—¿Estás bien? ¿Te duele algo? —preguntaba, mientras apartaba la maraña roja de mi rostro, sentí el roce sus dedos en mi cara, eso me produjo mucho temor, y una sensación difícil de descifrar.
—Estoy bien, sólo mis lentes sufrieron el daño— respondí mientras observaba los lentes hecho añicos en el suelo.
— Eso se recupera, que bueno que estás bien. Además, esos ojos azules tan lindos no merecen estar escondidos detrás de ningunos lentes—quise decirle que los necesitaba, pero no pude el calor que sentí en el estómago y que subió a mis mejillas me lo impidieron.
—Ven déjame ayudarte—me tomó por la cintura y me ayudó a ponerme de pie, me quejé levemente, me dolía un poco. — ¿Segura qué estás bien?
—Sí, sólo me lastimé un poco.
—Fue muy imprudente, pude haberte matado.
—No tengo tanta suerte—respondí con tristeza.
—¿Qué dices? —me miraba confundido.
—Nada, debo irme.
—¿A dónde? De por aquí no eres, jamás te había visto.
—No, llegué hace un momento.
—Discúlpame, que mal educado, mi nombre es Eliot—pronunció, mi corazón no paraba de brincar en mi pecho, seguramente seguía impresionada por el casi asesinato.
—Mucho gusto, me llamo Ela—le respondí, mientras él sonreía. En verdad era amable.
—¿Ela? Tienes nombre de princesa, la princesa Ela—me estremecí aún más.
—¿Eso crees?
—Sí, lástima que no me gustan las princesas, y más cuando ocasionan accidentes. —sentí que algo había cambiado, no era tan dulce como parecía —En vista que estás bien, dime si necesitas que te lleve algún lado, ya que debo hacer algo.
—No, gracias, puedo sola, estoy bien, además estoy cerca de donde me estoy quedando.
—No entiendo ¿Por aquí?
—Sí, en la casa de los Miller ¿Los conoces?
—Claro que los conozco, Mark es un gran amigo, está en el equipo de baloncesto del colegio y Emily es la chica más bonita de todo Boston, y mi novia—¿novia? Resulta que mi casi homicida, es el novio de mi media hermana, con razón que habían sentido esa sensación cuando lo miré, es parte de esta vida que me afecta tanto. Mientras pensaba entre como caminar hasta la casa de mi padre y el hecho que no podía porque me dolía la pierna, así como que mis lentes me hacían falta, estaba el tal Eliot mirándome fijamente, no sabía bien, pero su mirada era intensa, me observaba con intriga, como queriendo leerme y yo lo miraba muerta de nervios.
—No me has dicho. ¿Quién eres?
—Soy familiar de los Miller.
—¿En serio? Qué bueno, ¿eres prima de los chicos? familiar lejano.
—Se puede decir que sí, soy una extraña, pero no tan lejana.
—No comprendo que quieres decirme.
—Soy la hija bastarda de John. —le dije, el silencio se hizo presente y la mandíbula del chico llegaba hasta el suelo, me observaba con sorpresa, también con cierta ternura creo, traté de apoyar la pierna, pero no pude, el notó mi molestia, me alzó en sus brazos y me subió a la moto.
—Venga princesa Ela, te llevo a tu casa—no respondí nada, me sentía conmovida, nunca un chico me había sostenido en sus brazos, menos me habían llamado princesa, sin duda estaba lejos de ser una princesa, comenzó a rodar y sin más ya estaba de vuelta a donde los Miller.
#864 en Joven Adulto
#6920 en Novela romántica
novelajuvenil problemas mentiras, enemiestolover, enemies to lovers erotismo
Editado: 19.05.2025