurró la psicóloga.

—Hablo en serio— se apartó colocando las manos sobre sus hombros— Piénsalo Nico— se apartó caminando en dirección al comedor.