Enlace Temporal: Una Historia Que Nunca Debió Existir

Capítulo 38

— Me van a sancionar— decía un angustiado Gregorio corriendo tras Daniel y el extranjero de pelo rubio que no conocía— Nos van a sancionar— le dijo al moreno.

— Yo lo resuelvo— dijo David seguía sin bajar el ritmo.

—Confía en el rubio, él sabe lo que dice— Daniel le seguía el pasó.

Frente a ellos otros dos hombres vestidos de traje corrían con varias cosas en sus brazos, el día de hoy era el cambio de plaquitas de los residentes del hospital, en la madrugada David recibió una llamada de Lina llorando, su ropa no le servía, esta había tomado la precaución de comprar la ropa unas tallas más grande, pero su vientre de la nada creció mucho en al iniciar la semana 28 de su embarazo, su pantalón y camisa no le servían, apurado junto a sus hombres intentó conseguir algo apropiado para horas antes de la actividad, fue a todas tiendas posibles y al parecer no aparecía un sola blusa azul marino y un pantalón de traje para maternidad de color blanco.

Desesperado llamó a uno de los amigo de Lina, este se apareció junto a otro hombre que nunca había visto, Daniel al igual que él estaba tratando de resolver, este le había dejado una de sus camisas, su madre le envió una falda que le ajustará hasta la rodilla de color blanco con unos zapatos. Luego de casi una hora encontraron una blusa azul marino, como plan B, varias camisas de maternidad de color blanco , una corbata azul, de camino consiguieron un pantalón de maternidad con su chaqueta. El tráfico estaba nefasto esa mañana, que los obligó a correr con todas las cosas en brazos. Cuando llegaron al hospital, Daniel les entregó lo que tenía a los demás, ya que debía reportarse en el salón, Gregorio acomodó todo como pudo, debía dejar esto y llegar a su área, como rotante debía cubrir las áreas mientras la actividad terminará. Juntó a David fueron hasta las habitaciones, tocaron la puerta y segundos después fueron recibidos por unos ojos color miel y pelo castaño claro, era Génesis, está vestía muy elegante.

—Llegó tu Papi shampoo Lina— está se apartó y los dejó pasar.

—Génesis por favor—

—Cariño mira— David entró colocando todo sobre la cama—Gracias—le dijo a Gregorio, el cual saludó a su colega y se fue inmediatamente.

—Gracias— dijo Lina mirando todo lo que había traído.

—Lina— la puerta se abrió y una pequeña mujer de pelo rubio y ojos marrones entró— ¿Te sientes mal?— preguntó Yessica, la compañera de Lina.

—Estoy bien, estoy resolviendo algo con mi ropa— respondió Lina.

— Hola Yessica— David saludo a la rubia, era la novia de su mejor amigo, fue una sorpresa que la chica que conoció en Estados Unidos fuera compañera y amiga de Lina.

—Hola David— le regresó el saludo— Yo me encargo— le sonrió.

—Gracias— David se acercó a Lina, besó su frente y salió de la habitación.

— Corre que estamos tarde—Yessica comenzó a sacar la ropa de las bolsas de tela.

—No la presiones— susurró Gene ayudando a Lina a quitarse la ropa que tenía puesta.

—Gómez te recuerdo que debes respetar la jerarquía—Yessica la miró fijamente, ambas mujeres no se llevaban bien desde hace mucho, por lo general chocaban con mucha frecuencia.

—Chicas por favor— Lina ya se había puesto la blusa y se estaba abrochando los pantalones—No discutan— las Doctoras solo se miraban de mala gana—Gracias a las dos, ya vámonos— las tres bajaron hasta el salón donde estaban los demás residentes de las diferentes especialidades.

Génesis la abrazó y se acercó para ver a sus amigas que también estaban en la misma actividad en espera del cambio de su placa de segundo a tercer año, a diferencia de ellas aún no había entrado a la residencia, prefirió hacer ciertas capacitaciones y viajar, este año tomaría el examen para entrar a cirugía, mientras tanto trabajaba como médico de planta. Yessica agarró la mano de Lina y juntas se sentaron al frente, como en su año de internado, tocó su barriga con ternura, la actividad inició unos minutos después.

En otra parte del hospital David miraba los arreglos de flores que había pedido para Lina, eran tres, todos lirios, uno de color blanco, otro azul y el último verde. En el pequeño parque que tenía el hospital, que se encontraba, tenía todo listo para que su amada y sus compañeros más cercanos, tomarán un agradable Brunch, tenía a Matías dando los últimos detalles y a Miguel atento a la puerta para traer a los doctores. Contrató a una empresa para que llenaran todo con flores y decorarán el lugar como un Edén.

—Ya está todo listo David— informó Matías.

—Gracias— dijo David— Espero que todo esto sea de su agrado, quiero verla feliz, cada día me propongo hacerla sonreír—

—Que envidia— David lo miró sin entender su comentario—De la señora, me gustaría ser ella en estos momentos— le explicó.

—Deja el relajo Mati, sabes que te quiero mucho—

—Que la Señora no te escuché— Matías se alejó a una de las sillas y se acomodó.

—Señor— Miguel llegó casi corriendo— Ya vienen— David asintió, le hizo señas a su primo, Matías le acercó el ramo de Lirios blancos que había ordenado.

—Respira—le recordó Matías dándole el ramo—Adelante—lo giró en dirección a la multitud de doctores que habían llegado.




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