Entonces te olvidé

5.2 Futuro

Los dos días que pasó en la grabación de la "serie web" fueron bastante sencillos, solo tenía que actuar como un hermano mayor valiente que consolaba al tierno hermano pequeño, que lo protegía y, de vez en cuando, cedía su ración de comida por una sonrisa de la belleza… Ejem, es decir, por una sonrisa de la pura criatura de brillantes ojos azules. Esto fue muy fácil porque coincidía con sus genuinas intenciones.

Aunque 2-2 había descubierto que acceder al monitoreo de este mundo era imposible, la tecnología ya había alcanzado cierto grado de desarrollo para que, al acceder a ella, su sistema pudiera saber casi todo lo que ocurría en tiempo real y manipular algunas cosas que dependían de ella. Gracias a eso, podían obtener los datos relevantes de la web y valorar qué tanto más o menos debería destacar durante la transmisión.

La mayoría de los espectadores eran pasajeros, que veían el programa por casualidad y podrían pasar de largo después de un breve vistazo, así que era imposible que ninguno de los participantes de la serie se hiciera famoso incluso si representaran grandes peleas o el drama más emotivo del mundo; sin embargo, un par de halagos y expresiones simpatizantes en los comentarios serían suficientes para llamar la atención de otros transmisores, los cuales podrían tomarlo en cuenta para su reparto más tarde.

También con ayuda de 2-2 consiguió guiar a los abuelos de la familia Deneff por internet hasta llegar a esta transmisión, ellos reconocieron a su nieto de inmediato y consiguieron con rapidez un vuelo directo a las inmediaciones de Ciudad Ágata para recoger al niño.

Con eso, todo lo que tenía que hacer ya estaba hecho. Si no tuviera una misión secundaria que cumplir, el contratista bien podría regresar a su cuerpo y rehacer su camino hacia el éxito, esta vez con la ventaja del conocimiento. Seguro se convertiría en el modelo del éxito y la buena fortuna lo acompañaría… No obstante, Lewin todavía tenía un amante que criar, además de que el alma del Zaid original ya debería tener una nueva vida, así que era imposible.

—Zaid, ¡mira! —exclamó con emoción Joseph, que se aferraba a su brazo.

Estaban en la escena final de la serie, donde, después de tantas peleas y descubrir el amor en el fin del mundo, el protagonista y los otros sobrevivientes cruzaron un muro que guardaba detrás un bello campo de flores, según la trama, habían una ciudad segura, una fortaleza hecha para el desarrollo de la humanidad. Para que esa escena fuera retratada en todo su esplendor, el equipo de producción instaló reflectores y humedeció los pétalos de las flores, creando el efecto de estar cubiertos de rocío, incluso permitieron al reparto peinarse y limpiarse un poco la cara.

La emoción de Joseph se debía a que un par de colibríes correteaban a su izquierda, mientras cruzaban el camino de grava.

—¿Te gustan? —le preguntó con una sonrisa.

El otro apretó aún más su brazo y asintió con la cabeza, mirándolo desde sus quince centímetros más abajo. Lewin de repente sintió que la desbordante ternura de su hijo debió haber salido de su padre, solo había que ver cómo las pupilas de Joseph expresaban todo lo que quería decir, incluso si era un niño de pocas palabras, nadie sentiría que era demasiado taciturno.

—Cuando lleguemos al área de espera para tramitar la salida, pediré un papel y te dibujaré uno, ¿está bien?

Okay.

Ahora Lewin entendía a aquellos que estaban dispuestos a ofrecer todo lo que poseían solo por una simple sonrisa. A pesar de que el cuerpo regordete y facciones inocentes de Joseph solo podían despertar pensamientos protectores, Lewin no se sentía ansioso por ver crecer a su amante, ¿cuándo más tendría la oportunidad de conocer esta versión suya tan adorable?

Con estos pensamientos felices, dio el último retoque a las alas del colibrí que estaba dibujando.

—Aquí está —dijo mientras extendía la hoja hacia el otro.

—¡August! —exclamó una vieja voz de hombre.

Lewin observó a los dos viejos que entraron a la sala de espera y desinfección en la que se encontraban.

¡Grandma! —gritó Joseph emocionado mientras corría hacia sus abuelos—. ¿Mamá y papá?

La abuela, Adeline, no sabía cómo confrontar esa pregunta de su nieto, pero este no era el lugar adecuado de todas formas, así que se agachó para llevarse a Joseph. Al ser los dueños nominales de Ciudad Ágata, no necesitaban dar explicaciones.

—Espera…

El pequeño había estado tan emocionado que olvidó tomar el dibujo que le hizo su amigo. Lewin vio a Joseph regresar corriendo y luego fue jalado por el otro hasta las dos personas impolutas con un fuerte aire de riqueza e intimidación innata. Como un adulto consciente de la importancia de las apariencias, se sintió un poco apenado por su aspecto desgastado y sucio.

This is… ¿tu amigo? —le preguntó Adeline a su nieto, recibiendo un asentimiento como respuesta.

La mujer se agachó a la altura de los niños, con un movimiento tan natural que fue casi imperceptible, separó la mano de su pequeño nieto de la muñeca del otro. Adeline no se consideraba a sí misma clasista, solo, pensó, si este niño no estuviera tan sucio, tal vez lo dejaría tocar a mi preciado nieto.



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En el texto hay: bl, transmigracion, multiples mundos

Editado: 15.04.2024

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