그림자 전쟁
Capítulo 4
— Ojalá que las cosas resulten peores en tu futuro, deseo con toda mi alma, que arrebaten lo que más ames... —Limpió la sangre que escurría por su mejilla para después ponerse de pie y ver a los ojos a aquel Alfa.
— Lo que más amaba está destruido gracias a tí, y no creo que algo más vuelva a marcarme tanto como ésto... —Escupió llevando su pelo negro hacia atrás.
— Ya verás, que te tragarás tus propias palabras, porque yo... ¡Yo me encargaré de que seas miserable por el resto de tu existencia! —El Alfa sonrió, con su lengua relamió sus labios y se mantuvo cuerdo.
— Entonces, me prepararé muy bien para ese momento... Te estaré esperando... Hermano.
🍁
— Perdón, lo lamento,se me hizo algo tarde, ¿Cómo estás? —Taehyung ingresó en la habitación para encontrarse con su hermana y un pequeño bebé en brazos—. Dios, es hermoso, ¿Puedo cargarlo?
— Se parece mucho a Jungkook, ¿Verdad? —El Omega le dió un asentimiento a Nina y se dedicó a hacerle cariños a su nuevo sobrino—. ¿Has pensado en un nombre?
— Bueno... Pues... —Llevó sus manos a su mentón al momento que pensaba.
— ... Sammi, se escucha bonito, es fácil de pronunciar y... —El nuevo papá ingresó en la habitación seguido de su hermano y la pareja de éste.
— Se ve que tienes imaginación Jeon... —A su lado, SeokJin fue el siguiente en cargar al recién nacido.
— Se trata de mi hijo, el será mi nueva arma, no dejaré que nadie le haga nada, ni a el, ni a ningún otro miembro de mi familia. —Acarició la mejilla de su hijo, para posteriormente darle un beso a su Omega.
El pequeño cachorro sonrió desde los brazos de SeokJin, toda la familia celebraba el nacimiento de el primogénito de Jungkook, era una sensación difícil de explicar, en especial para el padre, se trataba de su primer hijo y sabía que eso conllevaría más de una responsabilidad, la primera de ellas se trataba de ser más cuerdo, organizado, maduro pero sobre todo valiente, allá afuera tenían muchos enemigos, dispuesto a matarlos, no lo iba a permitir, nadie tocaría a su familia, al menos no sin antes pasar por encima de el.
— Jungkook. —Una voz chillona se escuchó captando la atención de todos los integrantes de la familia, una cabellera roja se dejó ver junto a la mirada tierna de aquel Omega bajito—. ¡Felicidades! —Jimin le tendió una cobija con el símbolo de la manada.
— Gracias, Jimin. —Le dió un abrazo el cual correspondió dando un pequeño chillido—. Oye, ¿Está todo bien?
— Tenemos algo que decirles. —El peliverde apareció detrás de su Omega—. Jimin y yo, estamos esperando un cachorro.
— ¡¿Qué?! —Con sus blancas manos, YoonGi atrapó la oreja del cambiaformas—. ¡Me vas a explicar Jung Hoseok!
— Hyung, no seas así. —Taehyung se colocó entre enmedio de ellos tratando de separar a los dos Alfas del consejo—. Se supone que debe ser un momento feliz, acaba de nacer el primogénito de Jungkook, y Jiminie va a tener un cachorro, ¿No debería de alegrarse por su hermano cabeza hueca?
— Haznos un favor a todos Kim, y cállate. —Pidió de mal humor el peliplata y salió de la habitación.
— ¿Qué pasó? —Infló las mejillas—. ¿Dije algo malo? ¿Se molestó?
— No Taehyung... —Lo interrumpió SeokJin, carraspeó acomodando su pelo—. Bueno, al menos... Tú no eres la causa de su mal carácter. Iré a hablar con él.
— ¿Crees que algo malo esté pasando? —Hoseok miró a NamJoon y éste se encogió de hombros.
— Por nuestro bien... Espero que no.
SeokJin...
El Alfa se encontraba sentado en las escaleras de la mansión, parecía contemplar a la nada, perdido en recuerdos que a juzgar por la expresión de su cara, no eran para nada agradables, ¿Todo estaría bien? Esperaba que si. SeokJin se acercó a él alertandolo un poco, tomó asiento a su lado y observó en la misma dirección. Ninguno de los dos hablaba, contemplaban el cielo de verano, dentro de poco comenzaría el otoño, una de las épocas más especiales para los Nabi, SeokJin sonrió recordando los momentos en los que solían jugar con los demás chicos, los años en los que no debían preocuparse por lo que pasaría. Las cosas habían cambiado mucho desde ese entonces, pues si bien no comprendían que era llevar el mando, ahora sabían que su vida podía estar en peligro, a cualquier hora y que un paso en falso, podría costarles más de lo que imaginaban. La vida era tan injusta.
— ¿Todo bien? —Se ánimo a preguntar en un hilo de voz, YoonGi asintió no muy convencido de sus propias palabras, ¿Qué si todo estaba bien? Desearía poder decirle eso, pero tenían una maldita amenaza de quién sabe quien en sus espaldas. Nada podía estar bien.
— No es mi estilo compartir mis problemas. —Fue su respuesta y volvió su vista al cielo. SeokJin alzó las cejas y lo miró fríamente, eso solo le confirmaba que algo malo estaba pasando, y que solo el lo sabía.
— Yoon, sabes que si algo malo está pasando, puedes platicarmelo, no puedes cargar con todo tu solo, se trata de mi familia, de mis hijos, de Namjoon, ¡Dímelo por favor! —El Alfa del consejo estaba por gritarle que no escondía nada, que todo se encontraba en orden, pero la mirada que SeokJin tenía le hizo comprender que más valía abrir la boca o enfrentarse a la furia de el ‘Rey líder’, así que suspiró, se encorvó y comenzó a hablar.