La Estrella del Ocaso se fundó en 1942 bajo el lema de "purgar al mundo de las criaturas que amenazan la existencia humana". En ese sentido podrían considerarse radicales. Si sus actos se sustituyeran de los lóbregos a los humanos, su barbarie no podría ser aceptada. Y eso es lo que estaba pasando en ese momento.
Cuando Darren llegó frente al vidrio polarizado que daba al cuarto frío y miró dentro, lo supo de inmediato aun si su olfato era inutilizable: ese chico no era un nahur. El sexto sentido desarrollado por noventa y un de valerse por sí mismo se lo dijo.
Wong YuKun no iba a dudar del juicio de su padre, así que sacó al chico (todavía inconsciente) del cuarto frío.
Hasta que fue colocado en un sillón en la misma habitación que Darren y cubierto con mantas, Lewin despertó. Si el sistema tuviera manos, lo habría golpeado hasta que le dolieran los brazos, ¿cómo es que este tipo se dormía en la peor situación y despertaba en el mejor momento?
En realidad Lewin solo tuvo suerte esta vez, y su racha no terminaba. Cuando abrió los ojos, vio un rostro plagado de arrugas.
—¿Eres Darren? —soltó de inmediato.
Wong YuKun tenso los músculos, preocupado de que sí se tratara del nahur, por el contrario, Darren solo se sorprendió.
—¿Me conoces?
—Yo no —admitió Lewin—. Mi bisabuela te conoció.
Ante esto, la sorpresa de Darren se acentuó.
—¿Quién era tu bisabuela?
【¡El objetivo está en peligro! ¡Alerta máxima! Repito: ¡El objetivo está en peligro!】La voz del sistema retumbó en su mente, Lewin se puso alerta enseguida.
«¿Qué sucedió?»
Tras una rápida explicación del sistema, Lewin respondió a Darren.
—Los detalles no son importantes por el momento. El informante era el verdadero nahur y está a punto de cambiar de cuerpo, debo darme prisa.
Se levantó, lanzando todas las mantas a un lado e ignorando el entumecimiento de su cuerpo por estar expuesto a un ambiente frío por casi una hora.
Wong YuKun, ya confiaba en su identidad como humano y tenía una suposición en mente.
—¿Sabes dónde está? Te llevaré —dijo de inmediato.
—Yo también voy —se apuntó enseguida el anciano.
No había tiempo para que ninguno objetara a nadie, por lo que en menos de dos minutos ya estaban en una camioneta de la organización, siguiendo las indicaciones de Lewin para llegar a lo que parecía ser una zona sin nada más que naturaleza. Aunque aceleraron a la máxima velocidad, todavía habían tardado casi tres horas de un tenso camino en el que nadie habló, excepto Lewin mientras dirigía a Wong YuKun que conducía.
Después de dar innumerables giros y cambiar de caminos varias veces, llegaron frente a una casa rodeada de rejas altas y cámaras de última tecnología, era evidente que se trataba de una casa de seguridad.
—¿Cómo supiste el camino hasta aquí? —Wong YuKun no pudo evitar preguntar.
No dudaba de él, solo esperaba aprender algún truco útil.
—Seguí el olor a basura podrida.
Esto no era cierto. El sistema le dictó las instrucciones. Darren, quien se crio unos años con un detective, también razonó la identidad del joven, por lo que sabía que esta oración era falsa: no importa qué tan desarrollado tuvieras ese sentido, existía un límite en el rango que podía detectar. Solo Wong YuKun, en su ingenuidad sobre el asunto del olfato de la muerte, lo creyó; incluso imaginó que su padre de joven debió ser igual de increíble con su don.
Irrumpieron en la casa gracias a las habilidades bien entrenadas de Wong YuKun como vigilante blanco. Dentro, todo estaba en silencio. Lewin no se dejó engañar por la aparente calma, ya había recibido actualizaciones de voz del sistema sobre la situación, así que corrió hacia la puerta del sótano.
En el momento en que abrió la puerta, algo pesado la bloqueaba, usó la fuerza necesaria para hacer una apertura adecuada y meter su cuerpo. Ahí, en la parte superior de las escaleras que bajaban al sótano, Chen LinBao con el torso desnudo, pantalones rasgados y una cortada desde la parte superior del hombro izquierdo hasta el costado derecho de su cintura -además de otros moretones y heridas más pequeñas-, estaba tirado bloqueando la puerta. Un charco de sangre empapó las rodillas de Lewin cuando se arrodilló para comprobar su situación.
—Profesor Chen, despierte —le habló en un tono bajo, mientras le palmeaba la cara con fuerza; sus acciones contrastantes con su voz—. ¿Está bien?
Al ver que Chen LinBao abría los ojos y lo miraba de forma confusa, sus párpados bajos y pupilas desenfocadas, Lewin dejó de aguantarse las lágrimas. Lloró porque estaba preocupado; este era el punto clave de su misión, si quería sus recuerdos de vuelta, la razón y el sentido de su existencia, no podía perderlo, ¡y hoy casi lo hace! Si el objetivo tenía que morir algún día, él tenía que estar a su lado para que, en el momento justo, pudiera recogerlo con la ayuda del sistema. Los ojos de Chen LinBao, tradujeron esta situación al llanto preocupado de un enamorado por la situación de su ser amado.
La reunión conmovedora terminó con los golpes de la puerta al fondo de la escalera. Lo más probable es que fuera Li Fang, que no se daba por vencido de obtener un nuevo huésped. Observando con atención, Lewin notó que el extinguidor de incendios estaba tirado a mitad de camino entre la puerta inferior y superior del sótano. Tal vez Chen LinBao lo usó para defenderse o atacar al nahur.