Entra en mi corazon

Capitulo 11

Mia abrió los ojos e intento incorporarse, estaba desorientada y no sabia donde estaba, un fuerte dolor de cabeza le impidió moverse y se quedo tendida donde quiera que estuviese;  era la segunda vez que se despertaba, la primera vez alguien había puesto algo en su nariz con un pañuelo y se había desmayado, ahora todo estaba oscuro, toco con sus manos y sintió unas sabanas, estaba en algo cómodo, era una cama. Cerro los ojos y llevo sus manos al vientre, donde estaban pequeño frijol? Que estaba pasando? Un par de lagrimas salieron de sus ojos, recordó los sucesos que la llevaron a donde estaba, discutió con el cabezote de Cristóbal y salió echa una tromba de la casa, dos tipos se le acercaron y la metieron a la fuerza a un auto, por mas que lucho, pataleo y grito no le fue posible zafarse del agarre de los dos gorilas que la sujetaban, le vendaron los ojos y colocaron algo grueso en su boca, la hicieron recostar y esconder la cabeza, luego llegaron a algún sitio y la golpearon por la nuca, fue la primera vez que se desmayo.

Donde estaba? Se pregunto nuevamente, por que estaba ahí? Seguro se habían equivocado de persona, no tenia problemas y nadie se tomaría la molestia de secuestrarla, a menos que el idiota de Cristóbal lo hubiera planeado por si ella decidía escaparse, pero el no era así, el era un hombre honorable, de palabra, testarudo si, pero nunca la trataría de esa forma, el era amable y servicial con ella, el la trataba como a una princesa, el… el… Dios, toda su vida había cambiado desde que lo conoció y ahora en la soledad, perdida quien sabe donde tenía que admitir que lo amaba, que se había metido en su alma y en su corazón, y hasta en su cuerpo pues llevaba su hijo en su vientre.

Trato de incorporarse nuevamente, tenía que salir de ahí, quedo sentada en la cama y el mundo le dio vueltas, sus ojos se adaptaron a la oscuridad, era una pequeña habitación con una cama en el centro donde ella se encontraba, una mesa en la pared derecha que tenía algunas cosas que no alcanzaba a distinguir , una silla en la pared contraria donde estaba la puerta, no había ventanas ni cuadros, por debajo de la puerta se colaba un hilo de luz, decidió bajarse de la cama pero sus piernas no las sostuvieron, se fue de cabeza hasta el piso haciendo un estruendo, la puerta se abrió de golpe y entraron dos personas, no pudo ver sus caras, solo vio que era un hombre y una mujer

  • Vaya, si la princesita despertó – dijo la mujer despectivamente
  • Donde… estoy? – pregunto Mia quedadamente, de repente su garganta estaba muy seca
  • En tu nuevo hogar querida – le contesto la mujer mientras el hombre la tomaba descuidadamente y la depositaba en la cama
  • Por… favor…
  • No te preocupes Mia – se acercó a la cama y paso su mano por la cabeza de Mia – relájate, pasaras mucho tiempo aquí

Salieron de la habitación dejándola sola nuevamente.

Cerro sus ojos, esto era como una pesadilla, quien era esa mujer, por que la tenían ahí, que pretendían hacer con ella, se le vinieron miles de preguntas nuevamente a la mente, su respiración se agitó, tenía que salir de ahí como fuera, pero su cuerpo no respondía, sus ojos pesaban mucho, su garganta reseca le picaba, sentía gotas de sudor cubrían su cuerpo, estaba sufriendo un ataque de pánico, su corazón latía acelerado, tenia que calmarse eso no le hacia bien a su bebe y pensó en el, en la ultima vez que tuvo un ataque de pánico, estaba con el en el ascensor y fue la forma mas maravillosa de calmarse.




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