Entre Ángeles Y Demonios - Las Sociedades Ocultas

El Campamento De Fin De Curso

        Ya eran las siete de la mañana y los cuatro amigos estaban desayunando un poco dormidos.

        −Vamos chicos, despabílense, en media hora viene el colectivo. − Les dijo Roberto mientras bebía mates con su esposa.

        −Ya tienen todo listo ¿verdad? − Preguntó Noemí.

        −See. − Respondieron Clara, Álmiro y Darío aún dormidos.

        La mujer vio que Sarah no le dirigió la palabra desde que se levantó pero la conocía bastante bien y sabía que nadie podía hablarle hasta que se lavara los dientes, es una chica con una belleza inusual pero de muy mal carácter al levantarse a la mañana temprano.

        Estaban terminando de subir el último bolso a la lancha cuando en un momento de lucidez Álmiro salió corriendo a su cuarto y regresó con la tabla y los cubiertos que le había regalado el padre Juan Ignacio.

        −Casi me olvido mis utensilios de cocina. − Le dijo Álmiro a su madre la cual lo miró con cara de "y eso que te pregunté si tenían todo listo."

        Los cuatro jóvenes se despidieron de los adultos y emprendieron el viaje al muelle de la ciudad, justo cuando atracaron llegó un colectivo verde con un cartel que decía "Estancia El Resplandor." Del vehículo se bajó una mujer alta y delgada de unos 30 años con el pelo largo hecho un rodete.

        −Hola, buen día chicos, − los saludo mientras los ayudaba a guardar los bolsos en la bodega − suban que ya estamos todos.

        −Hola, buen día profesora. − Contestaron ellos.

        El último en ingresar al ómnibus fue Álmiro que se había quedado en el muelle sujetando bien su lancha para que luego su padre la lleve a la otra orilla. El autobús era amplio y de un solo piso, dentro había trece chicos y catorce chicas, sin incluir al conductor y a la profesora. Todos estaban sentados de a dos, en la primera fila estaban Alan y Celeste: el abanderado y la primera escolta del colegio, detrás de ellos, Eduardo y Félix ambos eran los segundo escoltas ya que curiosamente tenían el mismo promedio, luego otros compañeros más y en medio les habían dejado lugar a ellos: Darío y Clara, y detrás estaba Sarah, pero cuando Álmiro encaró para sentarse junto a ella rápidamente tomo el asiento un chico alto de fuertes brazos y amplia espalda producto de practicar atletismo y natación en la escuela e ir a karate, de ojos marrones y cabello oscuro, y traía un arito brillante en su oreja izquierda, era Ignacio el novio de Sarah que al verlo desvió la mirada. Álmiro busco con sus ojos y encontró más atrás un asiento vacío.

        −Justo delante de ese idiota me tocó. − Pensó él viendo al compañero que estaba en el último asiento − Seguro que éste e Ignacio se pusieron de acuerdo.

        En la parte trasera, y como es muy común, iban los más revoltosos del aula pero justo detrás del asiento en donde le tocaba a Álmiro, el anteúltimo, iba el chico que lo molestaba continuamente con empujones y hasta lo insultaba, y que además es el mejor amigo de Ignacio: Leandro Villarroel, es un rubio alto con el cabello rapado a los costados y un jopo hecho con lo que le quedaba de pelo en la parte superior de la cabeza, de ojos celestes y un cuerpo definido ya que practica rugby junto con Darío.

        −Esta semana va a estar muy interesante. − Le susurraba Leandro a Álmiro en tono amenazador.

        Pero el chico ni siquiera reaccionaba a los comentarios que él le hacía y eso era lo que más lo sacaba de Álmiro y le molestaba más, que lo ignorara.

        −Me escuchaste homosexual, − le dijo de forma despectiva Leandro − te voy a ser la vida imposible.

        −Muy bien chicos escuchen, − comenzó a decir la profesora captando la atención de todos − yo voy a ser la encargada del grupo asique háganme las cosas fáciles, ¿sí? Si bien esto es un momento de dispersión que les regala la escuela quiero que sepan que al tener pocas clases de gimnasia este año, una vez que nos instalemos, realizaremos algunas actividades al aire libre y voy a estar viéndolos para examinarlos. Se los comunico para que después no me digan que no les advertí.

        − ¡Eso es injusto! − Grito Ramiro, el chico que iba sentado junto a Leandro.

        −No me vengan con esos planteos infantiles. Una cosa más, como es más que evidente que hay varias parejitas de novios en el curso quiero que sepan que no se les va permitir dormir en las mismas carpas, lo haremos como antes "Los nenes con los nenes y las nenas con las nenas."

        En eso se escucha la voz de Leandro que preguntó con toda normalidad:

        − ¿Y qué pasa con Álmiro? ¿A cuál grupo pertenece?



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En el texto hay: angeles, demonios, cazadores

Editado: 04.11.2018

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