Capitulo 21|| Familia Prince ||

Severus apenas podía abrir los ojos y sentir el dolor de las agujas enterradas en sus piernas y pies. Aunque el mayor dolor que podría sentir en ese momento era el de ver a su madre entrar y salir de la habitación, y regresar peor. Y en esta ocasión había regresado, pero inconsciente, no sabía dónde estaba queriendo regresar a Hogwarts con Lily y sus amigos.

Había perdido la noción del tiempo y los días, sentía que había estado ahí una eternidad. El dolor en sus muñecas era insoportable, sentía que el mínimo moviendo lo haría gritar en cualquier segundo. 

Ni su magia lo podía ayudar ahora, cuando ese monstruo ni siquiera le daba algo de comer, y si le daba agua supongo que era por mero capricho. 

Tenía hambre y quería escapar junto a su madre.

Severus movió levemente uno de sus pies, dejando escapar al segundo un grito al sentir las agujas clavarse aún más en su carne, empezando a temblar ante el dolor y las lágrimas salir.

 "Mamá..." Severus llamaba a su madre que no había despertado, no quería pensar en lo que posible sería solo el cadáver de su madre frente a él. 

"Está dormida" La voz que más odiaba en ese momento, y la que menos quería escuchar. Ni le daría el gusto de verlo, esperando, con esperanza, que su madre despierte. 

"Según tu madre, uno de los suyos no puede usar la magia cuando sus cuerpos están débiles, ¿cierto?" Habla el demonio que tiene de padre que se acerca sentándose a su lado. Son unos segundos de absoluto silencio 

"Bien, querido hijo, respóndeme, porque tu madre ya no lo hará" 

Severus cuando escucha esas palabras se mueve bruscamente sin importarle el dolor en su cuerpo. No quería llorar, no cuando todo lo que sale de la boca de ese demonio son mentiras.

"Mientes, ella aún está viva" Dice Severus 

"Por el momento, pero quién sabe si sobreviva esta noche, quizás agonice hasta que el último suspiro salga de ella, viendo a su querido hijo, siendo testigo de su inminente muerte" Dice su padre con una sonrisa viendo el cuerpo de su madre. 

"Quizás nos veamos en el infierno, después de todo ahí van las brujas" Dice su padre acariciando su cabello, siendo seguido de Severus moviéndose no queriendo que ni siquiera lo toque.

"Nos vemos luego, querido hijo, te traeré algo de comer" Dice su padre con un tono que le causaba asco y escalofríos. Prefiere morirse de hambre antes que comer algo hecho de él. 

"¡COME MALDITA SEA!" El grito de su padre, seguidos de cachetadas, solo hacían que Severus no quiera comer esa comida, quién sabe si tiene algo y por la insistencia de su padre es más que seguro que le puso algo. 

"¿No comerás?" Pregunta su padre cerrando su mano en puño. Severus alzo la cabeza y miro los ojos de su padre viendo sus intenciones. Lo va a golpear 

"Pues muérete de hambre" El sonido seco de Severus cayendo al suelo junto con el fuerte dolor en su cara, dejándolo aturdido y con dificultad de seguir despierto. 

Su padre tira los platos a la pared, volando los trozos de vidrios más las fuertes pisadas saliendo del lugar, azotando la puerta al salir dejan en claro, que está molesto. 

Con el último pensamiento, siendo consciente del cuerpo de su madre frente a él. El título que le quedaría a ese hombre es de Psicópata si es que no se acerca a ser un maniático. 

 "¿Dónde estoy?" Fue lo primero que pregunto Severus al sentirse desorientado, la suavidad y comodidad de la superficie parecía irreal. Espera. ¿Comodidad? 

Severus se sentó de golpe viendo todo a su alrededor, dándose cuenta de que estaba en una camilla. 

"¡Despertó!" La voz de Lily más el repentino abrazo, solo hacía que todo fuera confuso

"¿Lily?" Severus pregunto con su voz algo temblorosa abrazando a Lily. ¿Era sueño? ¿Había muerto? 

"Gracias a Dios, Sev..." Cuando Lily se separó del abrazo es cuando Severus noto que estaba llorando. "Por Dios Sev...no sabes lo preocupada y angustiada que estaba, te encontraron en estado crítico" Dice Lily que estaba siendo alejada por la profesora McGonagall. 

"Señorita Evans, el señor Snape acaba de despertar, debe darle espacio" Dice la profesora McGonagall. Severus no se había dado cuenta en el momento que entro, y al parecer no estaba solo ella. También estaba el profesor Slughorn y el director Dumbledore parados cerca de la puerta.