Castiel
Al llegar a la estación me siento en un banco y juego con el plástico de la bolsa. Aún falta unos minutos para la hora acordada,quizás llegué antes de lo previsto porque me puse un poco nervioso por lo extraño que fue que me llamará pidiendo ayuda.
Comiezó a oír unos ruídos extraños y decidó levantarme para investigar que es. Me acerco poco a poco y me escondo en una columna.
Puedo llegar a ver tres hombres de altura media, y una cabelluda de una mujer. Uno de ellos está tumbado en el suelo retorciéndose de dolor y los otros están intentado atraparla. Esquiva los golpes con rápidez, y agileza; uno, dos, tres.. Agarrar el brazo de uno inmovilizándolo y le da un codazo en la espalda con fuerza. En unos segundos cae de rodillas y se golpea con una papelera.
Solo queda uno, aparenta ser fuerte a pesar de que su cuerpo le traiciona moviéndose con nerviosismo. Decidé lanzarse sobre ella para pegarle pero la joven se aparta y termina rodando escaleras a bajo quedando incosciente al llegar al suelo. La chica suspira y se coloca bien la ropa para luego darse la vuelta y clavar sus ojos en mí.
Es ella.
Mi cara se desencaja y le miro sorprendido. ¿Cómo puede tener tanta fuerza para ser tan pequeña?
Acorta la distacia en unos pasos y se situa enfrente a mí.
― ¿ Tienes lo qué te pedí?
Estiro mi mano mostrándole la bolsa aún descorcetado y ella la agarra.
― Gracias.― dice y se marcha desapareciendo del lugar dejándome con preguntas sin resolver.