En mis 18 años de vida, en casa no me he sentido nada cómodo, siempre me ha gustado pasar la mayor parte del tiempo con mi Padrino Víctor, tía Diana y Diviana, a quien quiero como una hermana, sobre todo me gusta compartir con esa pequeña temperamental testaruda mucho más que con mis propios hermanos, Nathan y Kristal, ellos son muy unidos a nuestros padres, además de egoístas y arrogantes, quieren estar pegados a las faldas de nuestra madre y para nuestro padre es lo mejor, los consiente con demasía, los quiero, pero no comparto sus ideales y gustos.
A veces quisiera decirle a mis padres que me dejen vivir con mi Padrino, pues sería más fácil que estar viniendo todos los días, así me ahorraría el viaje de ida y vuelta, no me conformo con que solo me dejen quedarme a dormir el fin de semana nada más.
Abro la puerta de la casa y escucho un gran escándalo en la sala, me acerco cauteloso y veo a Diviana con sus amigas bailando desparramadamente, lo hacen bien pero se ve divertido el fallido intento de imitar a una de sus amigas, me gusta verla sonreír y también verla enojada, en ocasiones me gusta molestarla.
-Roger, cariño, ¿Cómo estás?—tía Diana me sorprende.
-Bien tía, estas hermosa como siempre—la abrazo cariñosamente y después dejo un sonoro beso en su mejilla haciéndola reír, de repente siento un peso en mi espalda.
-Oye, pequeño demonio—se ríe dándome golpes con el cojín por decirle así.
-Ro, eres un estúpido.
-Vamos Divi, bájate.
-No—la agarro como puedo y la coloco en el suelo para hacerle cosquillas.
-Ahora veras pequeña diablilla—se ríe a carcajadas al igual que la tía y sus amigas que no dejan de mirarnos.
-Suéltame tonto, ya no soy una niña—me grita entre risas y le obedezco al ver lo roja que estaba su cara, está enojándose, antes de ayudarla a levantar se hace presente un flash de la cámara de la tía.
-Me alegra ver a mi familia divertirse—menciona mi padrino que no me había dado cuenta de su llegada, le doy un abrazo de saludo y él besa mi frente como costumbre para luego darme una palmadita en mi mejilla con cariño.
-¿Todo bien?—pregunto al verlo quieto mirándome con un brillo especial en esos ojos idénticos a los míos, a veces pienso que pueda ser mi verdadero padre, pues tenemos tantas cosas en común y a mí me agradaría que lo fuera, pues me llevo mejor con el que con mi propio padre.
-Claro, solo admiraba lo tanto que has crecido campeón—se aleja para acercarse a su esposa y darle un beso en los labios, le dice algo al oído y la sube a sus brazos para llevarla a la cocina entre risas.
¡Como quisiera un día tener algo así de bonito con alguien especial! Las demostraciones de cariño de mis padres son muy diferentes, un tanto escandalosas y morbosas.
Salgo de mis pensamiento y busco con la mirada a Divi, la veo hablando secretamente con sus amigas, por más que intenten susurrar puedo escuchar lo que traman.
-Te esperamos en la fiesta—murmuran.
-Allí estaré, no se preocupen, tengo todo controlado—confirma Divi.
-Adiós Roger—dicen al unísono al percatarse de mi presencia.
Me despido con la mano y luego volteo a encarar a la testaruda de Diviana, le he dicho tantas veces que esas fiestas solo traen problemas, pero no la encuentro y ya sé dónde puede estar, cree que se salvara de mis advertencias.
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reencuentro, ilusion mentira y desafios, amo a primera vista
Editado: 16.06.2020