—Estoy celoso— comentó Gregorio estacionando el vehículo de dos ruedas frente a su hospedaje.
—Tranquilo Hernández— dijo el doctor paredes a su espalda— Agradece que terminamos el trabajo rápido gracias estos bebés—
—No me quejó, pero en vez de traerlo a usted a mi espalda prefirió a mi prometida— dijo Gregorio apagando el motor.
—Lamentó no ser una sensual morena como tu prometida— expresó con sarcasmo el doctor bajando de la motocicleta.
Unos minutos después varias motocicletas todo terreno en compañía de una camioneta llegaron con los demás Doctores y colaboradores de la jornada a la casa de Doña Rosa. Las últimas en llegar fueron Lina y Nicole en una moto de color verde, cada una con sus respecrivas protecciones, desde la ventana de su habitación Carlos miró todo, vio a su ex bajar quitándose el casco que cubría su cabeza, ésta se acercó a su nueva pareja que no tenía buena cara. El vehículo de dos ruedas volvió a arrancar pero con dirección al estacionamiento que disponía la casa, los demás incluyendo la camioneta se fueron.
Los médicos comenzaron a entrar, se alejó de la ventana para recibir a su traviesa esposa, saludó con la mirada a cada uno, se detuvo en la entrada de la casa con los brazos cruzados en su pecho. Lina tenía su mochila en sus hombros y el casco debajo del brazo, al levantar la vista, notó la cara de Carlos, serio pero molestó, suspiró continuando su caminata al interior de la casa, pero fue detenida por una mano en su brazo.
—¿Desde cuándo sabes manejar motocicletas?— preguntó acercando el cuerpo femenino al suyo— Es más no me respondas nada, sabes que odio que mis parejas utilicen cualquier vehículo de dos ruedas, lo más lindo del caso es que mi esposa y mi mejor amiga vienen juntas feliz de la vida en una motocicleta deportiva—
—Suéltame— apartó su brazo bruscamente— Nuestras discusiones no son problema de mis colegas y tu familia— señaló con la mirada a los espectadores al fondo de la sala— En respuesta a tu pregunta, aprendí con profesionales el deporte del Motocross cuando cumplí los 23 años— caminó en dirección al segundo con destino a la habitación que nunca llegó a utilizar desde que llegó a la casa— ¡Para que no te sorprendas esa Moto de color verde es mía!— gritó.
—¿Se les perdió algo?— preguntó molestó a todos.Todos negaron con la cabeza, siguiendo con la mirada al hombre de baja estatura subir con fuerza los escalones.
—Porque le dijiste a Carlos— dijo Doña Rosa a su nieto.
—Se me escapó abuela, no pensé que se pondría tan molestó, no es mi culpa que mi primo no sea bueno manejando vehículos de dos ruedas— se defendió Chris.
—Contreras nos va a sacar el alma mañana— comentó una de las internas desconsolada, hoy la Doctora Contreras por la falta de sueño estaba irritable, pero con dos noches sin dormir sería una catástrofe.
—Vamos a comer algo y a bañarnos chicos—ánimo Pedro a los estudiantes— Todo saldrá bien, oren mucho esta noche, porque ni yo que estoy incapacitado me salvó—señaló su brazo en el inmovilizador de color azul.
—Pedro no ayudas con ese comentario—dijo Daniel— Gracias al primo chismoso nos va a llevar el Diablo mañana—el moreno entró a la cocina por algo de comer.
—Ni yo que soy su superior me salvó— dijo Wilson Paredes— Mañana vienes con nosotros niño lindo— el traumatólogo miró a Chris— También sufrirás—
—Cariño— Chris miró a su esposa en busca de ayuda, pero esta negó con la cabeza y se fue con la Señora Rosa a la cocina.
—Esta mañana hablamos contigo para que no le dijeras nada a Carlos— dijo Nicole— ¿Cómo se escapó esa información?—preguntó.
—Simplemente se me salió— se defendió.
—Bueno amigo, nos vemos mañana— Gregorio tomó la mano de su prometida y se retiraron dejando a Chris solo en la sala.
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Tiro con rabia el casco junto a las protecciones en una esquina de la habitación , luego su ropa del trabajo y sus zapatos llevaron el mismo destino, estaba tan molesta que le importaba un pepino estar en ropa interior frente a Carlos que no dejaba de mirarla molestó como solo él puede hacerlo. Sacó de la maleta una toalla y su bolso de higiene personal, se encerró en el baño hasta que su malestar pasara, sabía muy bien que su esposo odiaba que le gritaran, pero cuando él era que comenzaba, las cosas se ponían color de hormiga.
Del otro lado Carlos se quedó sentado en la cama con los brazos cruzados, en espera que Lina saliera, por su retorcida cabeza paso molestar más seguido a su esposo, dado que se había deleitado con una buena vista, los minutos pasaban y nada de salir, cansado se recostó para estar más cómodo, cerró sus ojos por un momento y el sueño lo invadió al instante.
Sin hacer mucho ruido salió del baño tras casi una hora encerrada, con la cabeza más fría notó la acción que había hecho, sin mencionar que no tomó nada de ropa para cambiarse, esperaba encontrarlo dormido por los efectos de su medicación, claro si Carlos la había tomado cuando le correspondía. Fijó la vista en la cama, donde se escuchaba la respiración de su esposo lenta y pausada. Se apresuró a colocarse su ropa interior, la blusa de su pijama, justo en el momento que pensaba colocarse los pantalones, unas firmes manos la tomaron de la cintura, arrastrando su cuerpo a la cama.
—¿Qué haces?— preguntó al tener a Carlos sobre ella inmovilizando sus muñecas por encima de su cabeza con una de sus manos— Esto no es gracioso—intento liberarse, pero la fuerza en sus muñecas se incrementó, cancelando su acción al instante.
Editado: 05.05.2025