Despertó con un fuerte dolor de cabeza, intento moverse pero no pudo, sus manos estaban atadas al a su espalda, estaba sentado en una silla y sus piernas estaban amarradas a cada lado de la silla, intento soltarse varias veces en vano, miro a todos lados y vio a su primo en las mismas condiciones pero aun inconsciente, trató de llamarlo pero su voz no salía, donde estaban?. Era una cuartucho muy sucio solo estaban ellos dos, no había ningún mueble, en el techo se veían innumerables agujeros y el piso era rustico, lleno de polvo; su cabeza dolía terriblemente, no recordaba muy bien lo que había sucedido, era como una nube de humo, todo borroso, su mente era como una película barata de muy mala calidad, con imágenes difusas e indescifrables; forzó a su mente, trato de recordarlo… estaba ahí por… Mia! Habían ido a buscarla y la casa había estallado, NO! Si ella estaba adentro, por Dios ella y su hijo estaban muertos, no otra vez, nuevamente volvía la angustia de sentir que los había perdido, había llegado tarde, respiraba agitadamente, trataba de soltarse, por Dios, esto era una pesadilla sin fin, nuevamente pasaba por la desazón y la zozobra de no saber de ellos, de no tener la certeza de saber si estaban muertos.
Que estaba pasando? Quien lo odiaba tanto para hacerle pasar por todo esto? Insistió nuevamente en soltarse y mover la silla acercándose poco a poco a su primo que aun seguía inconsciente, estaría herido? Tendría alguna lesión? Todo esto era su culpa, no sabia exactamente que había hecho pero de algo estaba totalmente seguro, era su culpa, lo que sea que estuviera pasando era toda su responsabilidad.
Siguió moviéndose poco a poco, cuando estaba a unos pasos de llegar hasta donde su primo, la vieja puerta del cuartucho se abrió y alguien entro, la luz lo encegueció momentáneamente, el que había entrado era un hombre, no pudo distinguirlo bien
Conocía esa voz, pero no lo recordaba, sus ojos se fueron adaptando nuevamente y reconoció al tipo, no podía ser, era Arturo, el exnovio de Marcela, la esposa de Daniel, Arturo, el hermano de la mujer que el había amado y que había llevado a la muerte.
No supo cuanto tiempo transcurrió, por su mente pasaron mil formas de salir de ahí, pero en todas sus conclusiones fracasaba; su primo Daniel fue despertando poco a poco, en el mismo estado en el que él lo hizo, confundido y desorientado, cuando estuvo mas sereno prosiguió a explicarle la situación