Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capíulo 30

—¿Estás bien?— preguntó Lina por quinta vez.

—Ya deja de preguntar lo mismo— susurró en respuesta Carlos rescatado sobre la mesa del restaurante.

—La que fue ultrajada fui yo—dijo Lina se inclinó un poco para decirle— ¿Quieres repetir esta noche lo de hace unos días? ¿Quieres volver a reclamar tus derechos de esposo en contra de mis deseos? — preguntó burlona.

—No—respondió Carlos recobrando la postura— No maldita enferma, vamos a comer en paz— No sabía cómo se sentiría ella en esos momentos, pero se sentía sucio, hacer su voluntad no le agradó para nada, cuando terminó no encontró la satisfacción de los encuentros anteriores, al último que tuvieron.

Al llegar su comida ambos comieron en silencio, cada quien en su mundo, tras pagar fueron a su siguiente destinó que fue caminar por las pasillos de una plaza comercial a ver, mientras esperaban que el sol bajara lo suficiente para pasear por el Malecón, Lina solo lo miraba sin hablar mucho.

—Me apetece un helado— comentó Lina.

—Vamos— Carlos tomó su mano.

—No me toques— Lina alejó su mano, lo miró con rudeza y caminó hacia el local.

—Bienvenidos a Helados Bon— saludo la empleada al verlos llegar.

—Una Magnum de chocolate— dijo Carlos.

—Me gustaría un Sunday— señaló en la pantalla lo que quería— ¿Cuántos sabores puedo elegir?— pregunto.

—3 sabores señora—respondió la Joven.

—Quiero de dulce de leche, Ron con pasas y Pastel de cumpleaños, con mermelada de piña— la joven asintió y preparó la orden de ambos— Muchas gracias—Lina agradeció emocionada al tomar su helados adorando con galleta rectangular de chocolate, suspiró, maní, la mermelada y una Cherry en la cúspide.

—Desea realizar su pago ¿Tarjeta o efectivo?— preguntó la empleada de la caja.

—Tarjeta— Lina y Carlos respondieron al mismo tiempo.

—Ya me la hiciste con el almuerzo, con esto no—le advirtió Carlos.

—Esta bien— dijo Lina apartándose, si Carlos quería pagar que lo haga.

—Cobre—le pasó la tarjeta a la joven.

—Listo señor y gracias por su compra—la joven le extendió la factura y tarjeta.

—Gracias— agarró su tarjeta junto a la factura.

—Eres un Dramático, aún estás dolido por esa vez que pagué nuestro almuerzo en la universidad mientras estabas distraído— dijo Lina tomando su helado y el de Carlos, para luego salir del establecimiento.

—Fui muy claro cuando te dije que yo pagaría los platos fuertes y tú las bebidas—

—No te pongas así, sabes que no me gusta deberle nada a nadie, además de eso han pasado varios años—

—¿Cuándo vienen tus hijos?— preguntó Carlos de momento.

—No me esperaba esa pregunta— Lina miró su helado un momento— Debieron estar aquí para el verano, pero no veo porque deba interesarte eso, fuiste muy claro hace un tiempo sobre ellos — respondió con sinceridad.

—Perdóname— Lina lo miró sin entender— No debí comportarme de esa manera hace unos días, solo avísame cuando debas irte o si quieres puedes traerlos a la casa, total no puedes irte hasta que salga el divorcio—

—Al parecer te queda algo de conciencia o simplemente eres muy bueno fingiendo arrepentimiento— dijo Lina reanudando la marcha.

—Lina por favor— la siguió, ocuparon una mesa alejada— No estoy mintiendo—

—No esperes que te vea diferente, porque quieres hacerte el bueno— dijo moviendo sin emoción su helado.

—No me hables asi, puedes traerlos para las fiestas de fin de año y año nuevo— sugirió Carlos.

— Gracias, pero no me interesa— llevó una cucharada de helado a su boca y lo miró— ¿Algo más?— le preguntó.

—No— respondió, abriendo su helado.

La tarde avanzó con ellos caminando por las aceras del malecón, la brisa del mar en compañía de los rayos anaranjados del sol se despedían de la tarde para entrar en la noche. Cuando el momento de regresar a su casa, se acomodó en el asiento del copiloto, miraba por la ventana los vehículos pasar a su lado y las personas en las aceras, después de un día juntos por fin regresaría a casa de Carlos para descansar, los últimos días fueron muy tormentosos, no habían hablado hasta hoy, que salieron a pasear.

Se giró un poco para mirar manejar a su esposo, su oferta rondaba en su cabeza, traer a sus hijos a su casa y presentarlos no estaba en sus planes, si fue capaz de no aceptar un no de su parte y obligarla a estar con él ¿Qué le podía hacer a sus niños para herirla? Además, no quería que David la viera en tan deplorable situación, no tenía cara para mirarlo,se sentía sucia e inmunda, un ser indigno de él.

Del otro lado, mientras conducía Carlos analizaba todo lo que había pasado de un tiempo hasta la actualidad. En esos momentos se sentía feliz al tener a Lina a su lado, lleno de vida al lado de su mujer, pero al mismo tiempo sentía un peso en su pecho, podía ser culpa o remordimiento, había actuado mal en la mañana, para calmar esa molestia le dijo sobre la visita de sus hijos, que en realidad no quería ver, considero permitirle verlos para reparar un poco su deliz. Estaciono en su parqueo y apago el motor, Lina se bajó y subió sin él.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.