¿enserio podré ser un Dios?

Prólogo

He tenido siempre una vida miserable, por más que me esfuerzo nunca logró lo que quiero, perdí mi fortuna por culpa de mis familiares, perdí a mi prometida por la pobreza, me humillaron en la escuela por ser pobre, a pesar de que yo nunca los trate mal por su estabilidad social, ¿Enserio merezco todo esto?, ¿Qué mas hace falta para que realmente pierda la cordura?.

 

Estoy harto de todo, por que me pasa esto solo a mi, ¿Qué hice para merecer esto?, solo hice las cosas como se suponía que deberían de haber sido, sin insultar, sin tratar mal a nadie, pero aun así me gane esto, pero a pesar de esto no me rendiré y hare hasta lo imposible por lograr salir delante de nuevo.

 

  -Padre ya deja de tomar, no tenemos dinero y tu sigues gastándolo- le dije a mi padre al verlo cayéndose en el alcohol.

 

  -Ya no hables, sabes que nos merecemos esto y más- respondió el levantando la mano en forma de reclamo.

 

  -Entiende ya que la vida de lujo se acabo, sabes muy bien que no es bueno vivir entre apariencias, mejor esfuérzate por conseguir algo y dejá de estancarte donde estás- dije las palabras que el mismo me dijo cuando tan sólo tenía diez años. -Así que levantate y sal a trabajar- dije estás últimas palabras alzando un poco la voz para que entendiera.

 

  -No me hables así, soy tu padre y tienes que respetarme- dijo ignorándome en gran parte.

 

  -¿Mereces mi respeto después de todo lo sucedido?, no bromees conmigo y mejor deja de ser un flojo, aun se puede recuperar todo- dije mientras golpeaba la mesa del coraje.

 

  -Tu no sabes nada así que mejor cállate- dijo y después de ello siguió tomando más alcohol.

 

  -Has lo que quieras, mejor me voy de esta casa, pareciera que ya no me necesitas, sigue tu vida así y solo serás un desperdicio, pero descuida no te detendré si es lo que quieres, si tan solo mi madre estuviera aquí- dije melancólico.

 

-Pues no, no lo esta, esa mujer me la jugo y después de darle todo a ese bastardo se suicido, justo lo que merece- dijo lanzando su botella de alcohol al suelo.

 

-Deja de hablar así de mi madre, no tienes el derecho de hablar así de ella, además nunca le creíste y por eso ella me dejo con un bastardo como tu- dije enojándome al máximo por lo que dijo, después de todo mi madre no es como el dice.

 

Justo antes de morir mi madre me dijo todo lo que sucedió realmente y también me dijo como fue que mi padre la desprecio después de contarle todo o más bien no creyó que estaba esperando un hijo suyo.

 

  -Si te quieres largar lárgate, no te necesito en mi vida, además sabes que no eres mi hijo- dijo el sacando a relucir cosas que duelen.

 

Y como dice el, el nunca ha sido mi padre biológicamente hablando pues a mi me adoptaron desde que yo era un bebé, afortunadamente no fui como esos pocos niños que no saben que son adoptados hasta que se les escapa a sus padres.

 

  -Eso no tiene nada que ver, sabes muy bien que no le creíste y el remordimiento te pesa- dije gritando.

 

Ya que todo esto resulta en que mi madre fue obligada a firmar unos papeles en donde cedía todos los bienes ganados entre mi padre, mi madre y lo poco que yo alcance a hacer.

 

Para calmar la ira de mi padre, ella le contó que estaba embarazada y que iba a tener dos bebés (gemelos), y esto en vez de ayudar y alegrarlo hizo que se enfurecierá más pues el creía que no eran suyos.

 

Formuló teorías en su cabeza con ello y llegó a la conclusión de que mi madre lo había engañado y pensaba irse de nuestras vidas con el estafador y sus bebés, salió de casa enfurecido y a los pocos días descubrimos mi madre y yo que la había engañado.

 

Mientras yo sacaba a mi padre de la reclusión en cárcel por haber entrado en esos lugares sin dinero y después siendo denunciado mi madre no aguanto el pesar del engaño y se suicidó.

 

No pensó en ninguno de sus hijos, no me importaría si solo me ignoraba a mi, pero porque suicidarse sin dejar vivir a mis hermanos.

 

  -Ya te lo dije, lárgate o prometo que yo mismo te saco de aquí- dijo el yendo al congelador a sacar mas botellas.

 

  -No es necesario, yo me iré, no te arrepientas mañana de lo que acabas de decir- dije sin vacilar.

 

  -Si, si lo que el señorito diga, solo lárgate quieres- dijo mientras destapaba una botella y comenzaba a beber de ella.

 

  -Adiós- me di la vuelta mientras una lágrima salía de mi.

 

Después de esto salí de la casa con solo una mochila de ropa y pertenencias, ahora mismo no tengo mucho de valor, con las joyas y regalos que he obtenido, puedo juntar solo alrededor de 150,000 pesos, no creo que sea suficiente para conseguir casa propia o algo parecido, pero será mi colchón para no estar sin dinero, tengo que pensar que aún tengo 17 años y aunque conozco del trabajo en la empresa por que empecé temprano no tengo un papel que me certifique ese trabajo.

 

Así que tengo que hacer algo para terminar la preparatoria mínimo para conseguir algo más estable en el futuro.

 

Ya estando fuera comencé a caminar sin rumbo, sinceramente aún no había hecho planes cien porciento fiables, nunca pensé que de verdad saldría hoy de mi casa, pero no es momento para arrepentirse por ello.

 

Después de esto me pare en el cruce pues estaba en rojo, muy pronto pasaron 10 segundos que era lo necesario para que el verde volviera, así que con esto comencé a cruzar la calle, al mismo tiempo por inercia mire hacia ambos lados de la calle y alcance a ver un auto de ultima generación.

 

La marca no me la específicamente, pero parece un auto deportivo, este auto era color rojo y parecía que iba demasiado rápido así que al mismo tiempo intente apresurarme a cruzar la calle, sin embargo al mirar atrás vi que había una chica de aproximadamente mi edad o talvez un poco más joven.




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