Tras dejar a Lina en su apartamento, regresó al hotel a ver sus hijos, los había dejado en buenas manos, pero debía darle las buenas noticias y prepararlos para la noche, tomarían su cena con ella para celebrar su libertad, además, pasar un momento agradable como antes. Por fin la mujer que amaba era libre de aquel canalla, sacó la sortija de su bolsillo y la miró, tenía que dársela a su dueño, le prometió a Lina hacerlo y que no dejaría que lo viera.
Entró al ascensor, presionando el piso de su habitación, entró con la llave digital, todo estaba muy tranquilo, un mal presagio para 3 niños. Llamó a su hijo mayor, no recibió respuesta, luego los mellizos y pasó igual. Fue en dirección a las habitaciones, estaban vacías, revisó su teléfono a ver si Matías y Miguel habían salido con ellos.
—Están con mi madre— David se giró en dirección a la voz a su espalda.
—Bien— David guardó su teléfono— Debiste avisarme Vladimir—le dijo a su hermano menor, el cual compartía con Carlos, debido a una relación que su padre tuvo con su madre—Podrías quitarte esos lentes de contactó, cuando dejas de hablar pienso que estoy frente a Carlos. ¿Te cortaste el cabello?— señaló la corta cabellera recogida en una coleta baja.
—No seas dramático, las lentillas me quedan muy bien hermano, sobre el cabello, me lo corte, quería un nuevo aspecto— respondió el pelinegro.
—Espero— se inclinó sobre el rostro de su hermano con un semblante frío, su mirada verde se oscurecio—Que no estés considerando hacer tu tonto ritual con Lina, tu hermano le ha jodido suficiente la vida— expresó.
—Sabes que no, aunque es divertido ver la cara de terror de las novias de Carlitos después de tener sexo con ellas, sus expresiones cuando ven mis bellos ojos azules y mi cuerpo con tatuajes es de película, Lina es de tus dominios y de los niños— dijo Vladimir.
—Más te vale idiota— David se apartó suspirando— Ella no quiere volver conmigo, sabes lo poco que importa que estuviera con tu hermano antes, me siento triste—susurró la última frase con pesar, suavizando su expresión— Me dolió verla, ha bajado de peso, el brillo que la caracterizaba, ya no esta, Carlos se ha encargado de destruir a mejor Lirio de mi jardín— Vladimir le dio varias palmadas a su hermano en señal de consuelo.
—Puede que cambié de opinión David, dale tiempo— susurró el menor de los hombres—Vamos con los chicos, le prometí a mamá que te llevaría a verla—
—Deja de utilizar a mis hijos como nietos temporales, para desviar la atención de tu madre sobre tu negativa a tener descendencia—dijo David.
—Vamos hermano no seas así, —David solo lo miró— Tus hijos son un amor y lo que todo mujer le gustaría tener de nietos— resignado fue hacía la salida acompañado de su hermano.
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—¿Eres el tío Vladimir?—preguntó una voz infantil a Carlos.
—No—respondió con una leve sonrisa, la pequeña sobrina de su hermano es muy adorable, pero muy parlanchina.
—Elizabeth deja de molestar al señor Carlos—dijo Duncan el mayor demlos tres menores.
—¿Por qué se parece a él?— la siguiente pregunta fue de parte de Salomón, el mellizo de Elizabeth y el menor de los tres.
—Porque somos medio hermanos, su abuelo fue pareja de mi mamá antes que conociera a mi Papá y me tuvieran a mi, eso es todo—le respondió a la siguiente pregunta.
—Duncan—el chico asintió a su hermana—¿Debemos llamarlo tío?— este negó con la cabeza a la pregunta de Elizabeth— Pero si es hermano del tío Vladimir, eso debe hacerlo nuestro tío—
—No— Habló Carlos primero—Vladimir es su tío porque su hermano mayor es hijo de su padre, en mi caso no tengo ningún lazo sanguíneos con ustedes, en conclusión no somos familia, incluso mi madre no puede ni ser su abuela, pero eso no significa que no puedan verla como una— les explicó.
—Oh— la niña se cruzó de brazos— Entonces ¿Camila no es mi prima?— preguntó Elizabeth.
—No— dijeron a coro Carlos y Duncan.
—Carlos—el mencionado se giró hacia la voz de su mamá— Deja de molestar a los niños—
—No los estoy molestando— dijo Carlos.
—Eso Espero— fijo su vista en los más jóvenes—Vengan conmigo a la cocina, les prepare la merienda— los chicos se levantaron y se fueron con la señora Perla, dejando a Carlos solo en la sala.
—¿Por qué no me contesta?— preguntó mirando su celular, no tenía noticia de ella desde ayer, cada uno de sus mensajes fueron ignorados.
—¿Madre?— Vladimir entró a la sala, Carlos lo vió, se levantó de donde estaba y arqueo una ceja ¿Por qué demonios su hermano estaba vestido como él?— Hola Carlos ¿Dónde está madre?— le preguntó.
—Cual es la necesidad de parecerte a mi, sabes que no me gusta—dijo Carlos.
—Por eso lo hago, para molestarte— dijo Vladimircon una sonrisa— Oye entra— se giró en dirección a su hermano mayor, que se había mantenido al margen— Carlitos no muerde, vamos a saludar a mi madre— David entró sin despegar la vista de Carlos.
—Hola— Carlos lo saludó.
—Hola— le regreso el saludó— Te dije que tengo prisa Vladimir, saludaré a tu madre otro día— dijo David.
—No vayas a cometer una estupidez— Vladimir le susurró solo para que él escuchara— No tardó, Carlitos te encargo a David un momento— se fue al interior de la casa en busca de sus sobrinos.
Editado: 05.05.2025