Entonces te olvidé

8.3 Destino inesperado

El palacio del rey era tan majestuoso como Lewin imaginaba que sería un típico castillo medieval, sin embargo, había estado en un mundo que se asemejaba mucho más a ese estilo de vida medieval, así que, comparado con eso, todo aquí era muchísimo más pulcro. No había hedor ni la constante amenaza de la enfermedad, lo que no pudo evitar atribuir a la existencia de la magia en su sentido más clásico. De hecho, su especulación se confirmó cuando al pasar por la puerta principal vio a un grupo de hombres y mujeres vestidos con túnicas: eran magos; estaban parados en las esquinas y algunos lanzaban hechizos a lo alto del palacio, pero la mayoría estaba vigilando fuera de las ventanas o supervisando la situación en el gran salón donde se estaba llevando a cabo el baile. Además de los magos, también vio muchos guardias, firmes como estatuas con su reluciente armadura.

A pesar de su curiosidad, Lewin no tuvo tiempo de seguir admirando la escena que solo había podido apreciar a través de las películas, porque según la información, pronto sería revelada la traición de los nobles y tenía que escabullirse fuera del salón antes de que eso sucediera.

Mientras caminaba con el menor sentido de existencia, pudo llegar a la salida que daba al jardín trasero sin problemas, pero fue en ese momento cuando una sensación de escalofrío recorrió su espalda, también percibió no una, sino varias miradas profundas enfocadas en él. Resistió el impulso de girarse para descubrir quiénes lo estaban mirando con tanta fuerza, porque aunque algunos transmitían un poco de malicia, la mayoría no, pero lo más importante era que Shesh le ayudara a entender lo que estaba pasando con exactitud.

☆★☆

Shesh estaba de pie justo frente al primer arbusto del laberinto verde del palacio, detrás de él se sentó Xiaoling en una banca de piedra. Ambos tenían capas gruesas sobre sus cuerpos para hacer frente al viento fresco del anochecer en esa época del año y miraban con la misma inquietud en dirección al salón de baile, ansiosos por ver aparecer la figura de quien habían estado esperando ya por un rato.

Aunque se habían asegurado de que las personas de quienes se habían ocultado no deberían saber todavía de la llegada de Lewin, no pudieron evitar la duda y el temor; después de todo, hace menos de veinticuatro horas habían muerto por el fuego infernal en un baile muy similar a este, solo que ocurrió cuatro años en el futuro. Un futuro que ya era pasado… Shesh antes creía que los bucles temporales eran interesantes, ahora los aborrecía con todas sus fuerzas. Estaba cansado de eso.

—¡Viene! —exclamó Xiaoling en un tono bajo.

En este mundo, Lewin era pelirrojo. Irónico. La persona que quiere matarlo también lo es cuando se transforma. Aunque su maestro nunca lo había visto en una forma humana, todavía pudo reconocerlo a primera vista.

Viendo al joven de cabello negro y ojos rojos, Lewin adivinó enseguida que se trataba de 2-2, así que se acercó a él. Su leve sorpresa inicial no tuvo tiempo de desaparecer cuando vio a la joven sentada detrás de él.

—¿Xiaoling? —preguntó confundido.

—Papá —respondió ella a modo de saludo.

—Empecemos con lo más urgente —intervino enseguida Shesh—. Síganme.

Ambos caminaron detrás de él hasta lo que, por el diseño de los arbustos con más de dos metros de altura, supusieron que era el centro del laberinto, pues en el exterior estos no pasaban el medio metro y solo iban aumentando en altura al llegar a lo más profundo; además, estaban parados en un área circular con una cúpula de cristal en el medio. Se sentaron en los bancos que había alrededor de una mesa de piedra y solo después de asegurar la privacidad, Shesh comenzó a explicar la situación.

—Originalmente, después de obtener el fragmento del mundo anterior, se habría completado alrededor del setenta y cinco por ciento de la energía etérea original perteneciente a G´Hässan, luego iríamos al último mundo de misión y esto habría acabado, pero ahora…

—Este no era el destino original —Lewim quiso corroborar lo que ya sospechaba.

—Así es. G´Hässan nunca estuvo en un mundo artificial y, como ya sabes, los fragmentos de su alma se dispersaron solo en mundos y dentro de las personas con las que ya había interactuado con anterioridad; o sea, contratistas pasados que tuvo al realizar misiones para el CAE. 

—Entonces, el hecho de que hayamos llegado aquí…

—Fue premeditado. Después de pensarlo mucho tiempo, pude inferir gran parte de lo que Y’ia Hell ha hecho hasta ahora, pero son suposiciones con no más del ochenta por ciento de probabilidad de que sean correctas. Sin embargo, no me falta inteligencia para saber que, en el mundo anterior, Y’ia Hell ya sabía que podrías tener un truco bajo la manga para defenderte contra él, así que planeó con antelación aprovechar tu movimiento para, en el breve momento de confusión, hacer el suyo.

—Lo subestimé demasiado —admitió Lewin.

—Fuiste demasiado estúpido —corrigió 2-2.

—Estaba desprevenido —defendió Xiaoling.

—Como sea —dijo Shesh con un bufido—. El punto es que él intervino durante un cataclismo, lo que provocó la destrucción del mundo. Este asunto no es sencillo, ¿cómo lo logró? Más importante aún, ¿qué pruebas tenemos de que no lo hiciste tú? Cuando te culpe de ello frente al CST, porque lo hará, tenemos que demostrar nuestra inocencia, porque de otra forma, todo este viaje será en vano.



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En el texto hay: bl, transmigracion, multiples mundos

Editado: 15.04.2024

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