Entonces te olvidé

4.6 Rezagados

—Señor Qiu —saludó Xuan Cheng con tono respetuoso, pero todos notaron cómo sus piernas parecían haberse debilitado. Temblaba un poco.

—¿Estás ayudando a los terroristas a escapar? —escupió el hombre, las palabras con un acento increíblemente marcado, pero nadie tenía las agallas para burlarse.

—¿Terroristas? —Xuan Cheng estaba sorprendido de manera genuina—. Imposible —. Nunca dudó de la inocencia de Cai LiWen.

El apellidado Qiu no perdió el tiempo en convencerlo, aunque no le agradaba ese chico Zou, el edificio había sido incendiado de verdad. Como el pilar más fuerte y libre, conocía las caras de todos los que entraron o salieron de esta base, el único sospechoso podía ser ese chico dentro de la camioneta, no creía que Zou Chen estuviera tan desquiciado como para destruir algo por lo que estuvo peleando solo para enmarcar a alguien. Por supuesto, el señor Qiu pensaba esto ya que no sabía que el centro de investigación era una farsa.

Lewin lo vio acercarse de manera amenazante y tuvo que usar toda su fuerza de voluntad para no temblar. El aire frío que desprendía ese hombre le recordaba de forma inexplicable a los wiccans del primer mundo al que cruzó; entre todas las criaturas, eran a las que más odiaba cazar cuando hacía trabajos de vigilante blanco. 

Muy aterrador. Estaba por sacar un arma para enfrentarse al otro. Pero no importa que tan poderoso sea un usuario de habilidad, sigue siendo humano. Una bala en la cabeza o el corazón todavía era suficiente para matarlos. La forma etérea de la pistola ya estaba entre sus dedos, solo faltaba materializarla, sin embargo, un crujido atrajo la atención de todos.

Crac, crac, crac.

No fue solo uno, eran varios. Pisadas. Todos miraron en dirección a los árboles. Cuando construyeron el muro de la base, la familia Xuan había dejado un trozo de bosque detrás de su casa, también habían aprovechado que supervisaban la construcción para agregar su propia salida trasera, una ruta de escape que solo ellos (y el sistema de Zao Chun) conocían; era por ahí donde planeaban escapar y esa era la misma dirección de donde estaba saliendo una mujer joven, de no más de treinta años.

—¿Lin Mian? —preguntó Xuan Cheng sorprendido.

Ella era la mujer con la que su madre lo había comprometido una semana antes del apocalipsis, aunque después no insistió en el matrimonio debido al asunto con Zao Chun, los padres de Lin Mian se convirtieron en zombis y su familia decidió acogerla, después de todo, eran viejos conocidos.

El señor Qiu había escuchado sobre los enredos de la familia Xuan, pero no le importaban estos chismes, así que se giró para continuar con lo suyo. Apenas había estirado la mano para sacar al criminal del coche cuando escuchó a la mujer hablar.

—Corre.

Xuan Cheng se sorprendió, no obstante, su cuerpo fue obediente, no entendía cómo se subió a la camioneta y pisó el acelerador, alejándose del señor Qiu, quien parecía haber perdido la capacidad de movimiento… No. No parecía, en realidad la perdió. 

Por el espejo retrovisor, notó cómo las palmas de las manos de Lin Mian estaban recargadas en el piso, Xuan Cheng lo supo de inmediato: habilidad de tipo gravedad. Estaba seguro de que se trataba de eso porque él mismo era un usuario de gravedad. Era una habilidad poco común, quién pensaría que Lin Mian también la tenía. Aunque ahora que lo pensaba…

—Habilidad psíquica —Lewin concluyó en voz alta.

Esa mujer era un usuario de doble habilidad. Cuando le dijo a Xuan Cheng que corriera en ese tono calmado, había sentido el poder en sus palabras. Lewin se volvió a sentir confundido. ¿Cómo es que hay usuarios así de poderosos tan pronto?

El sistema, que sintió sus dudas, se encogió de manera silenciosa en un rincón. ¡Jamás admitiría la culpa de nada! Aunque tampoco es que fuera su culpa por completo, sí, esto también es culpa de mi Maestro, hmp.

Qiu Heqing solo pudo observar cómo esa camioneta se alejaba, sintió que había sido agraviado, aunque la molestia se evaporó para dejar paso a su habitual indiferencia. Si se fue, se fue, pensó con desgana. Había colaborado en construir un espacio seguro para cuando su hijo llegara, ahora también se movió para deshacerse de las amenazas, sin embargo, había pasado todo un mes y no había señales de él. No se atrevía a pensar que podría estar muerto, por eso tampoco tomó la iniciativa de buscarlo; preferiría vivir en la esperanza vacía a enfrentar una verdad tan amarga.

—Está vivo —dijo la mujer a sus espaldas.

Sintió que la fuerza que lo mantenía atado en su lugar se desvaneció, la mujer se puso de pie y limpió de forma casual la sangre que se escurría de su nariz.

—¿De qué hablas? —preguntó Qiu Heqing en guardia. ¿Esa persona acaso leyó sus pensamientos?

—Algo así —se rió la mujer, dejando entrever que sus dientes también se mancharon de sangre—. ¿Quieres que te ayude a buscar a tu hijo o no? —cortó el interrogatorio de raíz, solo le interesaba saber si el otro la seguiría.

Qiu Heqing la miró de forma sospechosa, ¿debería confiar en ella?

☆★☆

La camioneta ya había avanzado unos kilómetros, tuvieron que crear la ilusión de que se dirigían al noroeste, que es la dirección contraria a la que después irían. Lewin tenía la confianza de que podría engañar a sus perseguidores, más que nada porque 2-2 ya había estropeado por completo el intercambio entre Zao Chun y su sistema.



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En el texto hay: bl, transmigracion, multiples mundos

Editado: 15.04.2024

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