Nuevos recuerdos vinieron a su mente, pero estos no tenían nada que ver con el mundo en el que se encontraba, sino con la primera vez que conoció a G'Hässan.
¿No fue ese encuentro en la casa de té su primer encuentro?
De principio a fin, Lewin no pudo evitar sentir que había algo muy mal con lo que sucedía.
El recuerdo, que se presentó a algo muy similar a un sueño inmersivo, empezó con él en una habitación rodeada de paredes traslúcidas. Tan solo por su tamaño, bien podría caber un campo de fútbol en el lugar, lo que daba una sensación de incertidumbre a las personas por no poder mirar nada más a su alrededor en un espacio tan grande, como si estuviera diseñado para recordarle a las personas lo pequeños e insignificantes que eran. Sin embargo, este efecto se veía disminuido cuando, más allá de la oscuridad detrás de las paredes, se observaban breves destellos de estrellas y galaxias que cegaban al pasar, pareciendo saludar a quienes les miraban desde esa habitación, llenando de asombro a la gente por el mágico e infinito universo.
Justo después de que los ojos de Lewin se acostumbraron a la iluminación contradictoria de luces y sombras fundidas, la información básica sobre dónde se encontraba vino a su mente con naturalidad. Ese lugar era el CAE.
Centro de Asuntos Etéreos. Una organización cósmica que se tambalea entre el poder de dominar el universo y la pasividad de quienes solo le sirven al mismo.
Se dice que quien fundó el CAE fue el primer trotamundo en existir, y que también es esa la razón por la que sigue un orden burocrático que roza la perfección sin nunca alcanzarla: el primer trotamundo era un humano común antes de convertirse en un ser etéreo. Alguien que provenía de Terra 1, el mítico mundo que se supone existió primero en el universo.
Por supuesto, los rumores solo podían ser eso, ya que el trotamundo 00001 desapareció hace mucho tiempo y lo único que dejó atrás fue el CAE.
El cargo que Lewin ocupaba en ese momento era el de un viajero de rango 15 que trabajaba en el Departamento de Logística. No llevaba mucho tiempo en la Oficina de Conducta y Seguridad para Trotamundos, el CST, cuando su superior lo llamó a la impresionante habitación donde empezó el recuerdo. Su objetivo de citarlo ahí no estaba claro, pero el Lewin del recuerdo no le dio importancia y solo escuchó las órdenes de cumplir una misión importante: vigilar a un posible traidor del CAE y eliminarlo en caso de confirmar sus delitos.
Ese Lewin no sintió mucho cuando recibió la orden directa de su superior, pero ahora que lo re-vivía sufrió un doble golpe: el primero, cuando reconoció al gerente de la rama de Gestión Interna como el que alguna vez se llamó Pawel Gorski, el exnovio que lo dejó de la peor manera posible porque no tuvo las agallas de enfrentar a su familia, a su amante, a él o a sí mismo, pero ahora no era un mediocre mortal, sino un viajero de rango 11; ¿qué probabilidades había de encontrar a ese tipo incluso después de la muerte?
El segundo golpe fue cuando notó el nombre que se encontraba en el archivo del trotamundo sospechoso de ser un espía. G'Hässan, viajero de rango 14 . Se enumeraban enseguida todos los actos cuestionables ordenados de manera cronológica, del cual Lewin destacó sus visitas reiteradas a cierto mundo particular, sin embargo, su rastro no podía ser detectado por el CAE después de que ingresara; dichas visitas sospechosas eran sin duda G'Hässan llendo a ver a su hija. No obstante Zhangsun era un secreto, y lo que el informe concluía era: posible colusión con los boreos, castigo: pena máxima por traición al CAE.
La información de los boreos apareció enseguida en su mente, solo que Lewin estaba demasiado aturdido para prestarle atención; las conjeturas e incredulidad sacudieron su alma, provocando que despertara.
«2-2» llamó en tono grave. Si alguien pudiera mirarlo en la oscuridad de la noche, notaría sus ojos hinchados y cara manchada de lágrimas, pero ni siquiera él se dio cuenta que estaba llorando.
【Ah, pregunta lo que quieras.】
El sistema podía adivinar con facilidad el recuerdo que Lewin había recuperado, pero no tenía intención de evitar el tema, ya sabía que llegaría este día en algún momento.
Lewin también sintió su actitud cooperativa, así que decidió saltar las preguntas inútiles e ir a la que más le preocupaba.
«¿Cuántas veces he perdido la memoria?»
【...】2-2 no esperaba que fuera tan directo y perspicaz, aún así respondió con seriedad: 【Si contamos todas las pequeñas ocasiones y cuando eliminó de forma activa recuerdos que consideraba insignificantes, quizá sean unas mil trescientas veinte millones de veces... Pero esa es una cifra promedio para todos los seres etéreos. Creo que solo le interesan tres o tal vez cuatro de ellas.】
«Puedes... ¿Puedes decirme cuándo ocurrieron esas cuatro veces?»
【Una fue cuando todavía era mortal y el resto como trotamundo. Sobre los detalles de cada ocasión, ni siquiera yo puedo acceder a esas memorias.】
«Entiendo...»
De hecho, aunque Lewin no entendió todo, sí lo más importante. En su recuerdo, la razón por la que no reaccionó cuando le encargaron vigilar a G'Hässan como posible traidor fue porque no recordaba haberlo conocido. Sin embargo, esta confirmación no lo hizo sentir mejor en absoluto.