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Eran las cinco de la mañana, fin de semana, Lina lo tenía libre y el hasta cierto punto, llegó a su hogar, estresado, preocupado y cansado. El mensaje de su hermano lo tenía angustiado, conocía a sus amigas, le preocupa que barbaridades podrían haber salido de la boca de Pamela que es la más hiriente del grupo. Cerró bien la puerta principal, su mochila terminó en mueble y su cuerpo en la cocina para buscar algo que comer. En la mesa descansaba un plato con su desayuno junto a una nota que indicaba que su chocolate estaba en la estufa.
Se sentó a comer después de lavarse las manos, la casa estaba muy callada, lo más probable es que esposa estuviera dormida. Tomó su celular, entró al chat de su hermano y volvió a ver el vídeo, le gustaba conocer cosas nuevas de Lina, nunca la había visto bailar con ese estilo, su mujer era una caja de sorpresas tras otra, entre más la desnudaba más le gustaba. Terminó su desayuno, lavó los platos, entró con cuidado a la habitación de su esposa, aún dormían en habitaciones separadas, las luces estaban encendidas con Lina en el medio de la cama con un libro en sus piernas, su laptop a su lado en la mesa de noche, miles de hojas esparcidas a su alrededor.
—Hola— saludo terminando de entrar.
—Hola Carlos— regresó el saludo sin despegar la mirada de su lectura.
—Muñeca son casi las 6 de la mañana, deberías estar dormida—
—Mi nombre es Lina—corrigió— Si te das cuenta estoy trabajando, me imaginó que vas a bañarte, cuando salgas, te prepararé la cama en tu habitación— dijo Lina cerrando el libro.
—Kevin me dijo que mis amigas estaban aquí, ¿Qué pasó?—preguntó.
—Nada grave, simplemente se enojaron porque no les avisaron que sus amigos no eran pareja, además de acusarme de ser una baja novios y un capricho momentáneo para ti— respondió Lina apilando las hojas— Una de tus amigas me dijo que cuando consiguieras lo que quieras de mi, me desecharas como un trapo viejo, independientemente que regreses con Nicole o no. Si ellas supieran—
—Esa maldita de Pamela— dijo Carlos— No le hagas caso, se le pasará el enojo y todo será como antes, me disculpo por el mal rato Lina—
—Carlos a las persona como yo estamos acostumbrada a la desgracia, puedo esperar cualquier cosa de cualquiera, hasta de ti—
—Veo que estás vistiendo una de las muchas lencería que compré para ti— dijo Carlos al notar como estaba vestida su esposa, su cuerpo estaba cubierto por un baby doll de encaje blanco corto, notó que tenía un short en vez de las pantis tipo tanga que venia con el conjunto, sus piernas con parte de sus muslos cubiertos con unas medias del mismo color, sus pechos se resaltaba por el corpiño de la prenda, uno de los tirantes se había deslizado de su hombro, la visión que tenía le gustaba.
—Oh Dios olvidé cambiarme, pensé que no vendrías hasta entrada la mañana— dijo Lina arreglando el tirante de su prenda, se levantó de la cama, dándole una vista más detallada de su prenda.
—No te cambies, así estás muy bien— susurró sin apartar la vista— ¿Podrías soltar tu cabello?— preguntó sin apartar la vista.
—Sí—liberó sus rizos del lazo que lo sujetaba, estos por efecto de la gravedad no hicieron más que caer.
— Me mate tanto organizando nuestro aniversario que al final no hicimos nada—la miró—¿Podemos hacerlo Hoy?— preguntó.
—¿No estás cansado?—preguntó Lina por el trabajo.
—Es de mala educación responder con otra pregunta, lo estoy, pero verte hace que ese cansancio desaparezca, no lo digo por como estás vestida hoy, es siempre. Te pregunto porque ya no aguantó más—
—Está bien— aceptó— Ya nuestro aniversario pasó, debo cumplir con mi parte del trató— se acercó, pero luego se alejó un poco, la mirada de Carlos la hizo sentir muy incómoda.
—Relájate— pidió al verla alejarse cuando intentó acercarse— Vamos Muñeca no es la primera vez que ambos tendremos relaciones sexuales—comentó Carlos —Tienes 26 años, eres una mujer atractiva y joven—
—No se que decir—dijo Lina.
—Bueno que te digo— se rasco la cabeza. —Las parejas cuando se quieren y viven juntas hacen el amor, estoy muy emocionado —
—Ahora que me doy cuenta, estoy a punto de meterme contigo a la cama en la misma habitación que estuviste con Nicole— se alejó unos pasos— No debí mencionar eso—
—Es verdad, pero ella es mi pasado, tu eres a quien elegí para mi presente y futuro. Cuando vas a entender que no eres un juego, para mi no hubiera sido difícil manipularte para meterte en mi cama, pero he sido paciente porque no te quiero solo para tener sexo, no me case contigo como vengaza por rechazarme el día de nuestra graduación, ni por nada más, solo me enamoré de ti como un maldito perro, soy capaz de matar si me lo pides, mujer entiende que te amo por Dios— se acercó a Lina tomando su mano— Conozco a Nicole desde antes de haber salido con Nathali, me comprometí y viví en pareja con ella, le dije la estupida excusa que no tenía dinero para casarme, la amaba, pero no estaba seguró si la quería como mi esposa, no visualizaba con ella lo que visualizo contigo, vamos preguntame—
—¿Qué visualizas conmigo?—preguntó.
—Te veo llevando en esta mano— levantó sus manos entrelazadas— Un anillo con mi nombre grabado en su interior, nos veo a ambos en una enorme casa con un patio con varios columpios, por el cual correrán nuestros hijos, tendremos dos niños Tatsuya y Carlos, dos niñas que aún no se como llamarlas, pero algo se nos ocurrirá. Me veo envejeciendo contigo, juntos en unas mecedoras viendo jugar a nuestros nietos cuando los desgraciados de mis hijos los dejen para descansar de ellos, si te cuento los planes que tengo contigo no me alcanzara la vida para hacerlo—
Editado: 05.05.2025