—¿Qué pasa? ¿Por qué le dices así?
—Porque eso es ella, una dulce princesa. —la escuchaba hiperventilar de rabia.
—¿Qué significa eso Eliot? ¿Te gusta Ela?
—Como nunca me había gustado nadie. —contestó, en ese momento me moría de tanto amor.
—¿No hablarás en serio?
—Completamente en serio.
—Mentira, eso no puede ser verdad. La chica que te gusta soy yo. No mientas para hacerme daño.
—Me gustabas Emily, pero eso es pasado, lo que siento por ella no tiene nada que ver con lo que sentía por ti.
—¿Qué significa eso?
—Que tú me gustabas mucho, es cierto, era sólo físico en cambio a ella…—lo interrumpió, estaba fuera de sí.
—¿Ella qué? Responde maldita sea.
—A ella la quiero—musita eso y me derrito, sus palabras se repetían en mi cabeza una y otra vez, a mí me quiere, él me quiere.
—No, eso no puede ser, tú no.
—Eliot yo—quise hablarle, pero Emily me agarró de un brazo, estaba enloquecida.
—Me quieres quitar todo, mi padre, mi familia, mi vida y ahora a mi novio, pero no te lo voy a permitir, no—su mano iba directo a mi rostro, la detuve, hoy me sentía fuerte para defenderme.
—No te quiero quitar nada, John es mi padre también, y el único responsable de todo esto, soy parte de esa familia gracias a él y a Eliot lo perdiste desde que decidiste engañarlo con otros chicos, así que no me culpes a mí de las cagadas que han cometido tú o mi padre.
—Igual no te lo voy a permitir me oyes—Eliot se interpone entre nosotras.
—Basta Emily. Vamos Ela te llevo al colegio—me dijo, al tiempo que me entregó el casco. Por más que mi media hermana gritó como loca no pudo impedir que nos marcháramos juntos, íbamos rumbo al colegio, en silencio, no había discusiones o problemas, en ese momento me abrazaba a él.
—Ya llegamos princesa Ela, sana y salva—me soltaba el casco, me miraba directo a los ojos, mi respiración estaba acelerada, mi corazón latía desesperado y mi mente no dejaba de suplicarle que me besara, así como sólo él sabe, quería sentir los fuegos artificiales, las mariposas y sobre todo decirle que lo amo.
—Ela, Ela, oye Ela—me llamaba Andy al otro lado de la entrada, adoraba a mi amigo, pero no en este momento, no ahorita.
—Eliot, debo ir, creo que me necesita.
—Tranquila, ya hablaremos. Tendremos toda la vida.
—¿En serio? —le pregunté como una boba.
—Ven Ela, es urgente—Andy me hala hacia la parte de atrás del instituto.
—¿Qué pasa Andy? ¿Por qué la desesperación? —le fruncía el ceño, mira que haber interrumpido mi momento con mi todo lo puedo.
—Ay Ela, estoy en el infierno—me respondió y se sentó en el suelo, estaba afectado por algo y yo tan egoísta, me sentí miserable, me siento a su lado y noto que viene cargado con dos bolsos.
—¿Qué te pasa? ¿Qué son esas cosas?
—Eso, es mi ropa Ela, mi papá me botó de la casa.
—¿Qué? —lo que me dice me deja paralizada.
—Sí, ayer en la noche, me salí de madrugada y esperé en el parque hasta que amaneciera—lo que me dice me aprieta el corazón, cómo es posible algo así.
—¿Por qué?
—Anoche recibió una llamada anónima, luego una foto de Maikol y yo besándonos en el estacionamiento del colegio y bueno, se puso como loco, me intentó golpear, me dijo que era su mayor decepción y me obligó a salir de la casa.
—No puede ser, es terrible, ¿cómo pudo? ¿Tú mamá que hizo? —lo que cuenta me deja muy sorprendida, no puedo creer que haya padres así, mira que rechazar a su hijo por tener una orientación sexual diferente, no es justo, no lo es.
—Ella impidió que me golpeara, él estaba fuera de control, pero por más que le suplicó, no pudo impedir que me sacaran de la casa.
—¿Qué vas hacer Andy?
—La verdad no sé, no tengo casi dinero, ni familia donde quedarme. Estoy perdido.
—Chicos los he estado buscando—decía Vanessa que se acercaba.
—Hola Vanessa. —la saludé.
—¿Qué sucede? —le contamos lo que pasaba, estaba tan desencajada como yo.
—Andy me encantaría que te quedaras en mi casa, pero es tan pequeña, no sé cómo ayudarte.
—Tranquila Vanessa, yo lo sé, con que me apoyes es más que suficiente.
—No te preocupes Andy, te irás con tu primo Esteban a su casa.
—¿Qué dices Ela?
—Que iras conmigo a casa, mi habitación es grande y tiene una entrada independiente, nadie notará que estás allí, si ni siquiera saben si estoy yo. Tendré un compañero de cuarto, además contigo en mi alcoba no corro ningún peligro—los tres nos reímos al unísono, al mal tiempo buena cara, eso dicen.
—Gracias chicas, por su apoyo, por su cariño, estoy hecho mierda, lo que más me preocupa es Maikol, le conté lo sucedido y está aterrado que su papá se entere, él no soportaría algo así. Está tan asustado que no ha vuelto a contestar mis llamadas, lo último que me dijo que teníamos que terminar, que era mi culpa por ser un desviado, que yo lo había metido en ese lío.
#1668 en Joven Adulto
#9537 en Novela romántica
novelajuvenil problemas mentiras, enemiestolover, enemies to lovers erotismo
Editado: 28.10.2025