Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 29

Con todo el sueño que tenía se levantó para prepararse, eran casi las 3 de la tarde, no fue a su trabajo en el negocio. Las ganas de acurrucarse junto a su esposa no le faltaban, por un rato se queda admirándola, verla tan relajada al dormir sin preocuparse de nada en absoluto, cubierta solo por las finas sábanas lo tentaban mucho a quitarla.

—No me mires así— dijo Lina— Se siente raro y perturbador— se sentó cubriendo su cuerpo.

—Si quieres puedes seguir durmiendo, pasamos una mañana muy ocupada, debes estar cansada—

—Tengo cosas que hacer, me siento incomoda— dijo Lina evitando mostrar más de la cuenta— Utilizaré el baño primero, tenemos que recoger todo esto, lavar estas sábanas, que deben estar bien sucias— comentó buscando con la mirada su cosas por la habitación, vaya mañana que había tenido, no la había soltado hasta en eso de las doce del medio día.

—Venga un momento señora Colón— acercó el cuerpo de su esposa al suyo—Si quieres nos podemos bañar juntos—besó su hombro— Así ahorramos agua y tiempo—

—Sabes que no vamos a bañarnos y sabemos en que va a terminar esto— señaló la entrepierna de su marido— Estas muy excitado, lo que significa que no vas pensar con la cabeza que debes— bostezo.

—Esta bien— se alejó.

—De verdad que eres un caso— susurró levantándose, se acercó al armario, lo abrió y sacó una toalla.

—Lina ¿Puedo hacerte una pregunta?—

—Ya estás haciendo una, pero adelanté—

—¿Disfrutaste lo que pasó entre los dos ayer? —preguntó serio.

—Si— respondió.

—Pásame el teléfono— Lina se lo entregó, vio como marcaba unos números y comenzó a hablar— Buenos tarde Mami, te llamó porque no pasaré al negocio, todo esta bien, llegué muy tarde de trabajar y me quedé dormido, yo también la quiero—terminó la llamada— ¿Necesitas algo de mi?— preguntó.

—Por ahora no— dijo Lina.

—Esta bien—

—Me voy — Lina entró al baño.

—Al diablo todo— Fue en la misma dirección su esposa, necesitaba estar con ella otra vez— Ven— la tomó del brazo—

—¿Qué pasa?— preguntó confundida.

—No necesitamos esta cosa— apartó las sábanas de su cuerpo, la agarró de la mano y los metió a ambos en la ducha.

—Claro que no Carlos— dijo Lina al ver sus intenciones.

—Puedes confiar en mí—abrió la llave y el agua caliente comenzó a mojar sus cuerpos.

—Te dije que no— intentó salir de la bañera, pero fue retenida.

—Yo te amo— la apartó de la puerta, acorralandola contra las baldosas del baño— Pero demonios siento que necesito más—

—Puedes cogerme todas las veces que quieras mientras me largo, pero no quiero ni acepto que estés dentro de mi vagina sin preservativo— cubrió sus pecho cruzando sus brazos sobre ellos— No estoy ni estaré lista para ese tipo de intimidad contigo y te dije que no quiero estar contigo ahora—

—A él si lo dejabas— Lina desvío la mirada— Pensé que ya lo habías olvidado— la soltó— Entonces, yo que soy tu esposo no puedo dejar mi semen dentro de ti, te colocaste un DIU para no llevar a mis hijos en tu vientre, pero a ese le diste el privilegio que a mi me pertenece por derecho, dime ¿Tenías ese aparato cuando me pusiste lo cuernos? ¿Le exigiste ponerse un maldito preservativo cuando tomó lo que era mío?— preguntó exigiendo una respuesta.

— No te voy a responder— dijo Lina— Déjame salir— le pidió.

— Eres un libro abierto, ya sé la respuesta—estiró su mano y cerró la llave de la ducha— De rodillas— le ordenó— Ahora— Lina lo miró extraña.

—¿Disculpa?— preguntó sin entender nada.

— Lo que escuchaste, como mi esposa es tu deber complacerme, me imagino que debes tener algo de experiencia—

—No voy hacerte sexo oral, no puedes obligarme y si lo haces te lo arrancare de una mordida, no soy tu maldita esclava, te cumplí, ahora déjame en paz— dijo Lina firme, no se rebajaria nunca hacer eso, no lo hizo con su ex que ama con locura y ahora no lo haría con Carlos, pirmero muerta— Me obligas a eso y nunca me tendras dispuesta y me largo de aquí, eres tan ruin que colocaste una cláusula extra que me obliga estar contigo hasta que salga el maldito divorcio, el año obligatorio pasó, pero inicia la cuenta regresiva—

—Veo que leíste la letra chiquita— agarró su brazo y la sacó del baño hasta la habitación, la empujó a la cama— Abre las piernas mi querida esposa— subió sobre ella, agarró un preservativo de la mesa— No me importa lo que quieras— tiró el objeto cuadrado lejos.

—Si lo haces, olvídate de ponerme— se detuvo y miró al techo— No se para que pierdo mi tiempo, harás lo que quieras, haz lo que se te pegué en gana, total te gusta tomar lo que quieres cuando quieras— separó las piernas para recibirlo— Adelante, pero luego atente a las consecuencias—

— No me amenaces Lina— Carlos la tomó de las caderas, arrastró su cuerpo hasta estar bien pegado sus parte inferior, sin avisar entró—

— Eres ruin— Lina desvío la mirada— Termina de una vez— cerró los ojos— Para que esta pesadilla acabe—

— Callate, por un demonio— comenzó a moverse— Eres tan hermosa y letal cuando te lo propones— acarició su rostro con el dorso de su mano.




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