Entre Ángeles Y Demonios - Las Sociedades Ocultas

Ataque Sorpresa

        −Me resulta difícil creer que ése nos vaya a enseñar algo, − comentó Álmiro mientras caminaban por otro pequeño pasadizo entre las rocas − aunque pensándolo bien nos podría enseñar a ser buenos despreciables.

        −Tal vez sea una porquería de persona pero estudio en la casa Shing que se caracteriza por su gran habilidad en el control de la Meditación, son los mejores, y Céfiro fue el mejor de todos ellos, inclusive mejor que el Rey. − Acotó Lábiro.

        −Pero también se dice que los miembros de la casa Shing tienen un muy poderoso nivel espiritual. − Añadió Ariel.

        −Olvidate, ellos son los mejores en casi todo lo relacionado a la espiritualidad. Es más, el mercado negro de China, El Heishí, es la construcción más segura del mundo contra demonios y energías negativas. En un templo a más de quinientos kilómetros de distancia tienen un total de cuarenta y ocho monjes, salidos de la casa Shing, orando frases protectoras hacia El Heishí. Y para que vean el nivel de poder que ellos poseían, y aún poseen: a finales del año 1281, el mismísimo Papa Martín IV se percató de los grandes conflictos que estaban ocasionando los demonios dentro de la sociedad y se reunió con el Rey de la casa Shing para implorarle protección espiritual para toda Italia y sobre todo para el Vaticano.

        − ¿Y lo consiguió? − Preguntó Darío.

        Lábiro lo miró sonriéndole y le respondió:

        −Solo te diré tres palabras: Las - Vísperas - Sicilianas.

        Darío y Álmiro se miraron e hicieron cara de desconcierto ante la respuesta y ninguno quiso seguir indagando en el tema.

        − ¿Cómo es posible que alguien con tantos prejuicios y odio en su cabeza pueda ser el mejor Meditando? − Preguntó Ignacio, volviendo al tema de Céfiro.

        Al escuchar esa pregunta Álmiro lo miró como diciéndole: "−¿justo vos preguntas eso?"

        −Lo que tiene de prejuicio, lo tiene también en ambición. − Le respondió Lábiro. − El objetivo que se había puesto cuando se marchó a estudiar a la casa Shing había sido el de superar a todos ellos en la disciplina que mejor dominaban para así dejarlos en ridículo. Y después de mucho esfuerzo lo logró; es más, todos creen que él regresó tras obtener el nivel tres de Equilibrador, como es lo normal, pero en realidad le faltaban cerca de ochenta horas para alcanzarlo. Se dice que el rey Shing vio su ambición y temía que Céfiro descubriera los míticos secretos espirituales que habitan en su región y por eso lo envió antes de que llegara al nivel tres. Cuando Fausto le envió una carta oficial al rey Shing pidiéndole una explicación de lo sucedido, su respuesta fue una simple frase: "Ambicionar poder es bueno, cuando se lo hace pensando en el bienestar de otros. Pero hacerlo para uno mismo es más letal que un Eternante y más sabiendo que un día, ese poder, se heredará."

        − ¿Qué es un Eternante? − Se apresuró a preguntar Álmiro que no había entendido ese término.

        −Son los peores demonios de todos, son demonios libres. − Comentó Lábiro.

        − ¿Libres? − Insistió Leandro.

        − ¿No sé si habrán notado que cuando los Mixtos entrenaron con el Murtropo éste tenía en sus muñecas y en sus tobillos una especie de brazaletes o grilletes? − Solo Álmiro, Emaniuel y Ariel asintieron. − Bueno, esas placas de metal alrededor de sus muñecas y tobillos poseen una cadena espiritual, invisible e imperceptible para aquellos que no tengan energía del Reino Inferior, que está conectada con otras en las manos del Príncipe de las Tinieblas. Esos brazaletes o grilletes son los que hacen que todos los demonios obedezcan a su Príncipe evitando así que éstos se revelen o arruinen algún plan que éste tenga.

        −El demonio que mataste en el camping también los tenía. − Agregó Álmiro.

        −Obviamente. Solo los Eternantes no los tienen...

        −Y por eso son peligrosos, − afirmó confiado Darío − porque el diab... el Príncipe de las Tinieblas, − se corrigió cuando vio el rostro de Lábiro − no puede controlarlos.

        −No solo por eso, − añadió Lábiro con un tono de voz más serio y sobre todo más misterioso − los Eternantes poseen una habilidad que ni el mismísimo Príncipe de las Tinieblas tiene... ellos son inmortales y son mucho más fuertes que él, en todo sentido.



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En el texto hay: angeles, demonios, cazadores

Editado: 04.11.2018

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