La industria del entretenimiento moderno estaba dividida en varias ramas: la industria musical, que era la más concurrida por el público en general; la industria de la moda, la cual se consideraba la más cerrada y exclusiva en las altas esferas de la población; la industria del cine, cuyo prestigio era el más grande entre todos; la industria televisiva, que tenía un público asiduo en cuanto a sus números, pero los espectadores individuales también podían ser inconstantes si un programa no destacaba por sobre los demás; por último, la industria de internet, que tenía sus respectivas subramas, pero en general era la más transitada e inestable, cuyos cambios ocurrían con tanta frecuencia que las celebridades de hoy serían noticia vieja mañana.
Las estrellas de internet tenían círculos de interacción muy condicionados cuando se trataba de famosos de las redes sociales, por lo que su popularidad siempre estaría limitada a los que tenían ciertos gustos muy específicos; para los transmisores como Lewin era un poco más sencillo crecer en números, aunque la constancia de sus espectadores no estaba asegurada y los fans verdaderos eran difíciles de ganar, pues la mayoría de las personas solo acudía a las diferentes plataformas de transmisión de forma esporádica o eran transeúntes que llegaban a los videos por casualidad.
Para Lewin fue todo un reto mantenerse y destacar en este medio tan maleable, por eso tuvo que innovar su contenido durante sus dos años de experiencia. Debido a que adaptaba con frecuencia canciones populares, dándoles un giro a la trama original, tenía una centena de seguidores fieles que llegaban cada mes sin falta a su canal. Además de eso, realizaba recorridos por Ciudad Ágata mientras contaba algunas historias sobre sus habitantes zombis, por lo que tenía algunos fans que lo instaban a que aprovechara su gran imaginación y escribiera un libro. Sin embargo, su contenido más popular que atraía más transeúntes para inflar el número de sus suscriptores era en realidad el de tips de supervivencia y recomendaciones para aprovechar su estadía en Ciudad Ágata u otra metrópoli zombi al máximo. Muchos turistas incluso lo consideraban un joven y guapo guía muy experimentado.
Sin embargo, para las personas cuya meta era actuar, ser una estrella de internet solo podía ser una estación de paso: si te quedabas mucho tiempo, no podrías superarte y avanzar; pero si no te quedabas el suficiente, tu entrada al siguiente nivel podría no ser tan fluida y quedarías en un cuello de botella muy difícil de superar. Lo ideal era saltar a la televisión con una base sólida de fans, sin embargo, con tanta gente queriendo ganarse un lugar en las industrias de mayor nivel, las conexiones eran la clave del éxito.
Lewin ya había pasado ocho años en este mundo, es decir, tenía ocho años de experiencia como "transeúnte A", "transeúnte B" o hasta "transeúnte Z" en series web de bajo presupuesto. Aunque la paga era poca y las conexiones lamentables, el papel que interpretó en La expiación a los nueve años le dio la oportunidad de demostrar su potencial, por lo que el aumento en el prestigio de las producciones en las que participaba, aunque era imperceptible, estaba ahí y crecía de forma gradual.
Debido a que su papel de un niño maduro y sensato en La expiación fue muy popular, James siempre le agradeció por la pequeña ola de popularidad que tuvo la primera producción que dirigió, en estos ocho años también lo invitó a varios proyectos con algunos papeles no muy importantes o transeúntes con pocas líneas; la única razón por la que no le daba protagónicos o secundarios era por conflictos de intereses, ya que su hermano, Ronald, tenía la misma meta de hacer una carrera actoral. Lewin entendía sus preocupaciones, por eso respetaba aún más a James: incluso si veía que el talento de su hermano no era tan bueno como el suyo, no fue egoísta y siguió dándole oportunidades para formar su experiencia. Aunque no podía empujarlo hacia la cima, tampoco lo pisó o bloqueó sus salidas. De hecho, fue también James Felton, cuando se volvió transmisor de diamante, quien lo recomendó dos años atrás a los directivos de White Dolphin para que le dieran su propio canal de transmisión.
Ahora su sala de transmisión incluso había obtenido la insignia dorada en su canal. Por eso estaba celebrando con su hermana y sus padres en un restaurante del centro comercial en las inmediaciones de Ciudad Ágata.
—¿Ese fan rico otra vez? —le preguntó Lena con una sonrisa confidente al escuchar que las notificaciones de su celular sonaban varias veces.
Miró la pantalla y Lewin no pudo evitar que sus labios se arquearan con satisfacción mientras miraba los mensajes embelesado. Matthew y Rose sentados frente a sus hijos compartieron una mirada de impotencia.
—Zaid, hay algo de lo que tenemos que hablar —dijo la madre como si ya no pudiera soportarlo.
—¿Qué pasa? —preguntó Lewin nervioso de repente por la atmósfera seria de los adultos.
—Es sobre ese fan tuyo... —habló el padre, un poco dudoso de plantear el tema—. ¿Te... te gusta él?
La boca de Lewin se abrió con sorpresa, porque la cara de Rose hacía evidente su preocupación y Matthew frunció el ceño tal como hacía cuando estaba a punto de dar una lección. Su cerebro trabajó al doble de velocidad, pensando en por qué reaccionarían así ante la posibilidad de que le gustara el "fan rico", quien de hecho no solo le gustaba, sino que ya habían sido esposos desde hace cuatro vidas. Como sus padres eran amables y tenían buena comunicación con él y Lena, nunca les ocultó nada de lo que pasaba en su carrera ni estaba preocupado porque se enteraran de su vida privada, además, aunque las parejas no heterosexuales en este mundo tenían que cumplir con ciertos requisitos con respecto a los asuntos reproductivos, la población en general no tenía nada en contra de la diversidad, por ello no consideró necesario disimular lo que sentía por este "fan rico".