Entra en mi vida

17.

Daniel llego al almacén de detalles, quería comprar algo hermoso para Marcela, si , se estaba volviendo algo cursi pero era algo que no le molestaba, al contrario, quería ver sonreír a Marcela y estaba buscando mil maneras de hacerlo, su primo no quiso ni bajarse del auto, sonrió al pensar en el, seguro que cuando se enamorara de verdad lo vería buscando cuanta cursilería se le ocurriera, ya quería verlo, entro al almacén y se quedo de piedra, parada detrás de la vitrina del almacén estaba Martha Cecilia.

 

  • En que puedo ayudarle? – le pregunto Martha Cecilia, se veía un tanto nerviosa noto Daniel, pero debía ser su imaginación
  • Martha Cecilia? – Pregunto Daniel incrédulo
  • Si, señor, en que puedo ayudarle? – Daniel empezó a respirar con dificultad
  • De verdad eres tu?
  • Quién es usted? Porque sabe mi nombre
  • No puede ser, tu estas muerta
  • Oiga, no sé qué está jugando, no soy un fantasma, y no lo conozco
  • El accidente, tú estabas muerta – Insistía Daniel
  • Qué accidente?
  • Hace 3 años sufriste un accidente, todos te creímos muerta
  • Señor, me está asustando – La joven se veía seriamente afectada, miraba insistentemente para atrás - efectivamente hace 3 años sufrí un accidente, pero ¿usted cómo lo sabe?
  • Soy Daniel
  • Lo siento, pero no lo conozco – se retorcía las manos nerviosa
  • Si realmente eres Martha Cecilia, debes saber quién soy yo
  • No sé de qué me está hablando
  • Es que acaso no me recuerdas?
  • Mire, al parecer sabe lo de mi accidente, pero no sabe las consecuencias de dicho accidente; perdí la memoria, y no recuerdo nada – A Daniel se le fue el alma a los pies, esto no podía estar pasando, Sonrió nervioso
  • Esto debe ser una extraña coincidencia ¿sabe que es lo que pasa?
  • No, porque usted no se ha dignado en explicármelo
  • Mi novia sufrió un accidente hace 3 años y murió
  • Lo siento mucho, pero ¿eso que tiene que ver conmigo?
  • Se llamaba Martha Cecilia
  • Usted lo ha dicho, extraña coincidencia, pero no para sorprenderse tanto, muchas personas llevan el mismo nombre
  • Es que eso no es todo, usted es idéntica a ella
  • Eso es imposible – Daniel no entendía por que ella miraba insistentemente la parte de atrás del almacén
  • Eso mismo pensaba yo hasta que la vi a usted. No pueden haber dos personas iguales y mucho menos llamarse igual. Pero usted es la prueba viviente que la vida nos juega macabramente, al menos no tiene el mismo apellido, eso sería la gota. Por curiosidad ¿Cuál es su apellido?
  • Martha Cecilia Coronado – Daniel empezó a hiperventilar – Esta bien? – Le pregunto la joven
  • Esto no puede ser – Era una pesadilla
  • Oiga, oiga, cálmese, ¿quiere un poco de agua?
  • No, tranquila – Daniel respiro profundo
  • En serio?, está muy pálido, parece que se fuera a desmayar
  • Ganas no me faltan, no se imagina la impresión que esto me ha causado
  • Sí, me imagino. Escuche, sé que esto es una impresión muy grande, pero si mi jefe me ve parada aquí hablando con usted sin que me compre algo, me va a llamar la atención – Daniel entendió su nerviosismo y por que miraba tanto hacia la parte de atrás, ella trabajaba ahí y el le estaba estorbando
  • Lo siento, tiene razón, pero necesito que aclaremos esto
  • Si quiere puede venir a la hora de la salida, a mí también me interesa que esto quede aclarado
  • A qué hora sale?
  • A las siete
  • Bien, a las siete estaré aquí

 

Daniel salió del almacén con el corazón en la boca, sería posible que esa chica fuera en verdad Martha Cecilia, su Martha Cecilia, que todo este tiempo estuviera perdida y no muerta?, se subió al auto como un autómata, Cristóbal lo miro

 

  • Quiubo, ¿Qué compraste?
  • Nada
  • Cómo así? Todo este tiempo para nada
  • Ni siquiera mire los detalles
  • Por qué? ¿no fue a eso a lo que viniste?
  • No me vas a creer lo que me acaba de pasar
  • Cuéntame – le dijo Cristóbal con curiosidad
  • Encontré a Martha Cecilia viva – Cristóbal cas se ahoga con un mani que estaba comiendo
  • Qué? Te volviste loco? ¿Cómo así que encontraste a Martha Cecilia? Por si se te olvido, ella está muerta
  • En este almacén encontré una mujer que se llama Martha Cecilia y es idéntica a ella
  • Eso no puede ser Daniel, no hay dos personas iguales y que de remate lleven el mismo nombre
  • Cristóbal, te digo que la vi, es igual, tiene el mismo nombre, incluso el mismo apellido
  • Esto debe ser una broma, ¿Cierto?
  • No veo como
  • Voy a ver a la famosa Martha Cecilia – Intento bajarse, Daniel lo detuvo
  • No. Ahora está en su puesto de trabajo
  • Gracias a Dios. Te vas a olvidar del asunto, por un momento pensé que esto se iba a convertir en otra tragedia
  • No pongas palabras en mi boca. Quede de encontrarme con ella a las siete
  • La vas a volver a ver?
  • Debo hacerlo
  • A ver ¿Qué es lo que estás pensando primo
  • Que Martha Cecilia está viva
  • Perdón?
  • Lo que escuchaste. No hay otra explicación
  • Debe haberla
  • Por eso es que voy a verla esta noche, para resolver el misterio
  • Esto no es Scooby Doo primo
  • Lo se Cristóbal, estoy hablando en serio
  • No me gusta esto, no me gusta nada



#40260 en Novela romántica
#10704 en Joven Adulto

En el texto hay: amistad, amor, envidia

Editado: 08.07.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.