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No podía distinguir los sentimientos que habían quedado tras el encontronazo con Gajeel, a lo mejor debía estar saltando de emoción, y de hecho no lo había hecho porque Wakaba y Warren la habían acompañado a casa. Ahora estaba tan eufórica que no sabía por cual opción decidir. ¿Un vestido o qué? Bueno su ropa siempre estaba conformada con vestidos. Pensó ella. Su corazón estaba igual de agitado que sus piernas buscando el atuendo adecuado para esta noche. La palabra clave era sugerente, debía incitar y levantar pasiones hasta de los desconocidos y más de Gajeel.

 Gajeel era seductor, salvaje, superfluo, incomprendido, duro, y fuerte. Era un hombre en todo el sentido de la palabra. Sus ojos la envolvían en aquella magia suave e intensa de la cual no tenía escapatoria, su pecho empezaba a martillar y sus piernas temblaban solo al sentir su mana en ella. Y cuando estuvieron juntos ella pudo sentir gran parte de ese poder corriendo por sus venas mientras los inundaba un orgasmo.

Todo eso la hacía acelerar su ritmo cardiaco,  Levi fue hasta su armario y saco un vestido negro. Pero no le gusto el color, pero a Gajeel le encantaría. Primero ordeno la ropa interior que iba a usar, de un cajón saco unas bragas negras con bordados incitadores, el encaje era perfecto y dejaba destapado algo de su trasero para el deleite del chico. También hurgo hasta encontrar unas mallas del mismo color y un brasiers. Cada vez que tomaba uno, imaginaba a Gajeel quitándolos con la boca.

Con rapidez empieza a empacar todo lo necesario en su pequeño bolso. Antes de eso llama a Lucy para cancelar la cita que tenían prevista y pone la excusa que se le ha presentado un problema. Levi cuando está nuevamente en el cuarto danza de aquí para allá en busca de sus perfumes y maquillajes. Luego se da un baño que no involucre su perfecto maquillaje y finalmente elige un vestido negro. Cuando termina de verse al espejo contempla la hermosa mujer que yace allí y coge su bolso para salir.

Levi rezaba para que Wakaba o Warren no estuvieran por ahí tan tarde, no quería imaginarse lo que pasaría si ellos se enteraban, pero eso no quedaba allí, para ser más precisos ellos lo difundirían en todo el gremio para no decir que hasta el diario de la ciudad, pero, el problema no era que su relación quedara expuesta al público, al contrario ella quería sentir la mano áspera y cálida de Gajeel mientras caminaban por la calle, ella crecida por tener a un sexy guerrero que las demás mujeres devoraban con la mirada. Y que Gajeel se pusiera celoso cuando algún tipejo quisiera flirtear con ella. El problema era que si los del gremio se enteraban entonces correrían a matar a Gajeel, tenía una visión muy clara de cómo sería la batalla entre Laxus y Gajeel nuevamente. Y sentía horror por ello.

Cerró la puerta de su casa y echo las llaves al bolso mientras avanzaba por la acera para salir de su barrio. Estaba tan ardiente que no evito que las miradas de unos muchachos que estaban tomando en el bar se centraran en ella inevitablemente, y espero que todo pasara bien y ellos siguieran tomando, porque si se ponían detrás de ella sería un problema. Gracias  Dios que ninguno de ellos la persiguió en la corta trayectoria que para ella empezaba a parecer eterna.

Levi se encontraba caminando por las calles nocturnas de Magnolia, la ciudad pasaba por un otoño frio, mucho más frio que el anterior. Levi miro al cielo: era una bonita noche estrellada pero rezaba para que Juvia no se fuera a enfadar y terminara arruinando el estupendo clima.  La maga de las runas caminó con paso acelerado hasta que estuvo en el centro de la ciudad y tomo un barco hacia el restaurante en donde Gajeel esperaba.

El barquero le ofreció la mano a la dulce muchacha y la ayudo a bajar de la rampa, Levi le agradeció con voz dulce. Luego se encamino hacia el restaurante, cruzó la calle casi solitaria hasta deslumbrarse por la luminicencia del lugar. Ella entró al lugar para ser recibida por un mozo en la recepción. Con una sonrisa lánguida el morito acompaño hasta la chica a la mesa en donde aguardaba Gajeel.

Cunado Levi cruzo la mirada con Gajeel el mundo se detuvo. Sus ojos recorrieron las piernas de la chica, luego de escrutarla y desnudarla subió hasta sus pechos y esbozo una sonrisa malévola, un segundo después sus miradas se cruzaron quedando brevemente en silencio.  Gajeel lucia salvaje, su cabello estaba envuelto en una coleta de cabello sostenida por un lazo de seda blanco muy elegante, su rostro cincelado incrementaba su atractivo con la sonrisa insinuante que acaba de poner en sus labios carnosos, y sus ojos negros como la noche más oscura centellaban deseo.

La vestimenta del asesino de dragones estaba conformada por la ropa más sugerente y elegante que pudiera haber visto Levi. Sus pantalones blancos e impecables eran de ocasión acompañados con zapatos ¿zapatos? Gajeel usando zapatos, la cosa iba enserio. El saco del esmoquin también era blanco y dentro de él una camisa de color azul resaltaba con la corbata también de color claro. Sus aretes de acero brillante resaltaban la presencia del traje, y lucia arrebatador, tanto que algunas chicas estaban fijándose en él. Levi se vio invadida por unos celos punzantes, pero que acabarían pronto.

Gajeel mantenía la mirada fija en ella, por alaguna razón no podía resistirse ella estaba tan hermosa que sus piernas flaquearon al momento que se levantó de la silla para  ayudarla, su vestido se aferraba con perfección a cada curva de su cuerpo, sus brazos finos y delicados quedaban descubiertos al igual que sus piernas, que ahora le estaban jugando una mala pasada. Ninguna mujer podía verse como ella. Gajeel rápidamente se acercó a ella con una sonrisa y empujo la silla hacia atrás.




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