Entra en mi vida

23.

Marcela miro de pies a cabeza a Arturo, no podía creer que el estuviera enfrente suyo sonriendo como si nada, tuvo ganas de abofetearlo por su cinismo, estaba ahí parado con su sonrisa devastadora, con su metro noventa totalmente erguido, su cabello rubio algo alborotado y sus hermosos ojos azules, ojos por los que Marcela había suspirado en el pasado, pero en ese momento lo único que sentía era rabia y desprecio por el

 

  • Que sorpresa Marcela, es grato que la primera persona que vea al volver a la ciudad seas tu – le dijo el cínico
  • Lástima que yo no pueda decir lo mismo – Intento irse, Arturo la tomo por la mano
  • A dónde vas?
  • Me voy de viaje – Marcela se soltó de su agarre
  • A dónde?
  • Mira Arturo, hace dos años tú te fuiste sin decirme a donde, ni por qué, no veo la razón por la que deba decírtelo yo
  • Aun sigues enojada conmigo? – en ningún momento se le borraba la sonrisa
  • Claro que no, solo que me estás haciendo perder el tiempo
  • Concédeme 5 minutos por favor
  • Es más de lo que te mereces
  • Marcela por favor, no me digas que me tienes miedo
  • Por favor, no me hagas reír
  • Si no tienes miedo, demuéstramelo
  • Está bien – finalmente acepto, y se arrepintió al instante
  • Ok, vamos a la cafetería

 

Marcela miro su reloj y se fue con Arturo a la cafetería, a lo lejos Cristóbal se fijo que Marcela cambiaba su rumbo e iba con un desconocido

 

  • Angela, mira, es Marcela ¿Quién esta con ella? – Ángel miro hacía donde le indicaba Cristóbal y se sorprendió
  • Ay no, es Arturo, el ex novio de Marcela

 

Cristóbal miro a su amiga con el tipo y quiso ir a ver que esta pasando pero se lo pensó mejor, era su vida y el no tenía ningún derecho a meterse, rogo para que esto no fuera un problema mas que se sumara a todo el lio en el que se encontraban todos.

 

Daniel se había tomado todo lo que contenía alcohol en la casa, estaba ebrio y no hacia mas que recordar a Marcela, era un estúpido por haberla dejado ir, por haberse llevado a Martha Cecilia a la casa, por haberse embriagado, tiro el vaso en el que estaba bebiendo y lo reventó contra la pared, Maldita sea, era un soberano estúpido, sintió cuando llego Martha Cecilia algo sorprendida por el ruido del vaso al quebrarse

 

  • Qué pasa Daniel?
  • Qué pasa? – le dijo tambaleándose por la sala - ¿Todavía tienes el descaro de preguntar qué pasa? ¿Es que acaso no ves que mi vida es un completo desastre? Por tu culpa la mujer que amo en este momento va rumbo a otra ciudad
  • Pero…
  • Para colmo sé que está pensando que yo aún te amo, y no es así, yo la amo a ella, Yo no te amo Martha Cecilia, yo ya te olvide
  • Daniel yo…
  • Y ya que lo sabes todo ¿Por qué no te largas? – Martha Cecilia lo miro sin ninguna expresión en sus ojos y se fe, Daniel tomo la botella y tomo directamente de ella, por que tenía que herir a todo el que se acercaba a el.

 

Marcela llego con Arturo a la cafetería, ya se había arrepentido por haber aceptado, pero igual era un ciclo de su vida que tenía que cerrar, tomaron asiento

 

  • Y a dónde vas? – le pregunto el
  • Para eso me pediste los 5 minutos? ¿Para saber de mi vida?
  • Por qué estas a la defensiva?
  • Es que acaso no tengo motivos?
  • Está bien – tomo una servilleta y la ondeo como una bandera – Pido paz
  • Qué quieres?
  • Se te olvido reír?
  • No he visto el chiste
  • Por Dios Marcela, cuando estabas conmigo no parabas de reír
  • Sera por eso que no vi la persona que eras en realidad
  • Aunque tú digas lo contrario, sigues enojada con migo
  • No sé qué estaba pensando para venir a este lugar contigo, es claro que estoy perdiendo mi tiempo
  • Marcela por favor, perdóname, desconozco la persona que eres ahora mismo, me gustaba más la que eras antes, alegre, sin rencores, des complicada
  • Tú lo has dicho, eso “era”, ahora soy diferente
  • Las personas no pueden cambiar así, nada más
  • Es que yo no he cambiado así nada más; he madurado, coso que tú no has hecho por lo que veo
  • Si madurar significa perder mi sentido del humor, prefiero ser un inmaduro toda la vida
  • Ya terminaste?
  • No, no he terminado, pensaba comentarte que fue lo que paso, pero dejemos las cosas así, es obvio que no quieres estar aquí con migo
  • Qué comes que adivinas?
  • Puedo saber para dónde vas?
  • Ya te dije que no
  • Qué? ¿A caso piensas que te voy a seguir? No estoy tan loco
  • Es mejor ser precavido
  • Por lo menos me dirás cuando vuelves
  • Terminaste?
  • Solo me queda desearte buen viaje, te estaré esperando

 

Marcela le lanzo una mirada de desprecio, se levanto y se fue. En que estaba pensando cuando acepto irse a hablar con el, era obvio, el se que do con su eterna sonrisa, siempre le había gustado su sonrisa, pero en este momento sentía rabia, no con el, ya había superado ese sentimiento, era por haberse presentado y pretender entablar una conversación como dos viejos amigos, agarro bien su bolso y su maleta y se dirigió a la salido donde se encontraba el autobús que la iba a alejar por unos días de esta locura.



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En el texto hay: amistad, amor, envidia

Editado: 08.07.2019

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