Era mi primer día de clase, estaría en el mismo colegio de mis medios hermanos, todos íbamos en el último año, Mark y yo teníamos la misma edad, diecisiete, Emily era mayor, tenía un año más, aun así, estaba cursando el mismo grado que nosotros, había repetido un grado, al parecer estudiar no es lo suyo, era obvio, ella no era otra cosa que una completa imbécil. Estos días han sido terribles, las discusiones en esa casa no han parado, yo por mi parte no salí de esa habitación para nada, no era necesario, la señora amable que resultó ser la nana de mi padre, su nombre era Rosa, me subía las comidas, también se llevaba mi ropa para lavar, en cuanto a ir al baño, la habitación tenía uno propio, por tanto, no necesitaba salir de allí para nada, sólo la azotea me llamaba en las noches, en el día me la pasaba durmiendo. Sin embargo, debía volver a la realidad, esta nueva vida comenzaba con un nuevo colegio.
—He llegado tarde a mi primera clase —soltó una chica malhumorada, dejando caer su mochila en el suelo, luego se sentó a mi lado. Llevaba muchos libros, así como lo que creo eran especie de pancartas. Me miró por un rato, luego sonrió.
— Hola, chica... no te había visto antes, seguramente eres una de las nuevas de este año. Mi nombre es Vanessa Morales —me extendió su mano. Era muy linda, de piel morena, con su cabello lleno de muchas trenzas, sus ojos oscuros grandes y cejas pobladas, su ropa era oscura y sobria, parecía como una especie de ejecutiva. Nunca había observado a ninguna chica vestida así.
—Ho-hola, mi nombre es Ela. Ela Miller—por un instante me observó con si hubiera visto un monstruo, pero no duró mucho.
—¿Miller? ¿cómo la Barbie boba y su hermano?
—¿Los conoces?
—Sí, claro ¿quién no? Ella es la chica más popular del colegio, todas mueren por ser como ella o ser su amiga, los chicos la desean, pero ella solo tiene ojos para Eliot Adams, el capitán del equipo, presidente de estudiantes y rey del lugar. Pero dime algo ¿Son tu familia?
—Son para mi desgracia mis jodidos medios hermanos.
—No puede ser, otra muñeca sin cerebro. Y dime ¿acaso quieres llevarte bien con todo el mundo?
—No soy eso. Además, los odios.
—¿De dónde saliste?
—Soy la hija bastarda de John Miller, vine a vivir con él porque mi madre murió hace par de semanas.
—Lo siento mucho que Dios se apiade de tu alma Ela.
—Eso espero. Dime tú quién eres.
—Como te dije, soy Vanessa, alguien normal.
—Ni tanto ¿Por qué te vistes así?
—¿Así como?
—Como presidenta de una empresa o senadora.
—Eso voy a ser, una gran diputada, cuidado sino me convierto en presidenta de los Estados Unidos. Ser político como el padre de Eliot, pero sin tanta mierda. —lo que escucho me sorprende, aunque recordado la casa de Eliot era una autentica fortaleza, eso lo explicaría.
—¿El padre de Eliot es un político?
—Sí, un senador muy pesado, en todos los aspectos—en ese instante ambas reímos.
—No lo sabía.
—Dime algo fresita ¿Tú conoces al magnifico Eliot? Por cierto, ese será tu apodo, fresita por esa maraña roja en tu cabeza.
—No, me gusta eso de fresita.
—Lastima, así te quedarás. Ahora bien, dime sobre Eliot.
—Sí, lo conozco desde que llegué a casa de mi padre ¿Por qué magnifico?
—Así lo llamamos.
—¿Quiénes?
—Andy y yo.
—¿Quién es Andy?
—Él es Andy— señalaba a un chico de cabello rubio rizado, lentes oscuros, de traje verde manzana, parecía una estrella de televisión.
—Hola, Vanessa. ¿Cómo estás? Al fin llegué, se me había quedado el trabajo de química, sino lo entrego estaré frito. ¿Ella quién es?
—Es Ela, la nueva. No lo creerás es media hermana de los Miller.
—¿Qué? Eres hermana de la anaconda y del hermoso.
—No lo sé, pero de Emily y Mark sí.
—De ellos hablo, así les digo, bueno sólo frente a Vanessa, mi padre me mataría si me escucha llamando a tu hermano así.
—¿Eres?
—No digas esa palabra en voz alta, soy un chico con estilo, es todo. —Los tres nos reímos al unísono, a pesar de lo malo que parecía el panorama, como que no lo sería del todo.
Ya era hora de salida, no había visto a mis hermanos, gracias a Dios al parecer no habíamos coincidido en ninguna asignatura, el tal Eliot tampoco se había cruzado en mi camino. Mis nuevos amigos me acompañaban, iríamos a un bar-cafetería a comer, según Andy un lugar de ensueño, dónde van todos los chicos geniales, Vanessa lo ve como una rotunda estupidez, los burgueses descerebrados los llama, en verdad a mí no me interesa nada, los acompaño porque me han caído muy bien, seguramente lograremos ser buenos amigos, además no me apetecía para nada llegar a donde vivo. Entramos, era un sitio muy bonito y colorido, está lleno, hay música, así como una pista para cantar en vivo, jamás había estado en un lugar así.
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Editado: 14.04.2025