— Vamos a necesitar de un apoyo mucho más grande de lo que crees... ya he peleado contra ese clan y su astucia es muy buena... —El tipo río haciendo desaparecer aquella flama de sus manos.
— Creo que ya me adelanté a sus planes... — Fue en dirección a uno de los balcones he hizo extender su mano para sujetar una hoja de arce casi carbonizada.
— ¿Ha planeado algo en contra de ellos? —El tipo volvió a asentir.
— Necesito que valla ahí para recoger la mercancía... — Los ojos de aquel chico se abrieron de par en par.
— Pero...
— Si vas directamente tu... Todo el plan se vendrá abajo, además... No irá solo, simplemente irá a acompañar a uno de mis hombres. —Soltó una risa que hizo retumbar las paredes. — Alistate. Tengo un gran campo preparado.
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El espectáculo siguiente se llevó a cabo cuando el líder de clan ordenó a WooJin ir a la defensiva en el ataque. Los dos hombres se alzaron al aire como marionetas manipuladas. Kevin se aferró a uno de los lugares para evitar ser atacado y atacar en el proceso.
— On, aléjate de aquí. —El hombre hizo caso omiso y rápidamente retrocedió junto a los menores para después ponerse a la defensiva protegiendo a su mayor. — ¿Qué haces aquí? Te dije que te fueras.
— Hyung, Hyung... No me iré de aquí sin ti...
Agh! Este lobo... ¿Por qué tenía que ser así justo ahora? Maldijo por lo bajo y fue enfrente de Daniel.
— Oye... Dime... Si utilizo esa energía resentida para llamar a los demonios dentro del dije... ¿Tus compañeros se salvaran?
— No lo sé. —Minhyun dió un paso para recoger el cuerpo de otro de los discípulos que se encontraba tirado con una paliza.
— Porfavor, se sincero conmigo. — Daniel lo dudó por un momento pero igual asintió.
— Puedes hacerlo... Pero en el proc... ¡¿Qué haces?!
— ¡¡Hermano!! —On apretó dos puños al ver como Kevin rociaba un poco de su sangre en aquel dije y lo ponía contra su pecho. Daniel quería intervenir pero el pelinegro se adelantó y fue a su encuentro.
Kevin realizó un sello con su mano y las luces comenzaron a rodearlo, centellos color rojo carmesí y espíritus. On parpadeó y fue a su lado para depositar su mano en el hombro de su compañero.
— Hermano Baek... Tú... Detente porfavor.
Al sentir el contacto en su piel Kevin no reaccionó al instante, por el contrario los espíritus de aquellos dos cuerpos se intensificaron y comenzaron a correr como locos.
— Hermano... Hermano... Maestro Baek... ¡Maestro Baek! — Seguía sin hacer caso. — ¡¡Hyung!!
— ¡Lárgate... De aquí! —Gritó para después darle una mirada de odio, sus pigmentos se encontraban oscurecidos. On retrocedió.
Kevin hizo un par de sellos más, aquellos dos casi zombies retorcieron sus cuerpos como si el espíritu dentro quisiera salir o pelear contra el subconsciente de los dos caballeros. A una distancia prudente se encontraba WooJin junto a Minhyun y ese discípulo herido que parecía ser JaeHwan... En otra distancia se encontraban los dos pequeños Kairi y Kio. Más al frente se encontraban On y Daniel.
La energía se concentró en un círculo, Kevin sintió sus dos piernas flaquear pero aún así no quiso retroceder o mejor dicho no podía retroceder. Los gritos desgarradores de aquellos Zombies se mezclaron con las súplicas de esos dos hombres.
Las venas de sus brazos comenzaron a marcarse y justo cuando estaban por salir de ahí una rafaga de cuchillas cayeron como lluvia sobre ellos. WooJin y On reaccionaron tan rápido como pudieron e esquivaron aquellos artefactos por los demás. Una figura apareció al otro lado del lugar, despues se convirtió en polvo y una ráfaga más esta vez de flechas vino hacia ellos.
— ¡¡Maestro!! — Kio y Kairi corrieron en dirección al mayor quien cayó al suelo de una forma brusca, su cuerpo entero estaba lleno de cortadas y manaba sangre de sus manos quemadas. — ¡¡Hermano Maestro!! ¡Mi Maestro está mal! —Lloriquearon los dos.
— Kevin... — On retrocedió su ataque para ir dónde ellos. Falso movimiento. Una figura fue contra el golpeando su rostro con fuerza. — Mierda...
WooJin dió una voltereta y llamó a Minhyun con la mirada, el azabache comprendió y desenvainó su espada reluciente entre tanta negrusidad. Daniel hizo un sello en la hoja de aquella espada e hizo un hechizo con sus manos. Los dos se lanzaron al ataque de tal sujeto.
— ¿Están bien? —On asintió. — Llevatelos de aquí. Tú hermano se recuperará si tiene reposo absoluto por unos... ¿Qué mier...?
Una mano lo sujetó del cuello hasta tal punto de sentir su faringe rota y toda su fosa nasal captó el aroma de sangre... Este era un...
— Kio, Kairi... ¡Vallanse de aquí! —Ordenó On y sacó a relucir dos puños junto a unas puas en sus guantes.
El sujeto desconocido sin rostro golpeó la cabeza del consejero de aquel Hechicero y después observó a On haciéndo eco de risa. Daniel golpeó el aire dos, tres veces y retrocedió dando un golpe seco en la otra sombra.
— ¿Quiénes son? ¿Qué quieren?