Parte Primera.

Los ojos son más que un sentido, son un elemento vital de supervivencia. Con ellos vemos lo que nos rodea, sabemos qué está y dónde está cada cosa; gracias al sentido de la visión vemos los cielos obra de los dedos de un divino creador, pero...

¿Y los que no ven? ¿Qué hay de aquellas almas en desgracia privadas de algo tan preciado como lo es la vista?

La condición en que estas personas se desenvuelven muchas veces no están aptas para su discapacidad es por ello que se las ven difíciles al tener que luchar el doble no solo para poder desarrollarse de la manera más óptima posible sino también para poder sobrevivir ante la salvaje sociedad que nos rodea.

Los no videntes tienen que re adaptarse a otro mundo prácticamente, carente de luz y plagado de sombras, tienen que vivir rodeados de negra y sombría oscuridad; las personas con esta discapacidad se ven obligadas a potenciar el resto de sus sentidos, conjugados con las habilidades que posean, todo con el fin de poder llevar "una vida normal", según los estándares impuestos por la sociedad actual, sin el sentido de la vista parte de esa vida.

Las posibilidades de desarrollar y continuar con la que era su rutina diaria son mínimas y las limitaciones de las personas no videntes en la sociedad son demasiadas. Se ven reducidas sus posibilidades laborares, restringiéndolos a pocas actividades; algunas veces mal pagadas, incluso, denigrantes. Las personas ciegas, muchas veces son presa de burlas, victimas del rechazo o discriminación. Por lo general ninguna empresa quiere a una persona de tan limitadas habilidades, no obstante, aun con muchas cosas en contra, todas estas personas logran enfrentar los retos que la sociedad les interponga.