Enredados en Nuestras Mentiras

CAPÍTULO VIII LA CLASE DE NATACIÓN

Decir que no me estaba costando todo esto sería mentir, cada día era más incómodo, la nueva casa, los hermanos, la esposa de mi padre, hasta el hecho de verlo todos los días, no recuerdo cuando lo vi tan seguido, el nuevo colegio tampoco es que me gustara tanto, con Emily molestando en cada oportunidad, con ese grupo de gente tonta adorándola y con Eliot, ese chico tan molesto, sacudo mi cabeza, ya son muchos pensamientos destinado a ese niño bobo. Ya era tarde, saldría corriendo para llegar a la primera clase de deportes, los nervios me consumían, esa era una materia en la que fallaba bastante, sólo Dios sabe lo que me espera.

—Hola, Ela —me saludó con alegría Andy, que se me acercaba para darme un abrazo, me sentí algo extraña, no era de abrazos o tanta cercanía, pero en verdad que este chico me caía muy bien.

—¿Qué tal Andy?

—Bien, ¿Estás lista para la clase de natación? —me preguntó con una gran sonrisa.

—No sabía que daban natación.

—Por favor fresita, eso está en el itinerario de clases. ¿Acaso no lo has leído?

—La verdad es que no, entre tantas cosas, a duras penas logro moverme en mi nueva habitación—le respondí, al tiempo que un suspiro de tristeza salió de mis labios.

—Tranquila, vamos a la dirección, allí hay trajes de baños nuevos para los alumnos que no tienen.

—Eh yo—estaba tartamudeando.

—¿Qué pasa? No me digas que no sabes nada.

—No es eso, sólo es que.

—Nada, vamos o llegaremos tarde—me haló de una mano rumbo a esa clase. Luego de un instante estábamos al lado de la gran piscina, todos haciendo sus estiramientos.

—¿Dónde estaban? —interrogaba Vanessa frunciendo el ceño, ella siempre parecía molesta o algo así.

—Cálmate Vanessa, estábamos buscando un traje de baño para Ela, no sabía que había clase de natación.

—Soy algo despistadas—musité mientras comencé a estirarme como el profesor indicaba, giré mi cabeza allí estaba Emily riéndose no sé de qué cosa que le decía una de sus amigas, y Eliot en un lado de la piscina, llevaba puesto su traje de baño con mangas largas, muy diferente al de resto de sus compañeros que permitía ver su abdomen, aun así podía observarse su perfecto torso a través de la tela de esa camiseta de baño, mi interés físico pierde sentido cuando recuerdo los morados que le observé cuando me llevó a su lugar especial, sigo mirándolo cuando me encontré con sus ojos, estaban fijos en mí, esa expresión me produjo un estremecimiento, su mirada era tan intensa y tan linda a la vez, necesitaba sacar esas ideas de mi mente, gracias a Dios que mi atención volvió al profesor.

—¡Buenos días jóvenes! Vamos a comenzar con la actividad de hoy, la clase será de repaso para ver lo que hemos avanzado, para ello vamos a tener carreras entre ustedes, como siempre el mejor tendrá puntos extras.

—Que chiste, ya sabemos que esa nota será para Eliot—decía Mark.

—Ja, ja, ja. No tengo la culpa de ser el mejor—allí estaba con sus expresiones de arrogancia y prepotencia, me producía molestia y a la vez un hormigueo en el cuerpo, algo dentro de mí me hacía verlo muy sexy.

—En el caso tuyo Ela, no te preocupes, has lo que puedas, poco a poco mejoraremos.

—Muchas gracias.

—¿Sabes nada? —me preguntó con cariño.

—Algo—respondí con inseguridad

—Lo que faltaba más estupideces, verdad que esta chica es tan boba—escupió Emily.

—Basta señorita Miller.

—Tranquila, inténtalo y ya—me pasó la mano por el hombro.

—Gracias profesor—sonreí. En ese momento todos estaban en traje de baño, como siempre mi media hermana era el centro de atención, todos los chicos la miraban, en ese instante mis inseguridades hicieron su aparición, nunca antes mi cuerpo me había importada, y no tenía una figura fea, era delgada, estatura aceptable, con pechos medianos, en línea general me veía bastante bien, pero al lado de Emily era un completo renacuajo, lo que más me preocupaba es que él también lo notara.

—Ya señorita Miller, cámbiese—me dijo el maestro.

—Tienes vergüenza Ela, no quieres que vean lo fea que eres—musitó Emily, todos comenzaron a reír.

—No le hagas caso Ela, eso es una estupidez—Vanessa tenía razón, esas cosas son vacías y sin importancia, así que me quité la ropa deportiva y me quedé en traje de baño frente a todos los compañeros, los silbidos de algunos no se hicieron esperar.

—Mira si está buenísima la hermanita de Emily—soltó Ray, y le daba un golpe en el estómago.

—Te gusta cualquier cosa.

—Cálmate Emily, es verdad está super buena, quién lo diría debajo de ese ropero.

—Cállate ya imbécil—gritó Eliot delante de todos, al tiempo que ponía sus manos en forma de puños en cada lado de su cuerpo.

—Ya hermano, deja lo celos con tu cuñadita, ella tiene derecho a que le den amor y más teniendo ese cuerpito que—Eliot lo empujó al agua

—Ray, sí vuelves a decir eso te partiré la cara—en ese momento el asombro de todos era más que claro, así como el mío, no tenía idea de que se trataba el numerito.




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