Mia Se levanto muy temprano, fue al banco y se puso al día con las cuotas y se dirigió a comprar algunas cosas, la boda de Jimena Mendoza se llevaría a cabo en un mes por lo que tenía el tiempo suficiente para preparar todo debidamente, nada podía salir mal, ese era el trampolín para que su negocio despegara de una vez por todas, sintió que todas las piezas del rompecabezas de su vida iban encajando, el avance que le habían dado era muy generoso por lo que se esforzaría por hacer su mejor trabajo.
Se encontraba en una florería escogiendo algunas rosas cuando su celular sonó, miro el identificador y su corazón empezó a latir muy rápido, era Jimena Mendoza, será que se arrepintió del contrato y la llamaba para cancelarlo? Lo había pensado mejor y se había decidido por una pastelería reconocida? Las manos le temblaban, finalmente suspiro y contesto
Hola
Mia, que gusto escucharte – le dijo la joven mujer – necesito que me saques de una apuro enorme
Si… si claro –contesto Mia sin saber a que se refería
En la empresa de mi familia van a hacer una pequeña celebración y necesito de tus dotes para organizarlo
Enserio? – Mia no lo podía creer
La cuestión es que es este fin de semana, si lo se, es poco tiempo pero de verdad que lo necesito, te pagare muy bien
Fin de semana, pero si era mas que suficiente, su corazón iba a mil, otro contrato, por Dios que esto no fuera un sueño
Puedes venir a las oficinas – fue lo ultimo que escucho que decía Jimena
Perdón?
Si que pena, se que hablo muy rápido y que tu debes estar súper ocupada – Si como no pensó Mia – pero serías tan amable de venir a las oficinas de la empresa para arreglar lo de la parte legal de la contratación
Parte legal?
El contrato sería con la empresa para que quedes de una vez como una proveedora para este evento y por qué no, para todos los que vengan – Casi se le cae el celular de las manos
Por supuesto, envíeme la dirección y allá estaré. A que hora le parece mejor?
Si pudieras venir ya sería estupendo, tengo una reunión en horas de la tarde y el resto de la semana la tengo bastante agitada
No hay problema salgo para allá enseguida
Ok, ya te mando la dirección
Mia cerro la llamada y se puso a brincar como una loca en la floristería, no le importaba que creyeran que estaba loca, no podía contener su felicidad, sintió que le llego el mensaje de Jimena con la dirección de sus oficinas, pago rápidamente las flores que había comprado y se fue en su vieja camioneta a lo que espera realmente fuera el comienzo de un futuro bastante prometedor. Llego al edificio que indicaba la dirección, se sorprendió al verlo, había pasado muchas veces por ahí y se imaginaba que los dueños debían tener mucho dinero, y ahora ella iba a trabajar para ellos, bueno no específicamente, pero iba a tener una relación comercial con ellos, parqueo en el espacio indicado para los visitantes y entro, se sintió tan fuera de lugar con su jean y camisa de cuadros, parecía una vaquera en una clínica, la recepción era un espacio amplio pintado todo de blanco, los adornos, las puertas de los ascensores y hasta el escritorio de la recepcionista era todo en color plata, el único atisbo de color era el vestido de la chica de recepción en un color rojo fuerte, se acercó a ella y se identifico, la joven lo miro de arriba abajo y alzo una ceja, Mia alzo la cabeza, no iba a dejar que ese gesto le dañara el día, la recepcionista le entrego un carnet de visitante y le indico el ascensor que debía tomara para llegar donde la señora Jimena Mendoza al piso 8.
Mia suspiro, le daban miedo los ascensores, trataba de evitarlos siempre que podía, pero esta vez no podía escaparse a menos que quisiera llegar donde Jimena bastante sudorosa y con la lengua afuera, respiro profundo y subió, marco el piso 8, para colmo de sus males, o para bien, no sabía al fin, iba sola, se agarró fuerte de la baranda que tenía el ascensor y cerro los ojos, hizo una pequeña plegaria hasta que escucho un pitido que le anuncio que había llegado, se bajo rápidamente y echo una ojeada, el piso estaba decorado de la misma forma que la recepción, fue donde una joven muy sonriente que estaba al final y le anuncio quien era, esta mucho mas amable le pidió que esperara mientras le informaba a la señora Mendoza, se sentó y tomo una revista que estaba en la sala de espera, después de algunos 5 minutos salió Jimena con una espectacular sonrisa, cada vez que Mia veía a esa mujer se sentía tan mal consigo mismo, su cabello rubio bastante descuidado, su escaso por no decir nada de maquillaje, su ropa pasada de moda y nada favorecedora, sacudió su cabeza, tenía que concentrarse
Mia, querida, gracias por venir – Jimena se acercó a ella, se levanto rápidamente, la joven mujer le dio un abrazo – te agradezco que me saques de este apuro
Es con todo gusto – respondió Mia
Ven, vamos a mi oficina y te cuento lo que necesito – Jimena la condujo a una enorme oficina un poco mas colorida y acogedora, Jimena tomo asiento detrás de un enorme escritorio y la invito a hacer lo mismo en las sillas que se encontraban al frente – Deseas tomar algo?