Sus labios se mueven contra los míos y logran que me olvide de nuestro alrededor y que solo quiera sentir el tacto de sus labios que son tan suaves y adictivos. Algo que nunca sentí con Adam.
Siento su mano acariciar mi mejilla y por mucho que me gustara su tacto reacciono y lo alejo de mí. Lo veo un momento a los ojos y noto un brillo en ellos, pero esto no estaba bien.
Me levanto y ignorando las miradas de los demás y a pasos apresurados salgo de ahí. Corro hasta cansarme y terminó en la cafetería. Dejo que el aire frío de la noche llene mis pulmones. Estoy comenzando a sentir ansiedad y jalo de mi cabello tratando de aliviarlo.
Quería seguir besándolo ¿Por qué?
No está bien, esto no está bien.
—¿Nikki?
A mis espaldas escucho la voz de Tyler que pregunta por mí.
—¡Vete! — exijo.
—No.
—No es justo — digo aun sin voltearlo a ver.
—¿No es justo para quién? — dejó escapar un suspiro y me doy media vuelta para mirarlo.
—Para ti... apenas pase por una horrible ruptura y no estoy lista para...esto — nos señaló.
—Entiendo... pero solo te pido una cosa — mantuve la mirada curiosa por lo que vaya a decir —No me alejes de ti.
Lo miro confundida, pero en su mirada me doy cuenta que está hablando enserio.
—Bien... ¿Solo amigos?
—Seré solo un amigo para ti, pero para mí eres más que una amiga.
SAVANNAH
Me levanto y cuando logró ver el puesto de comida me apresuro en busca de algo delicioso para comer.
Veo unos macaron y de inmediato los tomo, decido ir por algo de tomar y agarro un vaso con refresco de uva. Al terminar de saborear el postre escuchó el grito de Jess llamándome entre la música.
Me doy vuelta buscándola con la mirada, pero lo que encontré no fue a Jess. Lo que mis ojos encuentran son a Justin y a Katherine quienes están prácticamente teniendo sexo en el rincón.
Quedó congelada unos segundos mientras múltiples recuerdos parecen a mi mente y cuestiono si alguno de esos recuerdos el en realidad me quería, cuando el líquido de mi refresco se derrama en mis zapatos provoca que reaccione.
Comienzo a sentir picazón en los ojos y obligo a mis pies salir de ahí. Camino dirección a los baños para así poder llorar sola.
¿Tan rápido consigue a alguien más,
¿No signifique nada para él?
Lágrimas calientes resbalan sobre mi mejilla mientras fugaces recuerdos pasan por mi mente y no puedo evitar sentir que cada momento con él fue mentira.
Ni siquiera espero llegar a los baños y dejo que las lágrimas broten. En parte necesitaba esto, necesitaba llorar y por fin sacarlo de mi sistema, cada residuo de sentimiento que tuve por él.
La familiar presión en el pecho se vuelve más intenso y dejó escapar un sollozo deseando liberar el sofocante dolor.
Él fue mi primer amor, ahora mi primer corazón roto.
Desde pequeña me mentalice que esto me dolería, pero no imagine que así de fuerte.
Lágrimas calientes resbalan por mi mejilla y por un momento no me había dado cuenta que no estaba completamente sola.
Su mano acaricio mi mejilla limpiando mis lagrimas al segundo mi vista se despeja y logro ver esos ojos azulados mirándome preocupado.
—No llores — lo oigo susurrar.
Por alguna razón su aura de confianza y tranquilidad provoca que quiera desahogarme.
—El me engaño — logró articular entre sollozos —No le importo, no valgo nada.
—No digas eso.
Dylan acuna mi rostro en sus manos obligándome a mirarlo a los ojos mientras sigue limpiando mis lágrimas.
—Tu vales mucho, el solo fue un idiota que no sabe valorar el tesoro que tiene enfrente — el me mira de forma determinante, seguro de sus palabras que logran tranquilizarme de algún modo poco a poquito.
—Duele — al oír mis palabras su mirada me transmite cariño.
—Va a dejar de doler, el tiempo hará su trabajo y curará tu hermoso corazón.
¿Por qué es tan bueno con sus palabras?
—Quiero que deje de doler — me siguió mirando a los ojos y por un segundo parecía pensar algo, pero lo siguiente que sentí fueron sus labios contra los míos.
No le importo mis lágrimas saldas, me beso de una manera que logró conmover mi corazón y que mi ritmo cardiaco se acelera.
Al separarnos encontramos nuestras miradas y había un brillo en sus lindos ojos azules, así como estoy segura que en los míos también. Y sin pensar dos veces lo tomé del cuello y volví a unir nuestros labios esta vez intensificando más el beso.
Mi espalda se pegó a la pared sin separar mi boca de la suya en ningún segundo. Cada roce de sus labios en los míos me volvía loca, se sentía tan increíble que incluso sentí mis piernas temblar.
Editado: 09.07.2020