Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 23

—No puedo creer que estés aquí Gregorio—repitió por sexta vez Lina desde el asiento que estaba en el otro extremo del autobús.

—Hija ya lo sabemos, cállate y duerme—se quejó Daniel a su lado con cara de pocos amigos.

—Vamos Lina descansa— pidió Gregorio con los ojos cerrados intentando dormir.

—Disculpen— susurró acomodándose en su lugar.

La luz del día apenas comenzaba a dar señales de aparecer en el horizonte, los médicos seleccionados de varios hospitales de la capital se dirigían a realizar una jornada de salud de un fin de semana a comunidades rurales que no disponían de acceso gratuito o cercano de un centro de atención. Después de varios meses de vivir con su esposo era la primera vez que se alejaban por tanto tiempo de él, pero esa lejanía no era motivo de tristeza, simplemente se sentía raro. Cuando el sol llegó a su mayor esplendor habían llegado a su destino de alojamiento, una modesta pensión, de reojo miró las reacciones de sus colegas, no eran para nada felices y se quejaban entre ellos por el lugar sin mencionar que fueron obligados por sus respectivos directores.

—Odio estas jornadas— comentó Daniel— Vamos a pasar por un calor infernal en los campamentos improvisados—

—Por lo menos no tenemos la necesidad de utilizar todo el uniforme— dijo Lina leyendo algunos puntos importantes de la hoja que correspondía al cronograma de actividades.

—Aquí dice que nos movilizaremos a la comunidades de casa en casa el día de hoy, esto solo aplica a hogares distantes, para mañana estaremos en casas de campaña y locales autorizados— leyó Gregorio.

—Espero que nos toqué en el mismo grupo— pidió Daniel mirando al cielo, no soportaría a otros colegas necios como los que andan rondando por los alrededores.

—Preferiría trabajar con ustedes que con ellos— Gregorio señaló al grupo del fondo que estaban más pendientes a sus teléfonos que a otra cosa— Me gusta mi programa, pero estoy rodeado de niños de papi y mami en el mal sentido, además esas mujeres no respetan— expresó el doctor.

—Ya llegaron mis niños—dijo Lina ante la confusión de sus amigos.

—¿Para dónde va?— preguntó Daniel al verla acercarse a un autobús que se estaba estacionando— La condenada se robó los internos del hospital— los estudiantes bajaban uno a uno con un bolso o maleta en sus manos.

—Ve el lado bueno tendremos mucha ayuda— comentó Gregorio.

—Muy bien chicos ustedes son mi responsabilidad— Lina se colocó en el centró— Trabajamos durante semanas para este proceso, no quiero fallos, en un rato—miró la hora en su celular— Nos iremos a donde ustedes y yo nos quedaremos— el grupo de chicos asintieron y se dispersaron.

—Doctora Contreras, veo que vino con apoyó— comentó uno de los organizadores.

—Quería que estos futuros doctores tengan algo de experiencia en esta área—

—En ese caso— le extendió una hoja con Casillas— Forme su equipo, puede disponer de 3 residentes y un especialista— explicó el organizador.

— Gracias—tomó la hoja en sus manos— ¿Pueden ser un residente fuera de mi hospital?— preguntó.

—Claro—respondió—Si me disculpan, iré a dar las instrucciones a los demás Doctores—

—Muy bien, Daniel, Gregorio y Pedro se van como los residentes de mi equipo— anotó a los doctores en la casilla correspondiente— De los especialistas— Miró a los doctores que habían venido— Se fue el Doctor Paredes— escribió el nombre del traumatólogo de su hospital—Muy bien chicos— llamó a los internos que decidieron venir— Se me anotan en esta hoja, primer nombre y apellido, comienza tu Martes— el joven tomó la hoja y sus compañeros se formaron detrás de él— ¡Pedro y doctor Paredes están conmigo!— gritó Lina a los mencionados que no tardaron en acercarse— Gregorio estás a salvo de tus compañeros, se quedarán conmigo, tu también Daniel —ambos asintieron con aprobación.

—Doctora Contreras ya terminamos— uno de los estudiantes se acercó con la hoja llena.

—Gracias Torres, puedes regresar con los demás—el joven entregó el papel, regresando con sus compañeros— Tengo 10 internos en mis manos, 4 residentes incluyendome y un especialista— revisó su hoja con detenimiento— En total de 15 personas—

—Tienes un ejército— comentó el traumatólogo a espaldas de Lina

—Entre más seamos, mejor— dijo Lina.

—Lina puede preguntarte algo— ella asintió— ¿Por qué elegiste al Doctor Paredes? No se ofenda Doctor, por lo general Lina siempre elige a Cáceres— preguntó Pedro.

—Digamos que ya es momento de conocer a otros buenos médicos, como el Doctor Paredes— respondió Lina.

—Está bien, iré con los chicos— Pedro sin esperar respuesta se retiró con el grupo de internos a unos metros.

—Ahora me dirás me dirás la verdad— dijo el Doctor Paredes— Sin miedo, a nadie le gusta trabajar conmigo por mi intensidad— comentó.

—El Doctor Cáceres hizo unos comentarios fuera de lugar cuando mi esposo fue a recogerme al hospital y admitió estar enamorado de mi, se que es muy profesional, pero consideró que lo mejor es guardar distancias, además mis niños necesitan un intenso como usted para pulirse en estos medios donde casi siempre no hay con que trabajar— dijo Lina.




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