Entra en mi vida

22.

Daniel paso por la casa de Marcela, necesitaba verla, toco y ella abrió de inmediato, como si lo esperara, cuando la vio no pudo evitar tomarla en sus brazos, la beso con ansias, ella le devolvió el beso con las mismas ganas, llegaron al sofá sin soltarse ni un momento, cayeron juntos, ella sentada en sus piernas, poso su cabeza en su hombro y el le acariciaba la espalda

 

  • Me entere que viajas mañana
  • Así es – le respondió ella quedadamente
  • No quiero que te vayas, pero no voy a insistir para que te quedes, solo quiero recordarte que te amo
  • Estás seguro?
  • Por qué lo dudas?
  • Yo no soy la que duda ¿Qué sientes por Martha Cecilia?
  • Mis sentimientos hacia ella son un poco confusos, pero estoy seguro de lo que siento por ti
  • Este viaje nos ayudara a aclarar nuestros sentimientos
  • Tengo mis dudas al respecto, pero eres libre de hacer lo que te parezca mejor
  • Es por nuestro bien
  • No voy a discutir eso, ya está decidido y nada de lo que digamos lo va a cambiar, solo vine para darte algo
  • Qué? – Daniel saco una cajita de su bolsillo y se lo entrego, Marcela la abrió y saco una pequeña cadenita de oro con un dije de un corazón, con varios cristales en el centro
  • Mi mama me la daba cada vez que se iba de viaje – le confeso el ángel - y yo se la devolvía cuando regresaba – cerro los ojos - Me quede con ella en su último viaje, del que no regreso jamás
  • Daniel, yo no puedo tenerla – El la miro y le tomo los manos
  • De esta forma quiero demostrarte lo importante que eres para mí y que no quiero perderte - Ella lo beso, se abrazaron y se quedaron así, simplemente sintiendo la compañía del otro, sin pensar en nada mas, escuchando sus respiraciones
  • Quisiera que siempre estuviéramos así – le dijo el después de un rato
  • Luchemos por hacerlo
  • Quieres hacerlo? – Marcela se separo un poco de el y lo mira
  • Claro que si amor, aunque yo me vaya, mi amor va a estar aquí – le señalo el corazón

 

Daniel le beso la frente, los ojos, las mejillas, la nariz, los labios, ella simplemente se quedo quieta disfrutando de cada contacto, el le beso la comisura de los labios, el cuello, se levantaron del sofá y el siguió su recorrido de besos bajando hasta su vientre, se arrodillo y la abrazo

  • No quiero perderte – le dijo en un susurro.

 

Ella se puso a su altura y lo beso, e hizo lo mismo que el había hecho antes, le beso la frente, los ojos, las mejillas, la nariz, los labios, se desvistieron lentamente, descubriendo cada centímetro de su piel como si se tratara de un regalo, con la delicadeza con la que se trata la porcelana mas fina, con la ternura que se regalan los corazones que laten al mismo tiempo.

 

Se amaron en el sofá, repartiendo besos y caricias por todos los rincones de sus cuerpos, sin descuidar ninguna parte, dedicándole a cada pedazo de piel el espacio y la atención que se merecía, Daniel le bajo la luna y las estrellas, ella se sentía en el paraíso con su ángel ojos negros.

 

Amanecieron en la habitación de Marcela, Daniel se despertó y vio a la dueña de su corazón a su lado, estaba de espaldas con una sabana solo cubriendo su trasero, su cabello esparcido en la almohada y las piernas enredadas con las suyas, le pareció la imagen mas hermosa del mundo, le dio un beso en la espalda y ella despertó con una sonrisa igual a la suya, lo miro

 

  • Buenos días princesa
  • Hola – le dijo ella con los ojos entrecerrados
  • Como te sientes?
  • Muy bien, y tu?
  • Feliz, he pasado la mejor noche de mi vida
  • Yo también – lo beso – que hora es? – busco en la mesa de noche su celular y se alarmo al ver la hora – Es tardísimo, tengo que estar en la terminal – Daniel se levanto de un salto
  • Voy a llevarte – Marcela se le quedo mirando, ese hombre no era un ángel era un Dios, su cuerpo preciosamente esculpido justo en su medida, sus pectorales y su abdomen marcado, sus glúteos y piernas firmes, estaba completamente desnudo y se paseaba por la habitación sin ninguna vergüenza, Marcela se levanto igual de desnuda que el y lo abrazo por la espalda
  • Por favor no lo hagas
  • Que?
  • No me acompañes a la terminal, no me gustan las despedidas, y se que esta en particular no me agradara – El se volteo y la miro
  • No me abandones por mucho tiempo – la beso, ella se alejo de el
  • El tiempo necesario para que resuelvas todo
  • No quiero perderte
  • Resuelve todo por favor, yo tampoco quiero que me pierdas

 

Tomaron una ducha juntos, algo rápida pero suficiente para darse una despedida como Dios manda, se vistieron entre risas y caricias, ya en la puerta cuando Daniel se iba no podían dejar de besarse

 

  • Te amo – le dijo el ángel… dios, Marcela miro al suelo – No me crees?
  • Es que…
  • No digas nada – la interrumpió Daniel - Contare los días, las horas, los minutos, y cada segundo que estarás alejada de mí y me prepare para hacer lo imposible por demostrarte lo mucho que te amo
  • Me lo prometes?
  • Te lo juro – la beso, Angela llego y se aclaró la garganta sonriendo al ver al par de enamorados
  •  
  • Buenos días – Ellos se separaron y la miraron - Madrugaste a visitar a Marce
  • En realidad ya me iba
  • Ah si? Debiste llegar muy temprano
  • Si – le dio un beso a Marcela quien sonreía y tenía las mejillas sonrosadas, era la imagen mas hermosa con la que soñaría Daniel todas las noches mientras ella estuviera por fuera- Cuídate, y piensa todo el tiempo en lo que te dije
  • Tú también
  • Adiós Angela – se fue dejándolas solas, Marcela suspiro
  • Marcela Palacios, ahora mismo me vas a explicar que hacia Daniel a eta hora en tu casa – le exigió Angela mientras ambas entraban a la sala, Marcela fue a la cocina a traer café para las dos - Contéstame Marcela, no creas que te me vas a escapar – Marcela regreso con dos tazas de café y sonriendo
  • Soy muy consciente de ello
  • Esa sonrisa me dice que hiciste algo que se escapa a mi imaginación
  • Parece ser que sí, Daniel se quedó anoche
  • Aquí? ¿En tu casa? ¿Contigo? ¿En tu cama?
  • Si, si, si y si
  • No te lo puedo creer, tan modosito que se ve el Daniel. Tienes que contármelo todo con pelos y señales
  • No pretenderás que haga eso ¿verdad?
  • Por supuesto que sí, tienes que contármelo todo, desde como fue el primer beso, hasta como…
  • Angela!
  • Hasta como fue el despertarse, no omitas nada, así que empieza, soy toda oídos
  • Te vas a quedar con las ganas, no pienso contarte nada mas, mejor voy a buscar mi maleta que ya es tarde



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En el texto hay: amistad, amor, envidia

Editado: 08.07.2019

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