Enredados en Nuestras Mentiras

CAPÍTULO XI FIESTA DE CUMPLEAÑOS. PARTE III

—Eliot ¿Qué quieres ahora?

—Estar un rato contigo.

—¿Por qué haces eso?

—Ya te lo dije no puedo estar lejos de ti—me lanzó una sonrisa tímida, sus ojos estaban cargados de una tristeza que no entendía.

—¿Qué te pasa?

—Nada, sólo estoy algo ebrio.

—Eso ya lo sé, pasa muy seguido, por cierto, pero algo más te pasa.

—Es nada, sólo estoy cansado.

—¿De qué?

—De todo. —suspiró y siguió hablando—He estado practicando mucho para la final de la temporada y para la guerra de bandas.

—¿Guerra de bandas?

—Sí, mi grupo competirá, hemos estado ensayando, pero no estamos listos del todo.

—¿Tienes una banda? No lo sabía.

—Hay muchas cosas que no sabes de mí.

—Olvida eso. Dime ¿Por qué no están listos?

—Nuestro tecladista, Billy se mudó a Canadá por una beca de estudio, desde entonces no damos una, él también escribía las canciones, la verdad canto bien y toco la guitarra como nadie, pero componer no es lo mío.

—¿Qué vas hacer?

—Por ahora buscar un tecladista.

—¿Qué necesita el candidato?

—Ser bueno con el teclado.

—Entiendo. Estás seguro que es sólo eso.

—Sí, sólo eso—respondió al tiempo que se empinaba nuevamente la botella, no entendía porque ese muchacho bebía así, mis pensamientos fueron disipados por la atención que un enorme hematoma en su abdomen me causó.

—¿Qué es eso?

—¿Qué cosa?

—Eso—dije, al tiempo que levantaba su camisa, se quedó paralizado, mientras yo recorría con mis dedos el inmenso golpe, al lado izquierdo de su abdomen, estaba de un morado intenso, y le dolía, lo noté por la cara sufrimiento que colocó cuando le hice presión, mi angustia era del mismo tamaño que mis nervios, nunca había tocado a un chico, y comencé con uno que tenía un estómago perfecto, la verdad que este chico estaba buenísimo y me encantaba.

—Ela, es nada—respondió mientras que se bajaba la camisa.

—No te creo, es un golpe feo.

—Me lo hice en la práctica, nada del otro mundo. Por cierto, me encanta tu mano en mí, me pone a mil.

—Basta asqueroso—manifesté mientras aparte mi mano de su cuerpo.

—¿Por qué siento que nadie te conoce Eliot?

—Hablas mucho y bebes poco, venga toma un trago.

—Yo no puedo beber.

—Tampoco deberías excitarte y los has hecho desde que me conoces.

—Cállate, eso no es verdad.

—Tranquila que en cuatro meses ya podrás hacerlo, cuando seas mayor de edad.

—¿Cómo sabes cuándo cumplo años?

—Sé todo de ti, sobre todo que, aunque huyes mueres por esto—me dijo y de nuevo me besó, el beso no duró mucho porque un ruido que venía de la habitación de Emily atrajo nuestra atención.

—¿Qué es eso?

—Nada Eliot, venga volvamos a la fiesta.

—No quiero verte allá, bailando con tu noviecito, además subí aquí a buscar a Emily.

—Creo que aquí no está.

—Como no si ese ruido viene de su alcoba—por más que intenté no pude detenerlo, corrió hacia la alcoba y abrió la ventana, mi mirada quedó detenida cuando observé a Emily desnuda con Ray sobre ella, el tiempo se detuvo, mientras que la respiración de Eliot se aceleraba y sus manos en forma de puño se apretaban a cada lado de su cuerpo, sin decir nada se fue sobre Ray, un primer golpe dio directo a la cara del chico rubio, este no se defendía, sólo se cubría para evitar ser golpeado, pero no respondía a las agresiones de Eliot se dejaba golpear una y otra vez.

—Defiéndete maldito cobarde—gritaba Eliot. Emily se aferraba a la sabana llorando.

—Basta por favor—sollozaba más.

—Cállate zorra asquerosa, y tú disque amigo te voy a matar.

—Hermano.

— Miserable yo no soy tú hermano.

—Basta Eliot, no vale la pena—le dije, mientras me aferraba a su espalda quería quitarle al chico, este lo estaba ahorcando, Ray tenía la cara llena de sangre, el miedo se apoderaba de mi cuerpo, quería proteger a ese fuerte y frágil chico que amaba, no quería que sufriera más, y menos por gente que no lo merecía. Le gritaba y gritaba y nada. El escándalo había llegado hasta la fiesta, de inmediato el balcón se estaba llenando, muchos de la escuela fueron testigo del espectáculo, Emily y Ray en pelotas y Eliot casi matando al que había sido hasta ese momento su mejor amigo.

—Ya por favor Eliot, no lo hagas, te lo ruego, detente mi amor—susurré, no sé de dónde había salido eso, más bien sí, lo quería, pero no debí decirlo así. Como por magia se detuvo, su mirada se clavó en la mía, un reflejo de ilusión pasó de sus ojos a los míos. Me había escuchado. Se me acercó para hablarme, pero no pudo hacerlo porque un agente se venía sobre su cuerpo y le colocaba unas esposas, estaba siendo arrestado por todo el escándalo, él y luego Ray una vez que se vistió, ambos eran arrastrados a la patrulla. No sin antes Linzy escupiera la cara de la traidora de Emily por meterse con su novio siendo ella su mejor amiga.




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