Ente símbolos y sombras

Capítulo 11 ✓ El nombre que aun arde ✓

Narra Lyra.

Está mañana,doña clara estaba más silenciosa que de costumbre.

Movía las manos con una lentitud medida,como si cada gesto pesara un poco más de lo normal.

—Voy a hacer los mandados —Dijo al fin,mientras se ponía chal tejido.

La mire en silencio. Algo en mi quiso seguirla.

—¿Quieres que te acompañe?

Me sonrió con ternura,como si supiera que ya había decidido antes de preguntar.

—Claro niña. Vamos.

———

El aire estaba tibio, pero cargado.

El pueblo parecía igual que siempre: adoquines húmedos, faroles de hierro, hilos de niebla que se enroscaban entre las ventanas.

Pero algo estaba distinto.

No fuera. Dentro.

Caminábamos por la plaza cuando escuché voces.

Dos mujeres mayores, sentadas en un banco de madera.

Susurros entre bolsas de tela y frutas frescas.

—... Si, la chica se parece tanto..

—No digas eso en voz alta.

—¿Y si vuelve a pasar lo mismo con.. ?

—Shh. No digas su nombre.

—... Elyra...

El mundo se detuvo.

El suelo pareció latir bajo mis pies.

Me quedé quieta.

Clara no notó que me detuve. Siguió caminando, tranquila.

Yo no pude seguir.

No pensé. No expliqué.

Simplemente gire y volví.

Caminé rápido, con las manos heladas.

El corazón golpeándome el pecho como si quisiera advertirme de algo.

———

En casa

Corri escaleras arriba.

Fui directo al diario.

Lo abrí con manos temblorosas.

Pase página. Busque algo. No sabia que.

Pero lo sentía cerca.

Las letras parecían mirar desde el papel.

Las frases que había traducido antes ahora se me revelaban con otra voz.

Una voz que no era mía… pero tampoco ajena.

Había una página que no recordaba.

Oscura. Densa. Con palabras a medio traducir.

Necesitaba ayuda.

Elías.

———

bibliotecaTarde Nublada.

Cuando entré, Elías estaba organizando papeles viejos, con anteojos redondos sobre la punta de la nariz.

Levantó la vista y me sonrió, pero al verme el rostro, su expresión cambió.

—¿Que paso?

Le entendí el diario sin decir nada.

—¿Podés ayudarme a traducir esto?

Se sentó conmigo sin hacer preguntas.

Extendió la hoja con cuidado sobre la mesa, como si supiera que ese papel guardaba algo que podía rompernos.

Trabajamos en silencio.

Sus dedos trazaban cada palabra con paciencia.

Mi respiración era inestable.

El lo notó.

—Tranquila — Murmuró. — Estás bien.

Y entonces lo vimos.

En una línea casi borrada.

Entre frases de despedida y tinta manchada.

"...Y si algún día vuelve con otro nombre, recordara.

Pero yo fui, soy, y seré... Elyra. "

Mi estómago se cerró.

Elias se quedó en silencio.

No me miró enseguida.

Solo apoyo la mano sobre la mía,sin decir nada.

No fue un gesto romántico.

Fue humano.

Cálido.

Necesario.

Me quedé ahí, con su palma sosteniéndome.

Con la palabra repitiéndose en mi cabeza como un eco antiguo.

Elyra.

Elyra.

Elyra.

———

Frase Final •

"No sabía quién era Elyra.

Solo sabía que, por alguna razón,su nombre me dolía como si alguna vez hubiera Sido mío. "

| NOTA DE LA AUTORA |

Este capitulo marca un cruce de caminos.

Lyra ya no solo sueña. Ahora recuerda. Las palabras no son pistas, son ecos. El nombre que arde en su interior no es un descubrimiento… es un reencuentro.

Elías, siempre presente, siempre paciente, se convierte en un puente entre el ahora y lo que fue. Y Elyra, esa figura que parecía tan lejana, comienza a ocupar un espacio real, cercano, inevitable.

Gracias por estar en este momento tan delicado con nosotras.

Porque a veces,nombrar es el primer paso para despertar.

—Con letras, memorias y latidos, la autora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.