"¿Sigues molesto?" Pregunta Severus que estaba sentado a lado de Avery quien lo había ignorado desde lo sucedido en Roma.
"Ya te expliqué lo que había sucedido, no lo hice apropósito" Pero Avery siguió ignorándolo, ni quiera lo había mirado. Eso, aunque Severus no lo admitiera, le hacía sentir mal.
Severus había perdido la cuenta de las veces que había pedido disculpas y aunque por más que se disculpara, Edmund lo seguía ignorando.
Severus no noto que Avery se había acercado con un pañuelo a secarle las lágrimas que habían empezado a salir.
"No llores, me harás llorar a mí también..." Fue gracias a las palabras de Edmund que Severus se dio cuenta de que había llorado, no sabía en qué momento había empezado a llorar, pero lo cuándo trato de detener las lágrimas, no podía.
"Lo siento..."
"Merlín..." Severus sintió los brazos de Avery rodearlo en un abrazo. "Lo siento, no quería que te sintieras mal... Pero realmente estaba preocupado" Habla Avery. Severus solo le regreso el abrazo sintiéndose mejor. Quién lo diría el Severus Snape, comportándose como un mocoso.
"Me alegra, que mis niños se hayan reconciliado" La voz de la madre de Avery hace que ambos se separen para verla, quien tenía una pequeña sonrisa.
"Tienes los ojos rojos, cariño" La señora Avery se acerca limpiando suavemente los rastros de lágrimas en el rostro de Severus. Su mano era suave y delicada.
"¿Quieren ir a la playa?" La pregunta no solo emociono a Severus, sino también a Avery quien lo tomo del brazo y lo empezó arrastrar a la salida de la habitación.
"Vamos Sevi, tenemos que cambiarnos" Habla emocionado Avery quien corría por el pasillo, un acto que extrañaba Severus y que no pudo evitar formar una sonrisa.
"Vamos Sevi, tenemos que cambiarnos" Habla emocionado Avery quien corría por el pasillo, un acto que extrañaba Severus y que no pudo evitar formar una sonrisa
"¡¡ARDE!!" El grito de Severus y Avery cuando les cayó el agua del mar en los ojos hizo que le costara ver por algunos segundos.
"Severus, ¿Dónde estás? ¿Estás bien? No veo nada" dice Avery quién tenía los ojos cerrados y rojos por el agua del mar.
"Estoy a tu lado y estoy bien" Severus que también tenía los ojos rojos por el agua salada, toma del brazo a Avery y empiezan a caminar fuera del agua.
"Mi madre nunca nos dijo que el agua del mar te hacía arder los ojos" dice Avery quién se restregaba los ojos con su mano.
Severus se burlaría, pero como estaban en la misma situación lo mejor sería morderse la lengua. Y más aún cuando lo más probable que sus ojos estén a la par de hinchados e irritados que los de Edmund.
Severus quien tenía sujetado del brazo a Avery se acercan a la sombrilla donde estaba la madre de Avery con "Mis niños, ¿sucedió algo? Estaban muy emocionados por entrar al mar, pero han regresado muy rápido" Habla la señora Avery con una sonrisa divertida, quien tenía un traje de baño de una pieza con pequeños vuelos en el hombro derecho. Una prenda única en el tiempo, había tenido varias miradas de todo tipo, y más de los hombres.
"Mamá, porque no nos dijiste que el agua del mar hacía doler los ojos" habla Edmund con un puchero, y Severus estuvo de acuerdo, era su primera vez en la playa y ya quería irse solo por ese motivo.
La señora Avery ríe levemente negando con la cabeza "Es normal que duela, querido. El mar es salado" habla la madre de Avery que le acomodaba algunos mechones sueltos a Edmund.
"Pero como voy a divertirme en el agua, si el mar hace que me arda los ojos" Reprocha Edmund
Severus siente como si algo los envolviera, y enseguida sabe lo que es. Magia
La señora Avery saca su varita, dando un pequeño toque en la punta de la nariz de cada uno. Después de eso, la magia que los envolvía fue desapareciendo poco a poco.
"¿Lo hizo para que no nos vieran los muggles?" Pregunta Severus
La señora Avery se vio sorprendida por su pregunta, pero luego de unos segundos se recompuso dándole una sonrisa y asintiendo con la cabeza. "Serás un gran mago Severus"
Severus noto el brillo de curiosidad que se reflejaban en los ojos de la señora Avery. Era una gran bruja, su sonrisa y su voz la hacían ver como una madre dulce y amable. Pero algo no estaba bien... Y le molestaba el no saber que era.
"Ahora, ya pueden ir a nadar sin problemas, el agua salada ya no les irritará los ojos" Dice la madre Avery con una sonrisa, es cuando el jalón del brazo por parte de Edmund que lo llevaba arrastras nuevamente hacia el mar lo hizo salir de sus pensamientos. Algo había en la mirada de la madre de Edmund, que lo hizo sentir por unos breves segundos nerviosos, como si la señora había encontrado algo valioso
"Sevi, pasado mañana te irás, ¿cierto?" Dice Avery quién estaba sentado en la cama de la habitación donde se estaba quedando Severus.