Dormir es una de las cosas mas importantes del ser humano, lástima que yo no logre dormir, al entrar a la casa; me encontré con mi mamá en la sala, con los ojos cristalizados viendo videos caseros en donde aparecía mi hermano.
—Mamá, por favor deja de ver eso.
Me coloque en frente de su vista evitando que siguiera viendo la televisión.
—Amor, esto es lo único que me queda de Ian — soltó una lagrima.
—Créeme cuando te digo que probablemente Ian ni siquiera se acuerda de nosotras mientras tu sufres aquí por su ausencia.
—Es mi hijo, por supuesto que sufro por no tenerlo a mi lado.
—Ese es el problema de los padres
—Yo me sentiría de igual manera si no estuvieras conmigo, y te hubieras ido al igual que él.
—Yo te amo y por eso nunca me alejaría de ti.
Ella se quedo callada, no dije nada mas y me aleje para ir a mi cuarto, mire por ultima vez a mi mamá, tomo el control remoto y apago la televisión.
Habían pasado dos días después, las cosas en mi casa prosiguieron como si nada hubiera pasado; ambas estábamos desayunando. Hoy me tocaba pasar el día con mi padre; así a sido desde que mi hermano se fue, los problemas en casa se complicaron a tal punto de causar el divorcio de mis padres.
Escuche el claxon del auto de mi padre.
—Ya está aquí, me voy mamá.
—Con mucho cuidado cariño.
Le di un beso en la mejilla y salí de la casa. Para mi sorpresa, había tres automóviles aparcados afuera de mi casa. Thomas me miro sonriente y Carter solamente me miro, su expresión era seriedad pura.
Entre los autos de ambos chicos, estaba el de mi padre. En mi mente me estaba siendo por eso; el auto de mi padre me representa cuando estoy con mis amigos los riquillos, no es que el auto de mi padre sea viejo y sucio; de hecho, era bonito cuando no estaba junto con los autos últimos modelos de Thomas y Carter.
La situación me estaba intrigando, sabia a lo que venía mi papá, pero ellos ¿Qué hacían aquí? —¿Hola? — salude con mi mano tímidamente.
—Jane necesito hablar contigo — Thomas se acerco un poco hacia mi dirección.
—Lo siento Thom, pero voy a salir con mi padre, podrías venir después si quieres.
—De acuerdo, te mando mensaje ¿vale?
—Claro
Thom se despidió de mi con un beso en la mejilla y se monto en su auto. Mire a Carter esperando a que me dijera algo, pero solo me miro, me dio la sonrisa más forzada que he visto y se subió a su auto.
Mi padre me miraba divertido con una ceja arriba —¿Qué fue eso? — dijo sonriendo.
—No digas nada, ¿podemos irnos?
—¿En qué momento mi hija empezó a ser tan solicitada por chicos?
Lo mire enojada.
En el camino mi padre empezó a preguntarme por mamá, sabia que aun se querían, pero ellos al parecer no. Siempre me imaginaba a todos los padres separándose menos a los míos, incluso los padres de Mia que siempre pelean y se engañan el uno al otro siguen juntos.
Legamos al centro comercial, pasamos a comer y luego fuimos a comprar ropa. Una vez en la tienda, mi papá me ayudaba a elegir.
—Nada de escotes — dijo rechazando un top negro bastante bonito.
—Papá, no es escote.
—¿Por qué no ropa deportiva?
—No ya tengo bastante en la casa. Me estas diciendo todo esto por lo de la mañana ¿verdad?
—Yo sé como piensan los adolescentes, no te gustaría estar en nuestra mente.
—Créeme yo no provoco ese tipo de pensamientos en los hombres.
Por lo menos ya no.
—Ay cariño. En lo que compras iré por algunas cosas, te veo aquí no tardo.
Mi padre se fue. Las cosas me las facilito al estar sola. Escogí la ropa y me dirigí a los probadores.
Me estaba probando el top que tanto me había gustado. Me equivoque al decir que no tenia escote, mis pechos estaban un poco expuestos, pero me veía increíble con él.
Un golpe a la puerta del vestidor me sobresalto.
—Está ocupado — no tuve respuesta y volvieron a tocar.
Mi corazón empezó a latir rápido recordando las películas de terror.
—Abre la puerta — susurraron del otro lado de la puerta. La voz era conocida para mí, pero no me atrevía a abrir — Jane
Abrí la puerta y rápidamente entro Carter.
—¿Qué haces aquí? — le pregunte y el tapo mi boca con su mano.
—Guarda silencio.
Unas voces se escucharon afuera. Era claro que lo buscaban por andar de fisgón en los probadores de mujeres. Cuando se dejaron de escuchar las voces, Carter alejo su mano y lo empuje.
—¿Qué demonios? — hable en voz baja.
—Solo quería verte, las cosas se me complicaron.
—¿Qué hacías en la mañana afuera de mi casa?
—Ya te lo dije, quería verte, pero tu novio llego con urgencia.
—No es mi novio
—Estoy de suerte entonces — Sonrío mostrando sus dientes perfectos.
—Ya es enserio Carter ¿Qué quieres?
—Venia a invitarte a salir esta noche — me miraba sin pestañar mientras esperaba una respuesta.
—No lo creo — sonrió a boca cerrada y se acercó más a mí, haciendo que chocara con la pared.
—¿Es por ese chico?, dijiste que no era tu novio — regreso a su expresión seria.
—Es por que no es mi novio, es mi amigo y él quería hablar; tu y yo no somos ni eso.
—Yo no quiero ser tu amigo.
No dije nada y lo miré a los ojos, sí que eran hermosos. Bajo la vista a mi escote.
—Si estuvieras conmigo no me gustaría que usaras esa ropa a menos que la uses para mí.
Hiba a contestar su estúpido comentario, pero el me tomo de la cintura y con su otra mano quito un mechón de mi cabello y lo coloco detrás de mi oreja. Su visita se enfoco en mis labios y mi corazón empezó a latir rápido.
—Controla tu dulce corazón, Jane — susurro contra mis labios.
El se acercaba cada vez más, pero otro golpe a la puerta nos separó.
—Señorita ¿necesita ayuda? — la voz de una mujer se escuchó.
—No gracias, ya voy a salir.
Tome mis cosas y sin mirar a Carter abrí la puerta lo más rápido que pude, pero Carter me detuvo tomando mi brazo, lo mire y el me veía como si fuese a decir algo, pero no lo hizo; me soltó y salí de los probadores.