—Andy, debo irme.
—Ela espera, debo saludar a mi amigo.
—Quédate, yo me voy, debo hacerlo.
—¿Estás bien?
—Si, pierde cuidado.
Me fui de allí corriendo, no quería seguir viéndolos, ellos son los malditos reyes del lugar ¿y yo?, nada, no pintaba nada allí, ¿no sabía para que había ido a ese juego? a buscar qué, todos comenzaban a marcharse, el cielo retumba con un fuerte trueno, era el aviso que empezaría a llover. Las gotas comenzaron a caer sobre mí, maldigo a mis adentro, que hacía yo en este lugar. Busco mi teléfono debía llamar un taxi, marcharme de allí, me coloco la capucha de la chaqueta para taparme la cabeza, no quería que se me mojara el cabello, no es que se me fuese a dañar el peinado, mis rizos eran un desastre, pero no deseaba enfermarme, eso es lo último que quería. Por un momento me vi tentada a devolverme a la cancha, pero no quería ver a Emily y a Eliot besándose, tampoco que él supiera que fui a verlo, que tonta.
Corrí hacia la parte trasera del estacionamiento, recordé que había un techo donde podía resguardarme, los chicos estaban por salir, así que corría el riesgo de que Eliot me viera, que supiera que vine, peor aún que la que me vea sea Emily. En mi apuro por salir me estrellé contra alguien, un cuerpo fuerte que me hizo resbalar en el lodo, cosa que no duró mucho porque el otro cuerpo se vino sobre mí.
—¡Ay!—le dije a la persona sobre mi cuerpo.
—Lo siento hermosa.
—Tranquilo—respondo al tiempo que nos colocamos de pie.
—Lo siento. ¿Te lastimé? —me preguntaba el dulce chico, era el capitán del equipo rival, me miraba fijamente, tenía unos ojos verdes impactantes.
—Estoy bien, a veces soy muy torpe.
—Ja, ja, ja. Ambos lo somos. Por cierto, soy Scott—me digo mientras me estiraba la mano para presentarte.
—Soy Ela.
—Tienes nombre de princesa—sus palabras me estremecían, así me llamaba Eliot.
—Ya me lo habían dicho.
—Lástima que no fui el primero en hacerlo, pero puedo ser quien te invite un chocolate caliente, así me disculpo por todo eso.
—Ella no va contigo a ninguna parte—gritó alguien al fondo.
—Eliot ¿Qué haces aquí?
—Buscándote, vi cuando saliste de la cancha.
—El partido terminó y ya debía marcharme.
—Gané como siempre—comentó alardeando.
—Puede ser Eliot, pero gané más, conocí a Ela y ahora vamos a conocernos mejor tomando un chocolate. —respondió Scott, por sus miradas era obvio que se conocían, y no se caían nada bien.
—Ella no va contigo para ningún lado.
—¿Acaso es tu novia o qué? Hasta donde sé y vi tu novia es Emily, eso les quedó claro a todos con ese espectáculo que hicieron.
—Ella es la hermana de Emily.
—¿Tú cuñada?
—Andy, debo irme.
—Ela espera, debo saludar a mi amigo.
—Quédate, yo me voy, debo hacerlo.
—¿Estás bien?
—Si, pierde cuidado.
Me fui de allí corriendo, no quería seguir viéndolos, ellos son los malditos reyes del lugar y yo, nada, no pintaba nada allí, no sabía para que había ido a ese juego, a buscar qué, todos comenzaban a marcharse, el cielo retumba con un fuerte trueno, era el aviso que empezaría a llover. Las gotas comenzaron a caer sobre mí, maldigo a mis adentro, que hacía yo en este lugar. Busco mi teléfono debía llamar un taxi, marcharme de allí, me coloco la capucha de la chaqueta para taparme la cabeza, no quería que se me mojara el cabello, no es que se me fuese a dañar el peinado, mis rizos eran un desastre, pero no deseaba enfermarme, eso es lo último que quería. Por un momento me vi tentada a devolverme a la cancha, pero no quería ver a Emily y a Eliot besándose, tampoco que él supiera que fui a verlo, que tonta.
Corro hacia la parte trasera del estacionamiento, recordé que había un techo donde podía resguardarme, los chicos estaban por salir, así que corro el riesgo de que Eliot me vea, que sepa que vine, peor aún que Emily me vea. En mi apuro por salir me estrellé contra alguien, un cuerpo fuerte que me hace resbalar en el lodo, cosa que no duró mucho porque el otro cuerpo se vino sobre mí.
—Ay—le dije a la persona sobre mi cuerpo.
—Lo siento hermosa.
—Tranquilo—respondo al tiempo que nos colocamos de pie.
—Lo siento. ¿Te lastimé? —me preguntaba el dulce chico, era el capitán del equipo rival, me miraba fijamente, tenía unos ojos verdes impactantes.
—Estoy bien, a veces soy muy torpe.
—Ja, ja, ja. Ambos lo somos. Por cierto, soy Scott—me digo mientras me estiraba la mano para presentarte.
—Soy Ela.
—Tienes nombre de princesa—sus palabras me estremecían, así me llamaba Eliot.
—Ya me lo habían dicho.
—Lástima que no fui el primero en hacerlo, pero puedo ser quien te invite un chocolate caliente, así me disculpo por todo eso.
#1423 en Joven Adulto
#8482 en Novela romántica
novelajuvenil problemas mentiras, enemiestolover, enemies to lovers erotismo
Editado: 17.08.2025