Después de que el programa de Gold Stars llegara a su fin y se decidiera al equipo ganador del concurso, Lewin sintió que su carrera como actor había iniciado de manera oficial.
Tanto él como Ronald habían recibido ofertas de varias agencias de entretenimiento para firmar con ellos, James ayudó a su hermano a elegir una con un buen contrato y también le dio algunas sugerencias a Lewin para que considerara los beneficios y desventajas de cada agencia. Sin embargo, no estaba dentro de los planes de este unirse a ninguna empresa por el momento.
La ventaja de estar respaldado por una agencia era que le podían conseguir y asignar recursos; entre mejor o más grande fuera la empresa, los contactos se ampliaban y la calidad de los guiones sería incuestionable. Además, obtendrían un agente para manejar relaciones públicas o negociaciones de contratos, así como otros aspectos de los proyectos en los que fuera a trabajar. No obstante, Lewin tenía a 2-2, un sistema que podía tomar el control de la red en cualquier momento si así lo quisiera, por lo que podía recibir las noticias relevantes sobre las producciones que buscaban actores incluso antes que se hicieran públicas. Con su sistema, tener a un agente se volvía irrelevante, y los asistentes se podían contratar de manera externa.
Ya había tomado la decisión de confiar en 2-2 para conseguir trabajos desde hace mucho y así lo hizo todo este tiempo, pero...
Lewin observó la invitación que recibió esa mañana.
Ahora tenía veinte años y, aunque no era un actor de primer nivel, tenía una base estable de fans y cuatro series que respaldaban su trabajo. La primera era, por supuesto, Crónicas de sangre, que grabó a los dieciocho años; la más reciente era una serie de ídolos con trama empalagosa, en la cual también participó el Zaid original y le valió una gran cantidad de recursos en el futuro. Además, en el último año y medio había mantenido una relación de larga distancia con Joseph.
A Lewin le había costado mucho esfuerzo convencerlo de que se mantuvieran alejados del ojo público hasta que la familia Deneff no tuviera poder sobre él y que Lewin pudiera tramitar la repatriación de los Müller a alguna República. Sin embargo, su amante parecía muy ansioso en los últimos días, ya que recibió una invitación de DG Entertainment, la agencia derivada de Deneff Group que está involucrada en el círculo de entretenimiento.
Si fuera una oferta normal para firmar con la empresa, Lewin la habría ignorado sin más, pero era muy obvio que las condiciones que ofrecía el contrato preliminar adjunto eran preferenciales, además, había adjunta una tarjeta dorada con relucientes letras plateadas grabadas.
La hechura era muy ostentosa y el contenido elegante. Conocía a más de un par de actores de nivel bajo o medio que harían lo que fuera por conseguir una invitación como esta, porque, ¿qué pequeño actor no quiere ir al banquete anual de la empresa número uno en el círculo de entretenimiento?
DG Entertainment ha sido la líder de la industria desde antes de la nueva era en el entretenimiento, su historia y fuerza la han mantenido estable en su lugar. Por eso, ir a este banquete significaba conocer un montón de peces gordos; un contacto hecho en esa fiesta era suficiente para jactarse por los próximos tres años; un recurso obtenido, es equivalente a comprar un boleto de fama instantánea.
Además, este año no solo se trataba de eso: hace un par de meses corrió el rumor de que la dirección de la agencia había caído en manos del próximo heredero de Deneff Group. Es decir, en esta ocasión podrían conocer al nuevo jefe de la mejor empresa en la industria del entretenimiento, más aún, ¡al futuro gigante que controla casi un tercio de la economía global!
¿Quién no sabe que los Deneff tienen activos en todas las industrias y rigen cuatro de las trece metrópolis del mundo?
Por eso, viendo el contrato en la mesa y la invitación en sus manos, Lewin no pudo evitar dudar si debería ir o no.
No era solo Joseph quien se resistía a mantenerse alejados. Él tampoco disfrutaba de esta situación. Tener un novio y no poder besarlo, abrazarlo, dormir a su lado; eso era insoportable para Lewin. Si esta noche iba al banquete, quien terminaría siendo convencido sería él. Podría incluso olvidar su convicción de evitar problemas innecesarios con los Deneff.
Reflexionó con cuidado: su familia seguía subyugada a la metrópoli, lo que era equivalente a que controlaran su vida; Lena siguió el camino artístico independiente, lo que significa que no tenía mucho poder, riqueza o fama; él mismo, ante el resto del mundo, era un simple metropolitano que se valía por sí mismo en el caos del círculo de entretenimiento. Por el bien de su familia, no podía enfrentarse a personas tan influyentes como los Deneff.
Estaba a punto de desechar la invitación cuando le llegó un mensaje a su celular.
Joseph: "Por favor, te extraño".
Lewin se congeló un momento después de leer estas palabras. La sincronización entre su acción y el mensaje era bastante buena. No pudo evitar mirar a su alrededor antes de escribir: "¿Me estás espiando?".
Jospeh: "¿De verdad la ibas a tirar?".
Lewin: "No tengo ropa para un banquete tan elegante".
Joseph: "Tu excusa es muy endeble. Te enviaré un conjunto de ropa".